El epicentro de la campaña de Carles Puigdemont (Girona, 1962) se ha situado en Argelers, en el llamado Espacio Jean Carrère, por donde han ido desfilando los asistentes a los sucesivos mítines de campaña y donde el candidato de Junts per Catalunya ha concentrado cada mañana los actos sectoriales con la prensa. En este mismo espacio y cuando la campaña agota ya las últimas horas, Puigdemont responde a las preguntas de ElNacional.cat sobre el 12-M y sobre el escenario que se abrirá al día siguiente de los comicios.
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¿Cómo ha vivido esta campaña en Argelers?
Es una campaña muy curiosa, muy interesante, porque es inédita. De hecho, las campañas nuestras siempre han sido inéditas. Las empezamos a hacer con una pantalla, cuando todavía nadie se conectaba por pantallas, antes de la covid. Ganamos las elecciones del Parlamento Europeo, por ejemplo, sin poder hacer ningún acto presencial. Y ahora, en cambio, estamos haciendo actos presenciales, pero los hacemos al otro lado de la Albera, en este concepto que hemos definido como el mitinódromo, un espacio donde celebramos todos los acontecimientos con una afluencia masiva de gente, pero, sobre todo, con esta primera vez en seis años y medio que puedo hacer una campaña con contacto físico, con contacto cara a cara con la gente. Realmente es muy emocionante.
Los sondeos apuntan que Salvador Illa ganaría las elecciones y lo que no queda claro es si las formaciones independentistas sumarían los 68 escaños necesarios para tener una mayoría absoluta. ¿Qué opina?
Creo que nosotros estamos haciendo una cosa que es heroica otra vez. Fíjese, en las europeas no nos dejaban presentar y acabamos ganando. Con todo en contra, empezando por las encuestas. Ahora pasa un poco lo mismo. No es tan grave, porque no nos han impedido presentarnos, ya aprendieron la lección, pero es verdad que seguimos teniéndolo todo en contra. Este empate virtual, esta remontada que estamos haciendo desde una posición muy lejana, esto ya en sí es una señal de victoria; que podamos estar disputando el liderazgo, tener opciones reales de ser la primera fuerza parlamentaria, con quien hace tres años que está en campaña electoral y que lo tiene todo a favor es una proeza. Y creo que una parte de la movilización es por este sentimiento de estar protagonizando un episodio electoralmente histórico. Hay muchas posibilidades y muchas probabilidades de que haya una mayoría también independentista.
La campaña empezó con la irrupción de Pedro Sánchez y sus cinco días de reflexión. ¿Qué influencia ha tenido y cómo valora este protagonismo?
Es evidente que la campaña del candidato Illa empezó en Madrid y probablemente también acabe en Madrid, porque tengo entendido que Pedro Sánchez vuelve a venir por aquí. No es ninguna novedad en la trayectoria del PSC, ha sido siempre un partido de obediencia española, que ha primado siempre los intereses del PSOE más que del PSC. Ninguna sorpresa en este sentido. Lo que ha sido sorprendente es que, después de tantos años de intentar marcar un perfil bajo, neutro, de orden, justamente la campaña la arranquen con una sorpresa que crea una gran inestabilidad política, un desconcierto, en Europa también, porque es un hecho insólito; y que, además, acaba siendo muy poco serio, porque al final se descubre que la intención real de esta maniobra era irrumpir en unas elecciones catalanas para contrastar un partido que iba tercero y en estos momentos está en posición de disputar el liderazgo. Creo que el efecto ha sido contrario al deseado. Ha tenido ocasiones bastante más evidentes para indignarse y preocuparse por la salud democrática española que una querella de feria que presenta este ectoplasma que se llama Manos Limpias, y que no tiene ningún recorrido. Por lo tanto, todo ello hace que mucha gente haya podido sentirse, incluso, manipulada emocionalmente, porque había una intencionalidad claramente electoral.
El PSOE es una máquina de poder, que ha ejercido el poder de manera muy dura y muy vergonzosa, recordemos a los GAL, la cal viva
Eso se produce en un momento en que ustedes tienen mucha relación con el PSOE. ¿De alguna manera esto puede afectar a esta relación?
