Tal día como hoy del año 1940, hace 84 años, en Barcelona, moría Lola Bonella i Alcázar, conocida popularmente como "la Monyos" y que había sido un personaje icónico del barrio barcelonés de El Raval durante las primeras décadas del siglo XX. Lola había nacido en 1851 en la calle de la Cadena (actualmente Rambla del Raval), en una familia de extracción social humilde que vivía en un espacio realquilado, y ya de niña fue incorporada al mundo del trabajo como empleada doméstica de una familia de la oligarquía urbana local, residente en la Rambla.
El personaje de la "Monyos" sería el resultado de una terrible tragedia personal. Según la tradición oral, tuvo una relación con uno de sus patrones, y como resultado nació una niña. Una de las versiones de esta tradición relataba que la niña murió, accidentalmente, atropellada por un carruaje de caballos. Otra versión contaba que la niña fue secuestrada y asesinada por la familia del padre biológico para impedir que, en un futuro, madre e hija reclamaran sus derechos. Y aún otra decía que la niña había sido robada por los abuelos paternos para criarla y educarla en un entorno elitista.
Sea como fuere, la desaparición de la niña sumió a la madre en una profunda depresión de la que nunca salió. Empezó a vestirse de forma estrafalaria y a peinarse con moños excéntricos, que le valdrían el mote con el que sería conocida. Lola dejó su trabajo, volvió a casa de sus padres y ya no se movió nunca de la parte alta de la Rambla (donde habría muerto su hija) y de las calles del Carme y del Hospital. Esporádicamente, se la había visto viajar con el tranvía de la línea 52 hasta el barrio de La Bordeta, en la antigua villa de Sants.
Durante la etapa republicana (1931-1939), con más de ochenta años y sin nadie que la cuidara, fue acogida en la Casa de la Caritat. Murió a los 89 años, en el Hospital del Mar. Su funeral fue muy concurrido, tuvo una gran solemnidad y fue pagado por alguien con posibilidades, lo que realimentaría la tradición oral sobre la relación que había mantenido, de joven, con la familia acomodad para la que había trabajado, y sobre el trágico destino que había corrido su hija. El anuncio de la muerte de Lola Bonella, "la Monyos", apareció publicado en la prensa de la época.