Tal día como hoy del año 1702, hace 317 años, se cerraban las primeras y últimas cortes catalanas presididas por un Borbón, Felipe V, el primer Borbón hispánico. En 1641, Luis XIII de Francia, miembro también de la dinastía borbónica y bisabuelo paterno de Felipe V de España, había jurado las Constituciones de Catalunya, condición para ser investido conde de Barcelona, en virtud de la alianza política y militar francocatalana firmada en Ceret (1640) en el contexto de la Guerra de los Segadores (1640-1652). Sin embargo, Luis XIII no estuvo presente en el acto, sino que lo representó el virrey francés Urbain de Maillé, marqués de Brézé, pariente del rey, cuñado del ministro plenipotenciario Richelieu y mariscal de Francia.
Aquellas cortes, inauguradas el 12 de octubre de 1701, habían sido especialmente tensas. Felipe de Borbón, nieto del rey francés Luis XIV, sólo hacía unos meses que había sido coronado en Versalles rey de la monarquía hispánica y las élites políticas y económicas catalanas temían que importara el modelo absolutista y centralizador que su abuelo había impuesto en Francia. Según el abogado, publicista e historiador coetáneo Narcís Feliu de la Penya (1642-1712), los representantes políticos catalanes supieron aprovechar la necesidad que tenía el Borbón de entrar con buen pie en sus nuevos dominios para negociar y firmar unos acuerdos excelentes que, cuando menos sobre el papel, blindaban el régimen foral y el modelo mercantil catalanes.
Aquellas cortes se prolongaron más allá del tiempo previsto. El Dietario de la Generalitat de los días anteriores detalla que los médicos diagnosticaron al rey unas fiebres tercianas —un tipo de malaria propia de las zonas pantanosas que habría contraído años atrás— que lo obligaron a guardar cama, lo que alteró el desarrollo de las cortes. El Dietario de la Generalitat hace constar que el día de la clausura era la primera vez que Felipe V conseguía levantarse de la cama y que los consellers celebraron la novedad. No obstante, la mutua desconfianza que había presidido las cortes no se había disipado; así, Feliu de la Penya escribió que se habían negociado unas condiciones excelentes, punto de partida "para cuando llegue el deseado", en alusión a Carlos de Habsburgo.