Nosotros, como ya sabemos con quién nos las tenemos que haber, tomamos todas las precauciones. Si realmente tuviéramos una confianza con el Partido Socialista como la que tendría que existir en situaciones normales, no necesitaríamos a un mediador internacional, no tendríamos que reunirnos en un campo neutral para intentar llegar a acuerdos. Y, por lo tanto, todas las precauciones que tomamos pueden ser pocas. Estamos tratando con una máquina de poder, una máquina de poder que en determinados momentos lo ha ejercido de manera muy dura, y muy vergonzosa incluso, recordemos los años ochenta, los GAL, la cal viva. Este es el partido. Por lo tanto, nosotros no nos llevamos a engaño sobre a quién tenemos en frente. Por eso, cuando hubo este anuncio sorprendente del presidente Sánchez, nosotros, yo particularmente, nos lo tomamos con mucha cautela, porque los conocemos.
La mejor vía para que se empiece a desenfadar el votante independentista es votar y votar a la única candidatura que puede ganar, que somos nosotros
¿Qué motivos tiene para votarlo una persona independentista enfadada con cómo han ido los últimos años?
Justamente porque si se quiere empezar a desenfadar, y reanudar las cosas allí donde las dejamos, a recuperar la autoestima, que es un elemento indispensable para plantearnos cualquier reto de futuro, ahora es la oportunidad de hacerlo. No tenemos el reto solo de la movilización, que lo es, tenemos el reto también de la concentración de voto al máximo en la única fuerza política independentista que puede ganar estas elecciones, y que puede presidir la Generalitat, y que está en condiciones de apretar más que nunca al Estado español. Esta oportunidad la ve mucha gente e, incluso, yendo con dudas o yendo todavía enfadada, creo que hay muchos motivos para que se vaya a votar. Las alternativas a no hacerlo consolidan mucho a las opciones de Illa y eso es una noticia muy mala, porque no creo que contente al independentista enfadado lo que pueda pasar con la lengua catalana, con los servicios públicos infrafinanciados, con el reto generacional... Ya sabemos cómo gestiona España todo eso. Por lo tanto, si lo que buscamos son motivos para desenfadarnos todos, y compartiendo muchas de las razones que puede tener, creo que la mejor vía para empezar a desenfadarse es ir a votar y votar a la única candidatura que puede ganar las elecciones, que somos nosotros.
No tenemos el reto solo de la movilización, también tenemos el reto de la concentración de voto en la única fuerza independentista que puede ganar
President, dice la policía española que la Interpol no lo encuentra. ¿Qué ocurre?
No lo sé, me sorprende porque tengo un domicilio legal identificado, público, conocido, en Bélgica. Yo tengo residencia legal belga, soy eurodiputado, por lo tanto se sabe exactamente dónde estoy. Estoy dando mítines cada día aquí rodeado de muchas personas. Han pasado más de 10.000 personas que me han visto, que no han visto un holograma. No lo sé, me ha hecho un poco de risa, sinceramente, que puedan decir y declarar en un documento que no me localizan. No me lo explico. No es incompetencia, obviamente, porque deben leer los periódicos. Pero no me extraña, conociendo algunos de los informes que ha hecho la policía española, porque tengo entendido que es un agente de policía española el que informa de esto. No me extraña, porque han llegado a escribir cosas muy delirantes sobre mí. Si se creen sus delirios y tienen tan mala información, pues quizás explica que una cosa que es tan evidente para miles de personas, que me ven cada día, no lo sea para la policía.
Usted está explicando cuándo y cómo volverá. ¿Teme alguna sorpresa?
Más de una vez he dicho que tratándose de la judicatura española todo es posible, ya nos lo han demostrado todos estos años. Ahora bien, con la aprobación de la ley de amnistía se cierra un periodo de represión que ha llevado a gente a la prisión, al exilio o los tribunales. Y eso no tiene vuelta de hoja. Si hay jueces que quieren desobedecer, el margen ahora es más pequeño. La ley es muy explícita sobre cuáles son los hechos que quedan amnistiados. Si aun así desobedecen y se declaran en rebeldía, allá ellos. Pero eso tiene un recorrido muy corto, también. Y ahora ya, gracias a la ley de amnistía, no podrán impedir lo que impidieron en enero del 2018, lo que impidieron también con el encarcelamiento de Jordi Turull, que es que el Parlament de Catalunya tome libremente su decisión de quien tiene que ser el president del Govern de Catalunya.
