No hay ninguna duda de que fotografiarse en la Casa Blanca encajando las manos con el presidente de los Estados Unidos en el primer día de una campaña electoral es un éxito. Así es como Pedro Sánchez estrenará el 28-M: un viaje institucional a Washington que se convertirá, sin ningún tipo de duda, en un gran acto de campaña acompañado de Joe Biden. Alberto Núñez Feijóo, en la otra cara de la moneda, protagonizará un gran acto del PP en Toledo. Dos escenarios muy diferentes que serán el punto de partida de las elecciones municipales y autonómicas, el primer asalto entre Sánchez y Feijóo.

Señalan desde Ferraz que no tienen muchas intenciones de "campañizar" el viaje del presidente del Gobierno a Washington. La dirección del PSOE considera que las imágenes que salgan en las televisiones de Pedro Sánchez al lado de Joe Biden ya son lo bastante potentes, sin tener que añadir más guarnición y tirar demasiado del hilo. Se trata de un viaje institucional que hará que Sánchez no haya podido participar en actos de los socialistas ni el jueves por la noche ni el viernes. El jefe del ejecutivo volverá a pisar suelo español el sábado, en un mitin en Sevilla —objetivo prioritario del PSOE el 28-M— para ayudar a Antonio Muñoz a ser reelegido alcalde de la capital andaluza.

No es de extrañar que Pedro Sánchez se haya reservado un lugar sagrado de su agenda para meter su visita en la Casa Blanca. El presidente español se siente enormemente cómodo en la escena internacional. Es, de hecho, una de sus líneas de proyección a largo plazo. De aquí a escasos meses, a España le tocará ostentar la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. Se trata, explican fuentes de La Moncloa, de uno de los temas que Sánchez y Biden tratarán dentro de la Casa Blanca, en su reunión.

También se prevé que, durante buena parte de la reunión, ambos mandatarios discutan sobre la guerra de Ucrania, por mucho que España sigue las tesis de los Estados Unidos y de la OTAN: defender el país invadido y condenar a Rusia a la vez que se hacen declaraciones en favor de la paz. Ahora bien, ni el gobierno español ni el norteamericano tienen previsto, al menos en el orden del día oficial, tratar un tema clave de la agenda española: el cambio de posición de España respecto del Sáhara Occidental.

Barcelona, Sevilla y País Valencià, grandes prioridades del PSOE

Este será, a grandes rasgos, el mitin más importante de Pedro Sánchez para este 28-M, un viaje a los Estados Unidos y una visita con su presidente en el primer día de campaña de las elecciones. Al día siguiente tocará hacer un importante acto de partido en Sevilla, la capital de un feudo históricamente socialista, Andalucía. El pasado verano el PP de Juanma Moreno robó al partido de Pedro Sánchez este feudo ganando unas elecciones autonómicas con mayoría absoluta. Es prioritario, por lo tanto, mantener viva la alcaldía del socialista Antonio Muñoz en Sevilla. Y, según el CIS publicado este mismo jueves, el PSOE no tiene que sufrir por esta cuestión.

En Sevilla, la intención es mantenerse en el poder. Pero en Barcelona, los deseos de los socialistas pasan por conseguir la alcaldía. Fuentes del PSOE aseguran que la capital catalana es un "objetivo prioritario" este 28-M. Con la batalla de Madrid casi perdida, los socialistas tienen metido entre ceja y ceja tener buenos resultados en estas dos ciudades. Una victoria en la capital catalana sería sinónimo, según la dirección socialista, de que el Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho un buen trabajo en Catalunya durante la última legislatura.

De hecho, la intención de Ferraz es que el PSC repita su pacto con los comuns en Barcelona, y que o bien Jaume Collboni o bien Ada Colau sean el alcalde de la capital catalana durante la próxima legislatura; en función de cuál de los dos saque mejores resultados, aseguran fuentes de la dirección del PSOE. Genera más dudas, sin embargo, la idea de un pacto entre Collboni y Trias: los socialistas no tendrían problema al negociar la compra de votos de Junts, pero fruncen el ceño cuando imaginan entregar los votos del PSC al exalcalde de Barcelona.

Para el PSOE, la otra gran prioridad es el País Valencià. El Centro de Investigaciones Sociológicas también ha enviado dosis de tranquilidad a Ferraz este jueves: las previsiones de José Félix Tezanos permiten acercar al presidente valenciano y candidato socialista a la reelección, Ximo Puig, a la reedición del Pacto del Botánico, con Compromís y Unides Podem, y alejando la posibilidad de una alianza entre el PP y Vox. Las prioridades de Sánchez quedan bien claras en su calendario de participaciones en actos: el sábado empezará en Sevilla, hará un acto central en Valencia, y cerrará la campaña en Barcelona.

