Esquerra Republicana y Pere Aragonès se han hundido este domingo en las elecciones al Parlament. De conseguir a 33 diputados, una cifra histórica, y la presidencia de la Generalitat por primera vez desde los años 30, a perder hasta 13 escaños y quedarse solo con 20 y ser tercera fuerza a mucha diferencia de la segunda, Junts, perdiendo el pulso con los de Carles Puigdemont. Con esta formación es inviable un pacto, ya que la mayoría independentista ha quedado borrada del Parlamento ante el crecimiento del PSC y una fuerte bajada de las izquierdas independentistas, Esquerra pero también la CUP. Estos 20 diputados son el peor resultado desde 2010, después del segundo tripartito, en que pasó de 21 a 10 diputados. La gran mayoría de encuestas ya los situaban como tercera fuerza, y si bien los republicanos durante la campaña han intentado espantar a los fantasmas, los resultados finales han sido todavía peores de los que se auguraban, con la pérdida de unos 200.000 votos.

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Desde la estación del Norte, donde Esquerra ha vivido las últimas noches electorales que ha contado por derrotas (primero municipales, después generales y ahora a las catalanas habiendo ostentado durante los últimos tres años la presidencia de la Generalitat y desde hace uno y medio gobernando en solitario, después de la salida de Junts) las caras eran muy largas. Se han reunido en este espacio buena parte de los consellers que han formado parte del ejecutivo de Aragonès esta pasada legislatura, representantes del partido en el Congreso, entre los cuales Gabriel Rufián y Teresa Jordà, senadores y candidatos a las listas del Parlament, muchos de los cuales se han quedado sin escaño después del batacazo electoral.

Una derrota que recuerda a 2010

La derrota de este domingo de los republicanos contrasta con el ascenso del partido en los últimos años a las urnas. Desde el 2012 solo habían ido creciendo hasta el pico de los 33 diputados en 2021. El porrazo es incluso superior al que sufrieron en 2010, después del segundo tripartito, y donde los catalanes castigaron fuertemente a las tres formaciones que lo integraban, pero especialmente a Esquerra. Entonces pasó de 21 a 10 diputados, 11 menos. En las elecciones de este 12 de mayo aún es más pronunciado, de 33 a 20. Después de aquellas elecciones y la derrota en las municipales del 2011, el partido pasó por una grave crisis que acabó con la llegada a la dirección del partido de Oriol Junqueras y Marta Rovira.

Tercera fuerza en todas las circunscripciones

En las elecciones del 2021, que llevaron a Aragonès a la presidencia de la Generalitat, ERC fue segunda fuerza en todas las demarcaciones, menos en Tarragona, donde se impuso con cinco diputados. Ahora, los republicanos han pasado a ser tercera fuerza en toda Catalunya. Solo ha conseguido ser segunda en algunas comarcas de las Terres de l'Ebre, un feudo de Esquerra, donde se han quedado a solo un punto de diferencia del PSC, muy lejos de Junts, que ha quedado primero. En Barcelona, los republicanos han perdido hasta siete diputados, pasando de 19 a 12. Tarragona han pasado de 5 a 3, una situación que se ha repetido en Lleida. En cambio, en Girona, se han quedado con solo 2 diputados, perdiendo la mitad de la representación, y ha superado por poco más de 10.000 votos a la ultraderecha de Aliança Catalana.

Una nueva derrota: la tercera en un año

La de este domingo es la tercera derrota consecutiva de los republicanos en un solo año, todas muy duras para el partido de Oriol Junqueras, que venía de ganar tanto las municipales como las generales en 2019 y conseguir la presidencia de la Generalitat después de quedar empatados con escaños con el PSC de Salvador Illa que hoy ha arrasado en las urnas. En 2023, ERC perdió hasta cinco concejales por Barcelona, pasando de ganar las municipales en la capital catalana a ser cuarta fuerza y de ganar las elecciones generales del 2019 a perder hasta 400.000 votos el pasado 23 de julio y casi la mitad de diputados en el Congreso. Así, desde que Pere Aragonès llegó a la Generalitat la primavera del 2021 después de un pacto con los independentistas, el primer republicano en 80 años en hacerlo, el partido se ha hundido en las urnas.