Cuando en la última recta de la campaña tienes que empezar a sacar conejos de la chistera, es que las cosas no te acaban de ir bien
Salvador Illa ha hecho diferentes anuncios los últimos días, como por ejemplo que habría habido un intento de moción de censura contra el president Aragonès o el fichaje del major Trapero para su Govern o el apoyo de Santi Vila o Miquel Sàmper. ¿Cómo valora estos movimientos?
Eso lo tiene que explicar él, pero yo diría que hay una pizca de nervios. Porque cuando en la última recta de la campaña tienes que empezar a sacar conejos de la chistera, es que las cosas no te acaban de ir bien. Probablemente el Partido Socialista y el PP, que, a pesar de todo, bajo el radar se siguen hablando, quizás habían previsto algún tipo de maniobra. Nosotros fuimos muy explícitos, sobre que creíamos que el president se tenía que someter a una cuestión de confianza, porque se había roto aquel acuerdo y aquella mayoría que lo había investido. Pero más allá de eso, todo lo que puedan ser operaciones diferentes a esta no nos afecta ni estábamos interesados en ello. Si lo hubiéramos querido hacer, ya se hubiera hecho. Con respecto al anuncios del apoyo de Santi Vila, no es ninguna novedad, ya votó a Illa hace tres años. Con respecto al anuncio del major Trapero, tengo que decir que me ha sorprendido porque es exactamente lo contrario de lo que ha estado predicando el PSC todos estos años, y creo que no le hace un favor en absoluto a la Policía y al intento de que la Policía sea un cuerpo profesional políticamente neutro. Si el jefe policial es objeto de la propaganda electoral de un partido político, honestamente creo que es un hecho insólito. ¿En la campaña electoral española alguien alguna vez ha anunciado quién sería el jefe de la Policía española, el jefe de la Guardia Civil? Eso es un hecho insólito. Por lo tanto, cuando a estas alturas de la campaña tienes que empezar a sacar conejos de la chistera es que alguna cosa no acaba de ir bien.
Si lo hubiéramos querido hacer [una moción de censura a Aragonès], ya se habría hecho
¿Cuál sería la medida, solo una, estrella, que usted aplicaría en los 100 primeros días de gobierno?
Justamente este debate lo tuvimos internamente y rehuimos esta respuesta, decidimos hacer un paquete de las medidas de los 100 primeros días. Porque poner el foco sobre una u otra, solo porque esta quizás la tomarás 24 horas antes que la otra, es disminuir el valor que darás a la número 5, que quizás cualitativamente es más importante.
Es insólito que el responsable policial sea objeto de la propaganda electoral de un partido político
¿De la legislatura anterior, alguna medida que quiera recuperar?
Hay muchas y, por lo tanto, tampoco puedo ser explícito, pero si coge lo que ha hecho el grupo parlamentario de Junts en estos últimos años, encontrará toda una colección.
Las medidas de última hora, presionado por la campaña electoral, no es una buena manera de abordar el reto de la sequía y del cambio climático
El Govern ha levantado algunas de las restricciones por la sequía. ¿Ha ido demasiado rápido a la hora de tomar estas medidas?
Le responderé lo mismo que antes en la cuestión de los nombramientos y anuncios sorpresa del señor Illa. Cuando tienes que tomar una decisión de esta envergadura en la recta final de una campaña electoral, todas las sospechas están justificadas. No es una buena manera de abordar el reto de la sequía y del cambio climático con medidas de última hora, presionado por la campaña electoral. No me parece que la sequía pida ocurrencias, las que sean, sino que requería decisiones anticipadas que no se tomaron. Había una serie de medidas a punto cuando Junts dejó el Govern, que no se ejecutaron y que habrían contribuido claramente, no a evitar la crisis, porque es muy severa, sino a minorizar y a contener mucho los efectos que ha tenido.
En la última entrevista que le hicimos explicó que ya tenía en la cabeza la estructura del discurso que quiere pronunciar de investidura. ¿También tiene en la cabeza los nombres que querría poner en su gobierno? ¿Qué errores cometió cuando hizo el primer gobierno que ahora no querría volver a cometer?
