Tal día como hoy del año 1865, hace 160 años, en Appomattox (Virginia [Estados Unidos]), se libraba la Batalla de Appomattox, que sería el último y definitivo enfrentamiento de la Guerra Civil norteamericana (1861-1865). En aquella batalla se enfrentaron las fuerzas de la Unión —formadas por unos 60.000 efectivos y comandadas por el general Ulysses Grant— y las de la Confederación —integradas por unos 25.000 efectivos y dirigidas por el general Robert Lee. Después del fuerte desgaste que había sufrido el ejército confederado, aquella batalla se presumía como la definitiva, y, por este motivo, los dos contendientes se citaron con los jefes militares más prestigiosos de cada uno de los bandos.
La Guerra Civil norteamericana, también denominada Guerra de Secesión, había estallado en 1861, cuando un grupo de estados del sur habían hecho uso de los mecanismos de la Constitución norteamericana de 1787 (la primera que se redactó después de la independencia de las Trece Colonias) que otorgaban amplios poderes a los integrantes de la Unión para decidir su futuro político. No obstante, esta categoría de sujeto político (derecho a decidir si formar parte o separarse del conjunto) no fue reconocida por el Gobierno norteamericano del momento (el presidente Abraham Lincoln, del Partido Republicano, 1861) y la Unión (el resto de estados que no se habían separado) les declaró la guerra.
El trasfondo de aquella guerra era económico. Los estados del norte habían conocido un importante proceso de industrialización y sus sociedades estaban dominadas por poderosas estirpes empresariales. En cambio, los estados del sur habían conservado su tradicional aparato agroganadero, y sus sociedades estaban dominadas por estirpes terratenientes que basaban su fuerza (la productividad y rentabilidad de sus explotaciones) en el uso de la mano de obra esclava. Desde la década de 1840 se había producido un fenómeno —que era general por todo el mundo industrial— que estaba promovido por la burguesía industrial, que pretendía controlar las cosechas y los precios del mundo agroganadero.
Después de la Batalla de Appomattox (la noche del 9 de abril de 1865), los generales Grant y Lee se reunieron en la casa de Wilmer McLean (un terrateniente que tenía la explotación cerca de donde se había librado el combate) y firmaron la rendición del ejército confederado. Tres días después (el 12 de abril de 1865), los generales Chamberlain —del ejército de la Unión— y Gordon —del ejército de la Confederación— disolvían y desarmaban a las tropas derrotadas en Appomattox y liberaban 28.000 soldados confederados que se habían rendido a cambio de que volvieran a casa y se comprometieran a no formar un nuevo contingente armado. Tres días después (el 15 de abril de 1865) era asesinado el presidente Abraham Lincoln.