No están llamados a las urnas, pero es altamente probable que las elecciones catalanas de este domingo tengan consecuencias en la política estatal, la que sí que los afecta de forma directa. Son ciudadanos españoles con los que ha conversado ElNacional.cat en un paseo por el centro de Madrid. ¿Cómo se ven a 600 kilómetros del Parlament las elecciones del 12-M? ¿Cómo han vivido las negociaciones entre el PSOE y los partidos independentistas para la ley de amnistía? ¿Y qué esperan del retorno de Carles Puigdemont? ¿Qué les parecería que el líder de Junts volviera a presidir a la Generalitat?

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Este periódico tropieza por el camino con gente de todo tipo. Hay quien directamente rechaza que lo graben. Es, evidentemente, quien la dice más grande. Un matrimonio de unos 60 años se autodefine como “anticatalanes”, por mucho que más tarde intenten rectificar diciendo que en realidad son “antiindependentistas”. Absolutamente contrarios a la amnistía, admiten “haber vivido mal” los pactos de Sánchez con el “loco” de Puigdemont, porque “el independentismo no tiene razón de ser”. José, de 56 años, considera que Pedro Sánchez ha conseguido “dividir” España en dos partes después de “haberse vendido por un plato de lentejas”. Sobre la amnistía, entona el discurso de Feijóo y dice que “no se puede ser juez y parte al mismo tiempo”.

De los que sí que se dejan grabar, sin embargo, hay opiniones de toda clase. El mínimo común denominador entre los habitantes de Madrid es que reconocen que no están muy enterados de los sondeos sobre las elecciones catalanas. Algunos quedan desconcertados cuando les decimos que las encuestas sitúan como un escenario posible que Carles Puigdemont pueda articular una mayoría independentista que lo haga volver a presidir a la Generalitat. No es un escenario que les genere ningún gozo. De la misma manera, la mayoría de ellos está en contra de la amnistía a los independentistas.

Si Puigdemont vuelve a gobernar, “conflicto”, “bucle” o “no avanzar hacia la independencia”

Preguntados por la figura de Carles Puigdemont, los españoles que pasean entre Plaza España, el paseo del Pintor Rosales y la calle Princesa, expresan opiniones para todos los gustos. Para Alejandro, el retorno a la Generalitat del president en el exilio implicaría mantenerse en el “bucle” de todos los años del procés. Para Javier, comportaría “conflicto seguro”. “A mí no me parecería bien, porque es una persona que ha hecho lo que ha hecho, se lo ha perdonado por la cara después de marcharse de España y no me parece justo que este tipo de persona vuelva a aquel lugar”, expresa María. Dicho todo eso, Alejandro pronostica que “volverán a ganar los mismos y todo volverá a ser exactamente lo mismo, haya más o menos quejas”. “No puede volver a ser president alguien que viola las leyes”, afirma José, que también pronostica que eso provocaría que perdiera “toda la credibilidad en la justicia” porque provocaría un “efecto llamada a España de vulneración de la ley”.

Lejos de estas opiniones, Miguel, que tiene 22 años y es estudiante de Ciencias Políticas, responde que, por lo que tiene entendido, el apoyo a la independencia “ha bajado mucho los últimos años” después del 1-O, la “violencia que flipas” y el 155. “No creo que se avance en el procés independentista, por mucho que Junts y Puigdemont vuelvan al poder”. Dos opiniones más. Fernando dice que Puigdemont no le cae “especialmente bien”, pero cree que es una “figura política que hay que incorporar” nuevamente a la política, mientras que Maribel apunta que si vuelve Puigdemont y es elegido, será que “no ha sido tan negativo”.

 

Los resultados de las elecciones y los futuros pactos en el Parlament

Sobre el 12-M como tal, Fernando reconoce que no sigue mucho la actualidad, pero sabe que las elecciones catalanas “están bastante polarizadas”. Él apuesta por Salvador Illa, el candidato del PSC. También lo hace Javier, que a pesar de esta preferencia, ve “muy complicado” que el líder socialista llegue a la presidencia de la Generalitat y tiene la impresión que “no tendrá mayoría y tendrá que gobernar con Puigdemont o con ERC”. “Veo más factible que si Illa gana las elecciones, acabe pactando con ERC o la CUP, con los partidos de izquierdas catalanes,” pronostica Miguel, ajeno que en Catalunya es prácticamente imposible mezclar socialistas y anticapitalistas.

Javier admite que las elecciones catalanas le quedan “muy lejanas” y solo cruza los dedos para que no gane el independentismo. Además, toda la gente con quien ha hablado este medio no ve nada claro un pacto entre socialistas y populares en favor de Illa. “No veo el PP saliendo de su trayectoria ahora mismo, es una alianza que no me imaginaría”, apunta Alejandro. “Si de verdad al PP le importara que los independentistas no gobernaran Catalunya, movería ficha”, añade Miguel.