Pedro Sánchez y Jaume Collboni en un acto de precampaña en Barcelona / Foto: Montse Giralt

La apuesta para "derogar el sanchismo" de Feijóo

En la sala de máquinas del Partido Popular está la convicción de que las elecciones municipales y autonómicas confirmarán el cambio de ciclo electoral que, a su entender, arrancó el junio pasado en Andalucía, con la mayoría absoluta de Juanma Moreno Bonilla. Alberto Núñez Feijóo confía en que este examen primaveral en las urnas será la rampa de lanzamiento para que, a finales de año, dé el paso definitivo para desbancar a Pedro Sánchez de La Moncloa. El objetivo final es, según su punto de vista, "derogar el sanchismo".

Para conseguirlo, el gallego hace más de un año recorre todos los rincones del Estado recogiendo apoyos para este 2023 determinante para su partido, que pretende cambiar el marcador de 2019. Entre todos los objetivos, el PP mantiene la confianza para recuperar el País Valencià y sustituir al socialista Ximo Puig, aunque la macroencuesta del CIS contempla la reedición del Pacte del Botànic. Eso explica que Feijóo visite tierras valencianas tres veces durante la campaña electoral y que el acto principal se haga el domingo 21 de mayo en la Plaza de Toros de València, lugar talismán, para encomendarse al espíritu de las grandes victorias de Mariano Rajoy y José María Aznar. Al margen del País Valencià, la cúpula del partido está convencida de que los gobiernos de Aragón (Javier Lambán) y las Illes Balears (Francina Armengol) pueden teñirse de azul.

En el mapa electoral, fuentes del partido aseguraron a ElNacional.cat que una de las prioridades era salir del pozo en Catalunya y recuperaron la marca. "Un partido con vocación de ganar y gobernar como el nuestro no se puede permitir ser residual en una de las comunidades más importantes de España", explicaba el entorno de Feijóo, que viajará una vez en Catalunya para dar apoyo al candidato barcelonés, Daniel Sirera: será el jueves 18 de mayo. Desde que aterrizó en la sede de la calle Génova de Madrid, Feijóo ha pisado Catalunya más de una decena de veces.

Después de conseguir la foto de unidad en Valencia, el líder del PP contará también con la complicidad de los dos expresidentes, José María Aznar y Mariano Rajoy. Los dos tendrán una agenda propia y echarán una mano haciendo ruta por una quincena de ciudades españolas, entre ellas Pontevedra, Zaragoza, Castellón de la Plana, Málaga y Bilbao. No se les verá por Catalunya. En medio de la agenda, Rajoy y Aznar tienen una cita para dar apoyo a Isabel Díaz Ayuso, a quien protegen, en dos mítines que se darán en la Comunidad de Madrid.

El gran lema que el PP repite es la "derogación del sanchismo", un tipo de enmienda a la totalidad al gobierno de Pedro Sánchez y que, según ha explicado, implicará que Feijóo derogará las principales leyes del gobierno de coalición si llega al poder: la subida de las hipotecas, la espiral inflacionista, las medidas en materia de vivienda e incluso el plan contra la sequía. El PP, a través de todos sus grandes candidatos, extenderá la idea de que el ejecutivo de PSOE y Podemos está "roto" y que es "triunfalista".

Acto del PP con Feijóo en Valencia / Foto: EFE

Vox, a condicionar el PP

Este ciclo electoral es el primero en que Vox es un partido plenamente consolidado en diferentes instituciones. Los de Santiago Abascal confían en dar un salto importante en ayuntamientos y seguir condicionando los gobiernos de diferentes comunidades autónomas. De hecho, han dejado claro que sus votos no saldrán "gratuitos" y parten del modelo que implantaron en Castilla y León, donde el PP formó gobierno con la ultraderecha por primera vez, cediendo una vicepresidencia y tres consejerías. En Vox son conscientes de que, para evitar ejecutivos virados a la izquierda, los populares tendrán que recurrir a sus votos para conseguir mayorías en los parlamentos y en los ayuntamientos. En este sentido, aspiran a ser importantes en los gobiernos de Madrid, Extremadura, Ceuta, Murcia, el País Valencià, Balears y Castilla-La Mancha.

En los municipios, la extrema derecha parte de una base testimonial de poca penetración porque en el 2019 consiguió a 529 concejales por todo el Estado. La formación de extrema derecha arrastra meses de ocaso en la expectativa electoral, tiene el recuerdo amargo de la moción de censura de Ramón Tamames y afronta las municipales con candidatos de perfil bajo, con escasa red implantada en los pueblos y ciudades, a la vez que supedita la campaña a la marca de partido y el hiperliderazgo de Santiago Abascal.