Si los barones del PSOE fueran aquel grupo de niños que pretende liarla siempre en la escuela, Emiliano García-Page sería el líder de la banda del patio. El presidente de Castilla-La Mancha, candidato a la reelección en las elecciones autonómicas 2023 del próximo 28-M, ha basado buena parte de la construcción de su personalidad política en dos aspectos: reivindicarse como el auténtico macho ibérico asentado en la Meseta y alejado del progresismo madrileño, y destilar manía hacia Catalunya y el independentismo.
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La dirección del PSOE no puede echar a Page fuera de clase. Es un buen candidato para Castilla-La Mancha y por eso gobierna con mayoría absoluta. Ha conseguido borrar a Podemos del mapa de aquel territorio, y se enfrenta a solas a la suma de la derecha del PP y Vox. Ahora bien, el laboratorio de Pedro Sánchez teme que Page se haya sumergido demasiado en el papel de enfant terrible y le acabe saliendo el tiro por la culata. Fuentes de la dirección del PSOE apuntan que fuera de Madrid, a veces, va bien jugar la carta de diferenciarse de las políticas de Ferraz, según lo que convenga allí donde eres candidato; pero que la imagen de alguien que constantemente reniega de sus superiores tampoco no es agradable para el electorado, y suplican que eso no lo castigue electoralmente.
Uno de los mayores embates que ha mantenido Page con Pedro Sánchez, por ejemplo, se ha producido durante este último año electoral. Y tiene relación, evidentemente, con Catalunya. "No es tolerable pactar con delincuentes", manifestó el pasado mes de diciembre Page cuando el presidente del Gobierno modificó el Código Penal para reformar los delitos de sedición y de malversación. Por mucho que la persecución al independentismo se haya mantenido prácticamente intacta, Page tacho aquel momento de "grave" para España.
Su argumento para mantener unas leyes absolutamente retrógradas era que no se puede pactar la reforma del Código Penal con aquellos que iban a estar directamente beneficiados, en referencia a los independentistas, de la misma manera que un juez es recusado cuando lleva una causa en la que está afectado o un concejal se tiene que ausentar de un pleno cuando se vota una decisión que le afecta. El argumento podría caer por su propio peso, pero Page ya se había retratado a él mismo un mes antes: había reclamado la extradición exprés de Carles Puigdemont para juzgar y ensañarse contra el president de la Generalitat en el exilio antes de que se hiciera esta reforma.
Esta rabieta contra La Moncloa de Sánchez contó con el apoyo de su escudero en la cruzada contra Ferraz: Javier Lambán, presidente de Aragón y uno de los barones socialistas más anticatalanistas. Alejado de los postulados de Pedro Sánchez, el aragonés también ha plantado cara al presidente español, y esta campaña, por ejemplo, ha endurecido su línea con respecto a Bildu y la inclusión de exmiembros de ETA en sus listas.
Page no ha superado el 1-O. También quedó demostrado cuando el Gobierno indultó a los presos políticos condenados por el Procés. "Mañana me dolerá todo el cuerpo", dijo en junio de 2021, porque al día siguiente el ejecutivo de Pedro Sánchez otorgaría el perdón a los catalanes condenados por el Tribunal Supremo por haber organizado el referéndum de autodeterminación. No sorprende: anteriormente, dijo una de gorda cuando se le había preguntado por la posibilidad del PSOE de pactar con Esquerra Republicana: "Yo por Reyes lo que no quiero, como no pienso que quiera ningún español y española, es vaselina".
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Supremacía lingüística del castellano
En 2020 Page se quejó de que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, se dirigiera en inglés a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Y, además, llegó a manifestar —equivocadamente, o mintiendo expresamente— que en España existe "la obligación" de hablar castellano, después de cargar contra la inmersión lingüística de la escuela catalana. Según el presidente manchego, hay puntos del planeta como en Japón o China que se aprende más castellano que "en algunos lugares de España".
El supremacismo lingüístico hace que no sorprenda que el presidente de Castilla-la Mancha propusiera en 2019 fichar a Inés Arrimadas. "Puede jugar un papel importante, me parece valiosa y tiene un talante aceptable", afirmó el barón socialista; además de admitir que ficharía "a mucha gente valiosa de Ciudadanos". De hecho, un año antes ya se había expresado en estos términos y aseguró en una entrevista que Albert Rivera "podría ser perfectamente del PSOE".
Un hombre "de raza"
En plena campaña electoral del 28-M, Page ha metido la pata, esta vez con comentarios machistas. Ha hablado sobre la vida sexual de sus hijos, mostrando muchas diferencias en la manera de entender la sexualidad de su hijo y su hija. "Mi hijo es de aquellos de raza, pero a la chica no lo pregunto", llegó a decir en un mitin. Explicó que su hija se ha centrado en los estudios de Medicina y no está para parejas. "Lo digo siempre: 'Tú estudias el cuerpo humano en Medicina, pero las prácticas las hace tu hermano'", espetó entre carcajadas. Por si no fuera suficiente, Page aseguró que le gustaría que su hija saliera con alguien parecida al presidente de las Cortes manchegas.