Tal día como hoy del año 1285, hace 739 años, en las islas Formigues (delante de las costas de Palamós), se enfrentaban un grupo naval catalán, formado por 30 galeras y comandado por Roger de Llúria, y un grupo naval francés y genovés, que reunía 40 galeras y dirigido por Guillermo de Lodeva. Aquel enfrentamiento, que sería conocido como la Batalla de las islas Formigues, se produjo en el contexto de la guerra que enfrentaba, por una parte, una alianza formada por los reinos de Francia y de Mallorca, por el pontificado y por la república de Génova, y por la otra, la Corona catalanoaragonesa, y que se había iniciado poco antes, cuando el rey Pedro II había invadido Sicilia (1282), había depuesto al usurpador a Carlos de Anjou y había restablecido en el trono la legítima estirpe a Hohenstaufen en la persona de su esposa Constanza.
La casa real francesa y el pontificado, que habían promovido la usurpación del reino de Sicilia en beneficio de los Anjou (convertidos en títeres de estas potencias), reaccionaron declarando la guerra a la Corona catalanoaragonesa. El rey Felipe III de Francia, concentró un gran ejército en el Languedoc y con la connivencia del rey Jaime II de Mallorca-Rosellón (en aquel momento, un dominio independiente), atravesó la llanura rosellonesa, los Pirineos y entró en el Principado arrasando todo el que encontraba por el camino. Este ejército era aprovisionado por mar desde el puerto de Narbona. La cancillería catalana, conocedora de esta circunstancia, ordenó a Roger de Llúria zarpar con la armada de Palermo y atacar y destruir este hilo de aprovisionamiento con el objetivo de provocar la retirada francesa.
La interrupción del suministro de víveres y una epidemia de peste que se declaró en el campamento francés obligaron Felipe III a retirarse hacia el norte. Pero cuando estaban a punto de atravesar los Pirineos, el ejercido de Pedro II, que les había ganado la espalda, los sorprendió y masacró en el Coll de Panissars, entre la Jonquera y el Pertús (30 de septiembre de 1285). Cinco días más tarde, Felipe III de Francia, moría en Perpinyà de disentería (5 de octubre de 1285).