Tal día como hoy del año 1497, hace 523 años, moría prematuramente en Salamanca (Corona castellano-leonesa) Juan de Aragón y de Castilla, único hijo macho de los Reyes Católicos. Cuando lo alcanzó la muerte, tenía diecinueve años. La desaparición repentina y prematura de Juan provocó un problema sucesorio. El edificio político hispánico, en proceso de construcción, se sintió amenazado; y la continuidad de la dinastía Trastámara más allá de los Reyes Católicos se vio seriamente comprometida. El resto de hijos de Fernando e Isabel eran chicas, y eso implicaba la entrada de un príncipe extranjero que importaría una nueva estirpe real, como así acabó siendo.
Oficialmente se atribuyó la muerte de Juan a la tuberculosis, una enfermedad que difícilmente afectaba a las clases privilegiadas. En cambio, la investigación historiográfica moderna revela que Juan fue víctima de los excesos de su esposa, la joven Margarita de Habsburgo -hermana pequeña de Felipe de Habsburgo, el marido de Juana, mal llamada "la loca"-. Según la misma investigación, Margarita no podía controlar su pulsión sexual (aquello que la ciencia médica moderna ha catalogado como ninfomanía). Juan, que nunca había disfrutado de un estado de salud bueno, acabaría muriendo entre las piernas de su esposa que después del deceso sería reanimada por sus suegros en la corte de Flandes.