Tal día como hoy del año 1936, hace 82 años, los dirigentes de la Unió Socialista de Catalunya, del Partit Comunista de Catalunya, del Partit Català Proletari y de la Federación Catalana del PSOE se reunían en el Bar del Pi, en la plaza de Sant Josep Oriol de Barcelona, y protocolizaban la fusión de las cuatro fuerzas políticas que representaban en una única formación que pasaba a llamarse Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC). Entre las personalidades más destacadas estaban Joan Comorera por la USC), Miquel Valdés (por el PCC), Pere Aznar y Artur Cussó (por el PCP) y Rafael Vidiella (por la Federación Catalana del PSOE).
Aunque aquella fusión se produjo una semana después del estallido de la Guerra Civil española (1936), las negociaciones, que se desarrollaban de forma paralela al debate interno en cada una de las formaciones, se remontaban a la represión desatada los días inmediatamente posteriores a los hechos del 6 de Octubre de 1934 (intervención de la Generalitat, cierre del Parlament y encarcelamiento del Govern). El objetivo era crear un gran partido nacional catalán, de clase proletaria, de ideología marxista leninista y adscrito a la Internacional Comunista. Sería el primer caso en que este organismo internacional aceptaría dos secciones oficiales, el PCE y el PSUC, de un mismo Estado.
El primer secretario general del partido fue Joan Comorera i Soler (Cervera, 1894 – Prisión de Burgos, 1958) y su primera sede estuvo situada en el Hotel Colón de Barcelona, que había sido requisado por la UGT poco después del estallido del conflicto. Durante la Guerra Civil (1936-1939), el PSUC formó parte del Govern de la Generalitat en aplicación de su consigna de unidad de las fuerzas antifascistas. En el conflicto urbano de Barcelona conocido como los hechos de Mayo de 1937, que provocó más de 500 muertos y más de 1.000 heridos, y que enfrentó las fuerzas de orden público de la Generalitat con los elementos revolucionarios incontrolados, tomó una posición claramente a favor del orden institucional.