Isabel, partiendo de la base que no entiende “mucho o nada” y que querría que España fuera una “república federal”, también expresa su opinión sobre los comicios y la situación política en Catalunya. “Me parece bien que voten y decidan si quieren ser una autonomía completa o menos autonomía, pero quizás también nos tendrían que preguntar al resto porque hasta ahora es parte de un total y el total también tendría que opinar”, sostiene en relación con un referéndum de autodeterminación. “No sé hasta qué punto al resto de los españoles nos afectaría que ellos fueran independientes”, añade. Y avisa de que “el problema lo tendrían ellos con la economía, el comercio y muchas otras cosas porque si se hacen independientes, es con todas las consecuencias y con su propia recaudación de impuestos”.

¿Y cómo pueden afectar a los resultados del 12-M a la aritmética del Congreso de los Diputados? Los españoles con quien ha hablado ElNacional.cat no lo tienen muy claro. Fernando cree que el impacto será mínimo porque cuestionar el Gobierno sería “malo para todo el mundo”. Por lo tanto, sostiene que “salgan como salgan, se mantendrá la estabilidad” en la cámara baja. Alejandro lamenta la dependencia del PSOE con otras formaciones: es un “cambio total de paradigma”, una “forma mezquina” de “venderse lo que sea” para seguir gobernando. Preguntada por esta cuestión, Isabel no puede aguantarse la risa: “Si no están ya desestabilizados…”.

Diferentes visiones sobre la ley de amnistía

Interrogados por la amnistía, las opiniones son divergentes. Miguel considera que es una “estrategia política como cualquier otra” y enmarca en la normalidad el hecho de “dar ciertos permisos a los partidos de la periferia, que buscan beneficios para su propia comunidad”. Tiene claro que es un “movimiento político como cualquier otro, que no es de tal calibre como lo pintan algunos políticos y los medios”. Eso sí, sobre si la amnistía es constitucional o no, cree que es una respuesta que hay que encontrar en los expertos y no en la gente de la calle.

 

En cambio, Alejandro es muy crítico con la norma que tiene que reparar la persecución al independentismo. “Evidentemente, estoy totalmente en contra”, afirma. Critica que el PSOE la haya impulsado para continuar en el poder y opina que, según su opinión, la medida tiene que contar “con el apoyo de todos los ciudadanos y no solo del partido político que la ha sacado adelante”. María cree que la amnistía es “injusta”. “O todos o nadie”, protesta. Exclama que las “leyes son para todo el mundo” y no ve bien que a una persona en concreto “se le perdone alguna cosa”. Isabel, que está “decepcionada” con el PSOE, se limita a decir que cree que la amnistía es una “chapuza total”.

A medio camino se sitúa Javier. Entiende que “hace falta sacar adelante todos juntos y portarse bien” entre todos los ciudadanos del Estado, y que los unionistas tienen que “ceder” en algunos momentos porque “hay que llegar a acuerdos”. Ahora bien, no comparte la forma como se ha llegado a la amnistía: “Al principio decían que no era constitucional y después han dicho que sí por necesidad, estas cosas me parecen un poco aberrantes”. “La normalización me parece bien, pero no como se ha hecho eso, más todavía si encima persisten en volver a hacerlo, no me parece razonable”, concluye.

ElNacional.cat hace parte de su paseo por el barrio de Argüelles, donde se ubica la sede de Ferraz del PSOE. En esta zona de la ciudad hay gente damnificada por las protestas de la ultraderecha contra la amnistía que se arrastran desde noviembre y que continúan cerca de la sede del PSOE: “Yo vivo aquí al lado y están todo el día protestando”. “A mí no me parece bien ni mal, me afecta mucho”, comenta Fernando en referencia a la amnistía. Se añade Miguel, que también es vecino del barrio: “Ha sido una molestia larga porque las protestas se han hecho cansinas”.

Bonus track: un militar jubilado que no se deja grabar

La última persona que se detiene a hablar con nosotros es un militar jubilado. Nos dice que prefiere no hacer declaraciones delante de la cámara porque tiene muchos conocidos y los militares tienen que ser neutrales. Es un ultraespañolista que encaja con múltiples estereotipos de la extrema derecha. Se muestra altamente crítico con el gobierno de “Perro Sánchez” y sus pactos con “terroristas y separatistas”. Después de una larga conversación y una cascada de insultos y descalificativos a catalanes y vascos, se despide con una frase: “Espero que no nos veamos en las trincheras, y si nos vemos, que estéis en mi equipo”.