Antes de hablar de nombres, tengo clara la estructura. Y a partir de la estructura buscaremos los mejores perfiles. Alguno de ellos los tengo claros. Pero, básicamente, es la estructura de gobierno que responda a las prioridades que planteamos. El gobierno que yo presidí no lo nombré yo. Me pidieron ser president y el gobierno ya estaba pactado, en Junts pel Sí, en el acuerdo entre, entonces, CDC y ERC. Por lo tanto, yo acepté el gobierno que tuve. Es verdad que hacia el final de la legislatura hubo una remodelación de gobierno en los últimos meses, pero dijéramos que el Consell Executiu, no lo decidí yo. Esta es la primera vez que yo podré decidir un Consell Executiu y lo decidiré yo, naturalmente.
La mejora de la vida de los catalanes forma parte del proceso de independencia, como el buen gobierno o la negociación con el Estado
Antes de que llegue la independencia, ¿qué medidas propone Junts para hacer más asequible la vivienda, ya sea en propiedad o en alquiler?
Un matiz, la mejora de la vida de los catalanes forma parte del proceso de independencia. El buen gobierno forma parte del proceso de independencia. La negociación con el estado español para arreglar los déficits crónicos del autogobierno y la financiación forma parte del proceso de independencia. Dicho esto, hay una situación alarmante en la juventud de Catalunya. La edad de emancipación de los jóvenes es a partir de 30 años. Una media de 4 años más tarde de lo que se emancipa un joven europeo. Y eso afecta a la natalidad, las expectativas de vida. Acceder a una vivienda de alquiler hoy todavía es más complicado que antes. Y ya no hablemos de la compra. Las razones por las cuales esto es así son muy diversas y algunas piden soluciones a largo plazo. A corto plazo creo que tenemos que intervenir decididamente para que la gente menor de 35 años pueda acceder a la compra y pueda hacer frente a aquello que hoy no puede hacer frente, que es a la entrada, porque la cuota de la hipoteca, a unos cuantos años vista, la puede asumir con un empleo medio. Por lo tanto, aquí el gobierno tiene que intervenir, haciendo de avalador para que la gente joven pueda acceder a la vivienda. Dos, nosotros tenemos que multiplicar el parque de vivienda de protección; la ratio que tenemos es tan miserable que da vergüenza, no nos la podemos permitir. Tres, tenemos que movilizar algunos de los pisos de la Sareb, que están en los territorios más tensionados, para ponerlos rápidamente a alquiler. Y si me apura, la solución al problema de la vivienda tiene que venir compartida también con el sector. Es evidente que falta vivienda y al mismo tiempo también tenemos que poder buscar la solución con los propietarios, dijéramos, los pequeños y medios propietarios. Tenemos un problema muy grande con los grandes tenedores y vemos con preocupación cómo se va concentrando cada vez más en manos de poca gente la vivienda. Todo eso pide una revisión de lo que hemos hecho hasta ahora que no ha funcionado y codo con codo con el sector buscar las soluciones que sean más asertivas, que den resultados.
Tenemos que intervenir decididamente para que los menores de 35 años puedan acceder a la compra de vivienda avalando el Govern la entrada
¿Cómo valora la opa hostil del BBVA contra el Banco Sabadell?
Es una opa inaceptable desde muchos puntos de vista. El Banco Sabadell es un banco que su principal actividad es aquí, su centro de decisiones es aquí. Hace años que hay un intento, y que se va aplicando, de liquidar el sistema bancario en Catalunya. Eso lo vimos con las cajas. No se ha hablado demasiado sobre lo que pasó con las cajas, pero fue una operación de Estado y lo vemos ahora con el caso de la opa hostil. Tiene que ser contestada y con fuerza por parte de las instituciones. Esperamos que el Gobierno también asuma su responsabilidad. Aquí tiene que ser contestada con derecho y con justicia. Es una mala noticia e incluso tiene que haber una cierta unanimidad, espero, entre las fuerzas políticas de Catalunya para defender la posición del Banco Sabadell.
Los medios públicos tienen que ser más fieles que nunca a la especificidad por la cual fueron creados, no luchar por la audiencia, sino la lengua y una influencia cualitativa
Usted es periodista. ¿Cómo ve el mapa comunicativo catalán así a grandes rasgos? ¿Y los medios públicos en particular?
