Tal día como hoy del año 1592, hace 432 años, en Reus; se documenta la primera celebración de la festividad de la Misericordia. Durante sus dos primeros dos siglos de la existencia de aquella festividad (finales del XVI-finals del XVIII) se celebró en años no consecutivos y como un acto de agradecimiento a la Virgen por la remisión de una peste; por las lluvias de primavera que habían permitido una buena cosecha de cereales; o por un verano seco que había propiciado una buena vendimia. Aquella celebración consistía en una procesión desde la ermita de la Virgen de la Misericordia (en la Partida de las Forques Velles) hasta la iglesia prioral de San Pedro (en el centro de la villa).

El año 1592 la villa de Reus (entonces un pequeño núcleo de poco más de 2.000 habitantes), se vio afectado por la Peste de la Lana o de los Pastores, una epidemia originada en Flandes, que había sido introducida en la península Ibérica a través de los puertos vascos que exportaban la lana en bruto hacia los telares flamencos y que importaban los trapos flamencos hacia los mercados castellanos. Esta peste se había propagado con mucha virulencia, siguiendo las cañadas (las rutas de los grandes rebaños trashumantes) que atravesaban la península Ibérica. Durante el mes de mayo de 1592, la peste entraba en Catalunya a través de la red de cañadas que conectaban el Pirineo con el valle del Ebro.

Entre finales de mayo y principios de junio de 1592 se produjo una gran mortalidad en las villas situadas en las dos vertientes de la Cordillera Prelitoral. En dos semanas, Arbeca, Bellpuig, Tàrrega o Santa Coloma de Queralt perdieron entre un 10% y un 25% de su población. Y a mediados de junio de 1592, la peste ya estaba en Reus. Según la tradición, después de varias semanas de peste, la Virgen se apareció a una niña llamada Isabel Besora, que tenía a su cuidado un rebaño de ovejas. Según la misma tradición, la Virgen prometió a aquella niña —que a partir de aquel momento sería denominada "la Pastorcilla"— que erradicaría la peste.

Poco después, y en agradecimiento por la superación de aquella crisis sanitaria, se inició la construcción del santuario (en las Forques Velles, donde según la tradición la Virgen se había aparecido a la Pastorcilla). El santuario sería el punto de inicio de las futuras procesiones y en el transcurso de los siglos conocería varias ampliaciones. Las fuentes documentales revelan que a finales del siglo XVIII, en plena pujanza económica y demográfica de la villa (Reus ya se acercaba a los 20.000 habitantes y ya era la segunda ciudad del Principat); la Fiesta de la Misericordia ya estaba plenamente consolidada y ya había sido convertida en la "Fiesta Mayor pequeña" de la capital del Baix Camp.