Tal día como hoy del año 1807, hace 218 años, en Londres, moría Pasquale Paoli, que había sido el jefe político y militar de Córcega durante los años en los que la isla había sido un estado independiente (1755-1769). Córcega había sido una posesión de la República de Génova desde que, a principios del siglo XV, se la habían arrebatado a la Corona catalanoaragonesa. Pero en 1730, tras el redibujo de las fronteras de Europa que impondría el fin de la guerra de Sucesión hispánica (1715), había surgido un movimiento independentista. Transcurrido un tiempo, los genoveses, incapaces de contener ese movimiento, habrían cedido el dominio de la isla a Francia (1764), y Paoli y los patriotas corsos continuarían la lucha hasta la decisiva batalla de Ponte Novu (mayo, 1769), que se saldaría a favor de los ocupantes franceses y que sería el principio del fin de la independencia corsa.

Pasquale Paoli había nacido en 1725 en Morosaglia, un pequeño pueblo de interior en la zona norte de la isla. Era hijo de Giancintu Paoli, uno de los líderes de la primera revolución independentista (1730-1739), en ese caso, contra la dominación genovesa. La derrota corsa los conduciría (padre e hijo) al exilio de Nápoles y a la carrera militar en el ejército del régimen borbónico napolitano. Durante aquellos años (1741-1755), Paoli alcanzó el grado de coronel de artilleros, y en 1755, cuando estalla la segunda revolución independentista, la Cunsulta (la Asamblea Nacional Corsa) lo proclama general-protector de Córcega. Paoli reuniría a la Dieta General en la localidad de Corté (16 a 18 de noviembre de 1755) y proclamaría la independencia de Córcega, con la Virgen como soberana, lo cual equivalía a la constitución de una república coronada.

Durante el periodo revolucionario francés (1789-1793) —posterior a la derrota corsa de Ponte Novu—, Paoli intentó negociar un nuevo tipo de relación entre Francia y Córcega. Pero la familia Bonaparte —también corsos— lo impidió. Entonces se acercó al gobierno de Londres y negoció las bases de una incorporación de Córcega al Reino Unido, como un miembro más del edificio político británico (1794). Poco después, los británicos, incapaces de mantener los compromisos adquiridos y la defensa de la isla, abandonarían Córcega (1796) y, a continuación, los franceses desembarcarían y se entregarían a una sanguinaria represión. Paoli se exilió en Londres y durante los años posteriores rechazaría la propuesta francesa de creación de un reino corso gobernado por un monarca Borbón, pues consideraba que esta fórmula no garantizaba ni la independencia, ni la democracia, ni el progreso de Córcega.