Tal día como hoy del año 1373, hace 647 años, se producía un terremoto, que los investigadores actuales calculan de una intensidad de 6,1 en la escala Richter, que tuvo su epicentro en la cordillera que separa los valles de Benasque y de Arán. Este movimiento sísmico sería el primero que se documentaría en la historia de Catalunya; y según la misma investigación tuvo una intensidad epicentral entre 8 y 9; y causó una gran devastación en el territorio del condado de Ribagorça.
Según la documentación histórica, aquel terremoto provocó, entre otros, el hundimiento de buena parte de los campanarios de las iglesias parroquiales de los valles de Boí (Alta Ribagorça) y de Àneu (Pallars Sobirà). La misma investigación histórica ha detectado que los campanarios de Boí, Taüll, Sorpe y Son del Pi; fueron reconstruidos posteriormente en el terremoto. Y en la Val d'Aran, provocó el hundimiento de la torre del portal y de la torre mayor de Castèth Leon (en el municipio de Se Bordes).
Los efectos del terremoto también se hicieron sentir en el resto del Principado. Las fuentes históricas documentan la destrucción casi total del pueblo de Montclús (Nogal), grietas importantes en el edificio de la Concejalía de Cervera (Segarra), y la capilla del Castell del Rei de Lleida. Y en Barcelona, según las mismas fuentes, se hundió un arco de la iglesia de Sant Just, se resquebrajaron paredes y techo del dormitorio del monasterio de las clarisas, y cayó la parte alta del campanario de Santa Maria del Mar.
Las fuentes documentales no aportan datos del número de víctimas mortales que produjo aquel terremoto, pero por la intensidad y el alcance del fenómeno, y por la hora (en la madrugada del 3 de marzo) probablemente afectaría a centenares de personas. Para establecer algún tipo de comparativa, sabemos que el terremoto de 1428 -con epicentro en Camprodon (Ripollès)- que tuvo una intensidad y un alcance similares al de 1373, causó más de 1.000 víctimas mortales.