Tal día como hoy del año 1719, hace 302 años, las tropas francesas del marqués de Bonàs ocupaban la Seu d'Urgell y el fuerte de Castellciutat. Cuando se produjo este episodio bélico hacía poco más de un año que había estallado la guerra de la Cuádruple Alianza (1718-1720), provocada por la insatisfacción de la cancillería de Madrid por el resultado del Tratado de Utrecht (1713) que tenía que poner fin al conflicto sucesorio hispánico (1701-1715). En aquella Guerra de la Cuádruple Alianza, el régimen borbónico español se enfrentó a su antiguo aliado francés, con el objetivo de recuperar la posesión de las plazas europeas cedidas a los aliados austriacistas en Utrecht.
Efectivamente, el paquete de cesiones españolas —negociadas directamente por Luis XIV de Francia en Utrecht (Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña; Nápoles y Cerdeña al archiducado independiente de Austria; y Sicilia al ducado independiente del Piemont)—, habían causado en Madrid un clima de profunda insatisfacción que, concluida la guerra (1715), adquiriría un tono de reivindicación constante y de amenaza bélica permanente. El 11 de agosto de 1718, los británicos derrotaron una flota española que se dirigía a Sicilia con el objetivo de ocupar la isla; hecho que incomodó enormemente a la cancillería de Versalles (los grandes valedores de Felipe V en el conflicto sucesorio hispánico).
Finalmente, el 17 de diciembre de 1718 la cancillería de Versalles, harta de las pretensiones de su antiguo protegido, le declaraba la guerra. A principios de julio de 1719, el ejército de la monarquía francesa entraba en el Principado por Puigcerdà. En pocas semanas los más de 8.000 efectivos franceses, dirigidos por Bonàs, ocupaban la Baixa Cerdanya y el Alt Urgell; y se apoderaban de las ciudades y fortalezas más estratégicas del valle alto del río Segre hasta Organyà. Aprovechando el desbarajuste militar español, la guerrilla catalana antiborbónica del interior del país se reactivó y se produjeron varios enfrentamientos armados en el Empordà y en el Campo de Tarragona.