Estamos en un mundo cambiante a nivel comunicacional. La gente joven cada vez consume menos horas de televisión estática y más horas a la carta y con el dispositivo móvil, y al mismo tiempo desconecta ya, de manera definitiva, de la prensa de quiosco, prácticamente. Los impactos que tiene eso sobre la información son notorios y no creo que estemos preparando bien a la sociedad para hacer frente. Me refiero a la gran cantidad de falsedades, falsedades bien hechas, verosímiles, que circulan y se dan por buenas en asuntos muy importantes, evidencias científicas, por ejemplo. Me preocupa muchísimo el hecho de que no hayamos preparado lo bastante a ciudadanos críticos para darle las herramientas para moverse en este contexto sin dejarse contaminar. La falsedad existirá siempre, la manipulación. Ahora es de masas, porque a través de un vídeo que se hace viral puede arruinar la reputación de una persona o la credibilidad de una teoría. La sociedad tiene que estar mejor preparada para vivir en un mundo en que eso ya será una realidad, que además se multiplicará con el impacto de la inteligencia artificial. En relación al debate de los medios públicos en Catalunya, creo que tienen que ser más fieles que nunca a la especificidad por la cual fueron creados. Es decir, que el esfuerzo económico que hace el Govern de Catalunya con una televisión y una radio de calidad está justificado no porque tengamos que competir en un mercado convencional, por una lucha encarnizada solo por la audiencia; su rol es otro, principalmente la utilización de la lengua catalana y, segundo, la influencia cualitativa sobre la sociedad, en el sentido de información de calidad, veraz, fomento de la cultura y la creación, motor de producción audiovisual en catalán... Todo eso es lo que da sentido a que los catalanes hagan un esfuerzo económico tan grande cada año para mantener a la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales.
¿Y eso es así actualmente?
Hace seis años y medio que yo no soy un cliente habitual de los medios catalanes y españoles en general. Estoy viviendo fuera, muchas de las emisiones de la corporación en el exterior no se pueden ver y por lo tanto la opinión que yo le daría, que la tengo, creo que todavía no está lo bastante contrastada y que, por lo tanto, quiero ser muy prudente sobre el análisis que hago.
El Hard Rock tiene consenso territorial, no tiene nada que ver con lo que presentó Mas-Colell, propone una oferta turística, espacio para conciertos, congresos...
Si la CUP, para investirlo president, pusiera como condición retirar el proyecto del Hard Rock, ¿usted qué decisión tomaría?
Es que este proyecto ya está muy maduro. Ha pasado por muchos gobiernos. Gobiernos monocolores, el gobierno de Junts pel Sí con responsabilidad de ERC, gobiernos compartidos y liderados por ERC, gobiernos en solitario de ERC... Y ha ido evolucionando. El proyecto Hard Rock se ha convertido erróneamente en un icono de un debate que sí que debemos tener, el debate sobre el modelo económico de Catalunya. Pero convertir este caso concreto en la categoría es un error, que yo puedo entender las razones políticas, pero nos equivocamos si pensamos que convirtiendo el Hard Rock en la yesca de la discordia arreglaremos el debate de fondo que tenemos que tener, que es qué modelo económico queremos para Catalunya. El Hard Rock tiene un consenso territorial indiscutible. Es un hecho. Dos, el Hard Rock de hoy no tiene nada que ver con el que presentó el conseller Mas-Colell —que hoy da apoyo, por cierto, a ERC—, en el que había seis casinos. Hay uno. El Hard Rock propone una oferta en la zona turística de Tarragona que no existe, espacio donde pueda haber conciertos internacionales de alto nivel. Eso es una oferta cualitativa para una zona turística como Tarragona. Ya no hay que ir solo a Barcelona. Tres, el hecho de que haya espacios para simposios internacionales, congresos internacionales, dinamiza también el aeropuerto de Reus. En este sentido, es un proyecto muy maduro que el territorio pide. ¿Este es el modelo que queremos replicar para el conjunto de Catalunya? Nosotros hemos dicho claramente que no. Yo no he pedido a Anna Navarro que se marche de los Estados Unidos después de 30 años liderando equipos de empresas líderes de Silicon Valley, para intentar buscar parques recreativos turísticos. Lo que necesitamos, si queremos que nuestros jóvenes tengan trabajo, son industrias de alto valor añadido, y en este caso muy vinculadas a la revolución tecnológica. Y eso es lo que haremos desacomplejadamente. Esta será la prioridad.
