Tal día como hoy del año 1936, hace 86 años, en Sevilla; un pelotón de falangistas que habían participado en el golpe de estado militar contra la República (18 de julio de 1936) y que efectuaban tareas represivas en la retaguardia del bando rebelde; asesinaban al notario, periodista e historiador Blas Infante Pérez, pionero del pensamiento político andalucista; y, contemporáneamente considerado "padre de la patria andaluza". Blas Infante fue detenido por los falangistas el 1 de agosto de 1936, en un contexto de extrema represión desatado por los cabecillas golpistas en la capital andaluza; y después de nueve días de cautiverio y torturas, fue fusilado en una finca en las afueras de Sevilla, en el actual barrio de Santa Clara. Las últimas palabras de Blas Infante fueron: "Viva Andalucía libre".
El pensamiento de Blas Infante se había construido sobre tres pilares: el krausismo (del filósofo alemán Karl Christian Krause); el costismo (del economista aragonés Joaquín Costa); y el federalismo (del político catalán Francesc Pi i Margall). La influencia krausista se percibía en su idea de nación (un organismo formado por una serie de partes vivas —las "regiones"— que se articulaban armónicamente). En cambio, la influencia costista era fruto del paisaje de conflicto social que imperaba en el campo andaluz. Blas Infante se inspiró en Joaquín Costa para formular un Ideal Andaluz (1915) que proponía la creación de una amplia y dinámica clase media agraria. Y, finalmente, la influencia de Pi i Margall era patente en su idea de una España nueva, plural y consolidaria.
A finales de la década de 1920 —durante el régimen dictatorial de Primo de Rivera— mantuvo contactos clandestinos con representantes del emergente galleguismo político y cultural, especialmente con Risco y con Castelao. Pero con quien tuvo más complicidad política fue con el president Companys. Durante la etapa republicana (a partir de 1931), mantendrían una estrecha amistad y compartirían un ideal político: materializar la República Federal española. Cuando, después de los Hechos del Seis de Octubre (1934), el president Companys y los consellers del gobierno de Catalunya fueron encarcelados y condenados, Blas Infante fue una de las pocas personalidades del mundo político y cultural españoles que visitó los presos políticos catalanes.