Tal día como hoy del año 1458, hace 566 años, en València, moría la reina María, esposa y prima hermana del rey Alfonso el Magnánimo. María había nacido en 1401 en Segovia y era la hija primogénita de Enrique III de Castilla y León (hermano de Fernando I de Catalunya y Aragón) y de su esposa Catalina de Lancaster, y hasta el nacimiento de su hermano pequeño Juan (1405) —que reinaría como Juan II de Castilla y León— fue heredera en el trono de Toledo. Cuando tenía catorce años (1415), fue casada con su primo hermano Alfonso, en aquel momento heredero al trono de Barcelona. Poco después, con la prematura muerte de Fernando I (1416), Alfonso y María se convertían en reyes.
María estuvo asociada "de facto" al poder debido a las prolongadas ausencias (obligadas o buscadas) de Alfonso. Gobernó como virreina del monarca en los estados peninsulares, y gestionó las crisis sociales y económicas de principios del siglo XV (los conflictos entre los gremios mercantiles y los oligarcas urbanos, en Barcelona, y entre los campesinos de remensa y los barones feudales, en el campo catalán). Al principio de la década de 1430, cuando Alfonso ya estaba plenamente inmerso en la campaña de conquista de Nápoles, Maria trasladó su residencia a València, en aquel momento la capital cultural, económica y demográfica de la Corona catalanoaragonesa.
Durante su estancia en València, adquirió una gran cantidad de libros que le permitirían tener una de las bibliotecas privadas más importantes de la Europa de la época. María fue una bibliófila y promovió una corte de cultura y refinamiento; siguiendo la tradición de otras reinas que la habían precedido, como Violante de Bar (esposa de Juan I), María de Luna y Margarita de Prades (primera y segunda esposa, respectivamente, de Martín I). Y se relacionó estrechamente con algunos de los grandes escritores del Siglo de Oro valenciano, como Joanot Martorell, Ausiàs March, Isabel de Villena o Jaume Roig (que sería quien, en su calidad de médico personal, certificaría su muerte).
Alfonso había establecido su residencia en los campamentos militares italianos (1431) y, después de la conquista de Nápoles, en el Castillo Nuevo de la capital partenopea (1435), y nunca hizo el mínimo gesto para volver a ver a su mujer o para separarse de ella. No obstante, tuvo una relación con una cortesana napolitana llamada Giraldona Carlino, de la que nacerían tres hijos: Fernando —el futuro rey Fernando I de Nápoles—, María y Eleonora. Alfonso murió en Nápoles el 27 de junio de 1458, veintisiete años después de la separación, con 62 años, y María murió en València dos meses y medio más tarde. Habían pasado veintisiete años desde que se habían visto por última vez.