Ha dejado claro que uno de sus objetivos es rehacer la unidad del independentismo y que, por lo tanto, Esquerra será la primera formación con quien irá a buscar apoyos. ¿Es esta la razón de su estrategia de campaña de evitar la confrontación con Esquerra o sencillamente es una estrategia para intentar captar voto?
He intentado siempre ser respetuoso públicamente con ERC y con el independentismo en general. Creo que nosotros las críticas que nos tenemos que hacer, si las podemos hacer en privado, mejor que en público, porque somos compañeros de trinchera. Nuestro adversario son los partidos que representan este unionismo que tanto perjudica a Catalunya y a los catalanes. Por lo tanto, no es un cálculo táctico. Sí que creo que también tengo una responsabilidad, si yo aspiro a contribuir a rehacer la unidad, no sería del todo creíble si el principal objetivo de los reproches de la campaña fuera el president Aragonès o fuera ERC. Por lo tanto, lo hago con mucha coherencia también con lo que hemos venido predicando todos estos años.
Si el 12-M va como creo, el PSC sabrá lo que tiene que hacer. Nosotros tenemos un acuerdo con el PSOE y creo que eso ya está negociado con el acuerdo de Bruselas
Usted ha dicho que ni por activa ni por pasiva harían president a Salvador Illa. A la inversa, ¿entraría a negociar con el PSC para conseguir el apoyo de los socialistas o una investidura suya?
Yo he querido ser claro con eso y he dicho que no. Nosotros no negociaremos porque creo que si las cosas van como creo que irán, el PSC sabrá lo que tiene que hacer. Nosotros tenemos un acuerdo con el PSOE para intentar resolver un conflicto histórico. Este acuerdo nos lo creemos tanto que lo hemos ido trabajando cada mes en Suiza, ante gente que no son ni catalanes ni españoles, que nos ayudan en este propósito. Este esfuerzo no puede ser nada más que apoyado, por parte de toda la familia socialista. No entendería que estuvieran haciendo un esfuerzo tan colosal, de tanta amplitud, como el que estamos intentando hacer, y que después el Partido Socialista pusiera palos en las ruedas. Creo que eso ya está negociado, dijéramos, con el acuerdo de Bruselas.
La CUP ya ha aprendido la lección. No solo del caso del president Mas, sino del caso de Jordi Turull. No creo que estén orgullosos de lo que hicieron
Usted fue president porque la CUP puso como condición para investir un presidente de JxSí que no fuera Artur Mas. Aquello de la papelera de la historia. ¿Contempla la posibilidad de que algún partido pueda ejercer este veto sobre usted?
Ahora mismo no lo contemplo. Creo que la CUP ya ha aprendido la lección. No solo del caso del president Mas, sino del caso de Jordi Turull. Honestamente no creo que estén orgullosos de lo que hicieron en el caso de Jordi Turull, que cuando estaba a punto de entrar en la prisión no permitieron su investidura. Yo creo que eso no se volverá a repetir, sinceramente.
¿Y en el caso de Esquerra?
Tampoco lo puedo decir. Son preguntas que se las tienen que formular a ellos. Yo no tengo ningún indicio de que eso tenga que ser así.
Me tocará poner mucha generosidad, pero lo que no haré será dejar de liderar, en este país hace falta que haya alguien que tome decisiones y que lidere políticas
¿Qué tendría que cambiar para garantizar que la unidad que defiende realmente funcionará? Usted ha dicho que no pondrá líneas rojas para pactar el gobierno, pero ahora mismo acaba de decir que su gobierno lo hará usted. ¿Cómo garantizará un gobierno cohesionado? Porque hasta ahora Esquerra y Junts se están tirando los platos por la cabeza.
