Tal día como hoy del año 1611, hace 414 años, en València capital; moría Joan de Ribera, conocido como el Patriarca Ribera, que había compaginado los cargos de arzobispo de València (1568-1611) y de virrey hispánico del reino de València (1602-1604). Ribera fue uno de los elementos más destacados de la ideología unitarista y contrarreformista de la cancillería hispánica. Durante su gobierno (pastoral y político), promovió la sustitución de la lengua y cultura valencianas por la lengua y cultura castellanas; y persiguió implacablemente los focos de protestantes, de criptojudíos y de musulmanes; que actuaban clandestinamente en el País Valencià.

Pero donde destacó fue en la maniobra de expulsión de los moriscos valencianos, que la historiografía moderna considera la mayor crisis humanitaria de la historia moderna y contemporánea valenciana. Ribera utilizó su poder y su ascendencia sobre el rey hispánico Felipe III para tramar la expulsión de la población morisca valenciana, con el argumento que no eran asimilables a la cultura de Estado católica y que representaban un grave peligro para la monarquía hispánica como potenciales "quintacolumnistas" del Imperio otomano, el gran rival de Madrid por el control del Mediterráneo.

Los moriscos valencianos eran descendientes de aquella parte de la población musulmana que había quedado en el territorio después de la conquista catalanoaragonesa (1232-1305). Habían sido concentrados y arrinconados en las zonas interiores y montañosas del país y vivían en unas condiciones socioeconómicas y jurídicas muy precarias. En buena parte, eran descendientes de población indígena romanovisigótica que se había islamizado durante la conquista y dominación árabe (siglos VIII en XIII). Y eran la mano de obra semiesclava de los grandes terratenientes del interior del país y una parte de aquella sociedad había sobresalido en la actividad de la construcción en las zonas urbanas.

Representaban una tercera parte de la población del país y su expulsión no solo empobreció culturalmente a la sociedad valenciana de la época, sino que tuvo un impacto económico muy negativo que se sumaba al de la derrota de la Revolución de las Germanías (1523) que había condenado al fracaso el proyecto República valenciana de las clases activas del país (mercantiles, gremiales y populares). Los pensadores contemporáneos valencianos, como Joan Fuster, explican que la pérdida del protagonismo internacional que València y el País Valencià habían ganado durante el Siglo de Oro valenciano (siglo XV); se perdió con la derrota de las Germanías y la expulsión de los moriscos.