Tal día como hoy del año 1148, hace 875 años, las huestes de Ramón Berenguer IV, conde independiente de Barcelona, y de los principales barones feudatarios del país, vencían la resistencia árabe de Tortosa y conquistaban la ciudad. Con la culminación de aquella operación militar, iniciada meses antes con el asedio sobre la ciudad, el condado independiente de Barcelona ganaba el territorio del valle bajo y de la desembocadura del río Ebro, y cortaba la proyección expansiva del reino de Navarra-Aragón, que, desde su fundación (siglo IX), siempre había ambicionado la salida al mar Mediterráneo siguiendo el curso fluvial del antiguo Ibero.
La ciudad y la sociedad que encontraron Ramón Berenguer IV y sus huestes, estaban profundamente arabizadas e islamizadas. Después de 434 años de dominación árabe (714-1148), y aunque la composición étnica de la población, en relación con la época anterior hispanorromana e hispanovisigótica, prácticamente, no había variado, el latín vulgar y la religión cristiana habían desaparecido totalmente. Los 10.000 habitantes de la Turtuixa musulmana (era, con Zaragoza, Lleida, Huesca y Tudela, una de las cinco grandes ciudades árabes del valle del Ebro) se tuvieron que acoger a las capitulaciones de la rendición que les obligaban a abandonar sus casas y sus tierras.
Después de la expulsión de la población musulmana, la ciudad fue repartida entre los vasallos del conde de Barcelona y entre los de sus barones feudatarios que habían participado en aquella empresa militar. Según el profesor Antoni Virgili, de la Universidad Autónoma de Barcelona, que ha investigado ampliamente el fenómeno colonizador cristiano en Tortosa, aquella masa repobladora procedía, principalmente, del núcleo del condado de Barcelona: actuales comarcas de Osona, Bages, Anoia, Baix Llobregat y Maresme, y, en menor medida, de la periferia barcelonesa: actuales regiones del Penedès y del Campo de Tarragona.
Incluso, se produjo el asentamiento de un grupo relativamente numeroso de genoveses y de provenzales, que llegaron como vasallos de barones que habían participado en aquella empresa. El condado independiente de Provenza estaba bajo la regencia de Ramón Berenguer IV por la minoría de su sobrino Berenguer Ramón I. Y la República de Génova era un aliado militar y comercial del condado de Barcelona en el cuadrante marítimo del Mediterráneo nordoccidental. Los caballeros provenzales y los armadores genoveses aportarían, también, una parte importante de la nueva población cristiana de Tortosa y del valle bajo del Ebro.