Sí. Hay una parte que tiene que ver con la actitud. Y también asumo que si el Parlament me inviste president, la principal responsabilidad del éxito o del fracaso de este intento de unidad será mía. Y, por lo tanto, a mí me tocará poner mucha generosidad. Lo que no haré será dejar de liderar. porque creo que en este país hace falta que haya alguien que tome decisiones y que lidere políticas. Creo que en este sentido no encontraré tampoco dificultades con los compañeros de viaje de gobierno, porque también querrán lo mejor para los ciudadanos de Catalunya y que el gobierno sea asertivo, que pueda tomar las decisiones y que pueda explicar bien a los ciudadanos los retos de futuro que tenemos planteado. A veces es verdad que en los conflictos de estos años las relaciones se han ido avinagrando una pizca, pero hay un reto apasionante e ilusionante. Esta es la experiencia que viví en Junts pel Sí, aquello que era un obstáculo todo el mundo se esforzaba para superarlo. Eso tiene que empezar a volver a pasar. Y yo confío mucho, pero insisto en lo que decía al principio de la respuesta, tiene mucho que ver con la actitud que tengamos. Yo la tendré toda. Estoy convencido de que también de la otra parte pondrán todo lo que puedan poner para que las cosas funcionen.
En el debate contra la ultraderecha hace falta menos cinismo. Hay partidos que no paran de hablar a ver si así se hinchan las expectativas y nos roban votos a Junts
Junts desestima el apoyo que le pueda ofrecer, si es que entra en el Parlament, Aliança Catalana. ¿Por qué?
Nosotros desestimábamos el apoyo de muchos otros partidos, no solo el caso de Aliança Catalana. En el compromiso que firmamos no se especificaba ningún nombre de partido, se definía unas actitudes políticas que son incompatibles con el día de ayer, por ejemplo, que conmemorábamos el fin de la Segunda Guerra Mundial y la derrota del fascismo y del nazismo, o con el día de hoy, que conmemoramos el día de Europa y todos los valores que representa. No es ninguna novedad. Nosotros hemos estado siempre en este lado de la historia. Y quien quiera situarse al otro lado de la historia no puede tener nuestra colaboración ni por activa ni por pasiva. Hay grupos que esta colaboración indirecta la han tenido. El señor Collboni es alcalde de Barcelona gracias a los votos del PP. El PP está gobernando con Vox en muchos lugares. ¿El señor Illa renunciará al apoyo del Partido Popular y el señor Collboni dimitirá porque ha recibido los votos indirectos de un partido claramente ultraderechista como es Vox? En este debate lo que nos hace falta es menos hipocresía, menos cinismo. Porque mientras hay partidos que dicen no, ni agua a este o al otro, se dan un hartón de hablar en campaña electoral de este y del otro, a ver si así se hinchan las expectativas y nos roban unos cuantos votos a Junts que nos impidan ganar estas elecciones. Esto se llama cinismo. Nosotros hemos sido claros, pero toda esta maniobra para intentar colocarnos a nosotros fuera de una política y de un compromiso con el que ya nacimos, me parece que ha sido un error que denota la poca sinceridad de algunos actores que dicen luchar contra el fascismo.
¿Cree que hay la posibilidad de una repetición electoral en el horizonte?
No podemos negar la evidencia. Puede haber un tripartito de izquierdas, puede haber una repetición electoral, puede haber una mayoría independentista, puede haber un gobierno con mayoría simple. Es verdad que tenemos el deber de ser honestos. Pero en el cálculo de probabilidades, la opción que tiene más probabilidades no es precisamente la de repetición electoral. Y en el cálculo o el análisis de qué es lo mejor para el país, esta es la que menos nos interesa. Repetición electoral después de un ciclo electoral, que venimos de las municipales, de las generales, de las catalanas anticipadas, dentro de 18 días las europeas, volveríamos a unas autonómicas, y después quizás a unas generales... Creo que los ciudadanos no se lo merecen. Los principales beneficiarios seríamos nosotros, porque yo podría hacer campaña allí y podría participar en los debates y podría hacer todo lo que mis competidores pueden hacer y yo no. Pero creo que sería la peor solución para los catalanes y los catalanes no se lo merecen.
Vamos acabando con una curiosidad. Si usted es el 130.º president de la Generalitat. Quim Torra el 131.º, Pere Aragonès el 132.º. ¿Si gana, cómo va la numeración? ¿Es 130.º y 133.º a la vez o mantiene la posición de 130.º?
Son las dos cosas. Es el 130.º president y es la 133.ª presidencia. Son cosas diferentes. Es decir, a la hora de establecer cuántos catalanes o cuántas personas habrán ocupado la presidencia, habrá 132, no habrá 133.