Tal día como hoy del año 1771, hace 353 años, en Marsella (entonces reino de Francia); nacía Julia Clary, que en el futuro sería la esposa de José Bonaparte (hermano mayor del emperador Napoleón I) y, por lo tanto, sería reina-consorte de España durante el reinado de su marido, el rey José I (1808-1814). Julia Clary nació en una familia de la élite urbana de Marsella, dedicada al comercio de sedas y, tradicionalmente, muy bien relacionada con el poder.
Según la investigación, poco después de la ejecución del rey Luis XVI y de la proclamación de la República francesa (1793), Julia y su hermana pequeña Désirée se habían desplazado a París para conseguir la liberación de su hermano mayor Étienne, detenido y acusado de traición por ocultar aristócratas fugitivos. Según la misma investigación, José y Napoleón conocieron a las hermanas Clary en aquel contexto e iniciaron sendas relaciones con el compromiso de interceder a favor del reo.
Una vez liberado Étienne Clary, Julia y José intensificaron su relación y se casaron al año siguiente (1794). En cambio, Napoleón rompió su relación con Désirée. Julia y José tuvieron tres hijas —Julia, Zenaida y Charlotte—, pero solo las dos últimas llegaron a la edad adulta. No obstante, cuando José fue coronado rey de España y trasladó su residencia a Madrid (julio, 1808); ni Julia Clary ni las hijas de la pareja, Zenaida y Charlotte, acompañaron al nuevo monarca.
Durante los años que José I fue rey (1808-1814) Julia no pisó el territorio español. Fue considerada reina-consorte, pero a pesar de las presiones del emperador Napoleón, se quedó en París, oficialmente, velando por los intereses políticos de su marido. Tanto José como Julia tuvieron relaciones extramatrimoniales totalmente indiscretas. En el caso de José, con la vasca Pilar Acedo y Sarrià, condesa de Echauz, que fue la amante del rey con el conocimiento de su marido Ortuño de Aguirre.
El posicionamiento de Julia generó mucha polémica en los cenáculos de poder del régimen bonapartista. Actualmente, la opinión de los investigadores está dividida entre los que piensan que aquella relación matrimonial estaba amortizada y la coronación de José fue el pretexto para ponerle fin; y los que se inclinan por creer que Julia estaba aterrada con la idea de residir en Madrid, porque la capital española tenía unas condiciones higiénicas lamentables que le habían hecho ganar el apodo de "ciudad de la muerte".