Tal día como hoy del año 1693, hace 328 años, hacia mediodía; un terremoto de intensidad máxima 11 en la escala de Mercalli, devastó Catania, la capital cultural de Sicilia y la ciudad de la isla más vinculada a Catalunya. Según las fuentes documentales, aquel terremoto, con epicentro en el valle de Noto (a 50 kilómetros en el sur de Catania); causó 60.000 víctimas mortales, y la destrucción total de la mayoría de pueblos y ciudades situados en el cuadrante suroriental de la isla de Sicilia. Catania, la ciudad más poblada de la región, que en aquellos momentos tenía 30.000 habitantes, quedó reducida a escombros y se estima que perdió una cuarta parte de su población.
La estrecha relación entre Catania y Catalunya tenía su origen en la conquista catalana de la isla de Sicilia (1282). Pero esta relación se había intensificado a partir del establecimiento de la Universidad de Catania, primer centro de estudios superiores de Sicilia, fundada por el conde-rey Alfons el Magnànim (1434). Desde entonces, la colonia catalana de la ciudad (formada por profesores de la Universidad y comerciantes del puerto) se había multiplicado. Esta intensa relación se mantuvo hasta que en 1713 el primer Borbón hispánico cedió el dominio de la isla al archiducado independiente de Austria, a cambio de la retirada austríaca de la Guerra de Sucesión hispánica.
La Universidad de Catania fue uno de los edificios más afectados por aquel terremoto. Tuvo que ser reconstruida, muy posteriormente, en su totalidad. El trazo urbanístico histórico de Catania; y sobre todo, el dibujo arquitectónico de sus principales edificios históricos, es el resultado de la reconstrucción total de la ciudad. Esta reconstrucción se llevó a cabo, principalmente, durante la etapa de dominación austríaca, bajo el reinado de Carlos d'Habsburgo (1713-1735), el último conde de Barcelona nombrado por las Corts catalanas (1706); y la figura más destacada de aquel procés|proceso constructivo fue el arquitecto siciliano Vincenzo Sinatra.