Tal día como hoy del año 1519, hace 506 años, los brazos estamentales de Catalunya (nobleza, clericato y villas reales) votaban el nombramiento conjunto al cargo de conde de Barcelona —es decir, Hombre Principal de Catalunya— de Carlos de Gante —nieto de Fernando el Católico y nombrado sucesor por su difunto abuelo— y de Juana de Aragón —madre de Carlos, hija de Fernando y apodada "la Loca", e incapacitada y recluida en el castillo de Tordesillas (Corona castellanoleonesa) desde la muerte de su marido Felipe y por orden de su padre, el Católico (1506).
Este doble nombramiento, que no se producía desde el siglo XI, obedecía a un conflicto entre el nuevo monarca (que pretendía obtener el nombramiento antes de negociar las cortes y jurar las Constituciones de Catalunya) y las instituciones catalanas (que se negaban rotundamente a nombrar a Carlos previamente al cumplimiento de estos requisitos). El Dietari de la Generalitat consigna este nombramiento con una simple anotación que no destaca en absoluto: “En aquest dia (sábado 16 de abril) jurà en lo palau reyal la magestat del rey nostre senyor”.
Tras un tenso tira y afloja, la cancillería de Carlos y las instituciones de Catalunya convocaron Cortes, de nuevo, para el 12 de mayo de 1519. Nuevamente, el Dietari de la Generalitat consigna que: “En aquest dia (jueves 12 de mayo) tornà en Barcelona la magestat del rey nostre senyor, del deport que havia pres per alguns dies fora de la ciutat”. Estas negociaciones se extendieron por espacio de ocho meses (hasta el 19 de enero de 1520), época durante la cual Barcelona fue el centro de la cancillería de Carlos de Gante y, por lo tanto, capital de sus dominios.
Finalmente, el 19 de enero de 1520, se alcanzó un acuerdo. Las Cortes catalanas se comprometían a pagar al erario real 250.000 libres barcelonesas (el equivalente actual aproximado a 200 millones de euros), a satisfacer en varias anualidades. En contrapartida, Carlos pasaba a ser conde de Barcelona en solitario (sin su madre Juana) y confirmaba, entre otras, las constituciones que garantizaban el libre comercio entre los puertos catalanes y los puertos otomanos del norte de África, o la exención de impuestos en los intercambios entre Catalunya y los territorios de Nápoles, Sicilia y Cerdeña.
En aquella ocasión, el Dietari sí que informó sobradamente del asunto: “En aquest dia, a les sis fins a les set ores de matí, la cesàrea, imperial, sacra e catòlica real magestat del rey nostre senyor, aprés de haver vellat tota la nit precedent en lo monastir de frares menors (...) traballant en concordar e portar a bona conclusió les Corts Generals (...) E en la dita ora, en la matinada, la prefata magestat muntà e segué en lo pontiffical sólio, more solito; foren publicades les noves constitucions e capítols fets en dita Cort (...) agrahint e acceptant lo dit servey ab significació de amor, licencià la dita Cort”.