Tal día como hoy del año 1245 (algunas fuentes citan el día 26 de agosto), hace 775 años, moría en Aix (Provenza-Francia) Ramón Berenguer V de Provenza —bisnieto de Ramón Berenguer III de Barcelona-; que había sido el último Bellónida (la estirpe condal catalana iniciada por Wifredo el Velloso a mediados del siglo IX) que gobernaría el condado de Provenza. Los Bellónidas gobernaban el condado de Provenza desde 1112 —mucho antes de la unión dinástica de Barcelona y Aragón—, cuando la condesa Dulce de Provenza se casó con el conde Ramón Berenguer III de Barcelona.
Ramón Berenguer y Dulce dividieron su herencia entre el primogénito Ramón Berenguer IV (que recibiría el condado de Barcelona) y Berenguer Ramón, segundo hijo varón (que recibiría el condado de Provenza). No obstante, durante un siglo y medio, el condado independiente de Provenza gravitó en la órbita política de Barcelona; incluso más allá de la batalla de Muret (1213) que ponía fin al proyecto de creación de un edificio político catalán en Occitania. Beatriz de Provenza —hija y heredera de Ramón Berenguer V— se casaría con Carlos Capeto, de la casa real francesa, que inauguraría una nueva estirpe.
El condado independiente de Provenza había sido creado a mediados del siglo X, en plena desintegración de la Lotaringia, uno de los tres reinos resultantes de la partición del Imperio de Carlomagno (843) que abarcaba un pasadizo territorial entre los Países Bajos y la Toscana. Nunca tuvo un protagonismo político y militar destacado. Sin embargo, el provenzal (actualmente una de las tres variantes del occitano) se convirtió en la lengua literaria de la Europa a caballo del año 1000. El francés y el catalán recibirían una gran aportación del provenzal, que contribuiría poderosamente a su forma definitiva.