Tal día como hoy del año 1558, hace 459 años, el ejército turco asaltaba las murallas de Ciutadella y se entregaba a una matanza indiscriminada que se saldaría con el trágico balance de 5.000 víctimas (la mitad de la población de la isla de Menorca) entre muertos y cautivos, que serían vendidos al mercado de esclavos de Estambul. A todo ello hay que añadir que los turcos se entregaron a un saqueo de una brutalidad aterradora que provocó el incendio y la destrucción de toda la trama urbana de la población. Ciutadella quedaría destruida y abandonada a raíz de este trágico episodio que marcaría un antes y un después. Pasados los años, se iniciaría una tímida repoblación y recuperación de los edificios principales.
El ataque turco a Menorca se encuadra en el contexto de las guerras que mantenían la monarquía hispánica y el imperio otomano por la supremacía militar en el Mediterráneo, con la participación de la monarquía francesa como tercer elemento en discordia. La historiografía española atribuía la devastación de Menorca a una cadena de errores en la esfera militar hispánica. Pero investigaciones recientes ponen de relieve que la cancillería hispánica dejó Menorca más que abandonada a su suerte. Los sobornos de los hispánicos de Córcega a los turcos para desviar el ataque hacia Menorca y la participación destacada de un alto oficial castellano en el bando otomano que saqueó Ciutadella lo corroboran.
El 30 de junio, nueve días antes de la masacre, el ejército turco, formado por 15.000 efectivos, desembarcaba en Maó y la destruía. Ciutadella consiguió reunir un contingente de poco más de 600 somatenes, que sumados a la guarnición hispánica formada por 40 soldados no tenía ninguna posibilidad de resistir. Negrete, el oficial hispánico, sugirió la rendición. Pero el gobernador Arguimbau decidió plantar cara y enviar peticiones de ayuda que no llegarían nunca. Ante la inminencia del asalto se decidió evacuar la población civil en una columna que, absolutamente indefensa, fue atacada y masacrada. Poco después caían las últimas defensas y la ciudad se convertía en un infierno.
Imagen: Mapa de Menorca, siglo XVI / Fuente: Wikipedia