Nueva etapa. Un total de 5.754.931 ciudadanos de Catalunya están convocados al voto este domingo desde las 09.00 de la mañana para escoger a los 135 diputados del Parlament, en las 14as elecciones que se celebran desde 1980. A las 20h, justo cuando cierren los colegios electorales, empezará un escrutinio de vértigo que ordenará las preferencias de los electores sobre cuál de los candidatos tendría que liderar el nuevo tiempo político que se abre después de la década del procés independentista así como la distribución de fuerzas para conformar mayorías en el futuro Parlament, que decidirán el president y el Govern. Siempre que un no descartable bloqueo no obligue a convocar nuevas elecciones.

 

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🔴 ¿Cómo va Puigdemont, Illa y Aragonès? ¿Quién va ganando las elecciones catalanas 2024? | DIRECTO
 

📊 La participación en las elecciones de Catalunya 2024

 

 

La última mayoría absoluta en unas elecciones en el Parlament la obtuvo Jordi Pujol, presidente de la Generalitat entre 1980 y el 2023, en los comicios celebrados en el ya lejano año olímpico de 1992. Desde entonces, todos los presidents sin excepción -Pasqual Maragall, José Montilla, Artur Mas, Carles Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonès- han sido investidos gracias a pactos postelectorales al no haber alcanzado ninguno en solitario los 68 diputados necesarios que conforman la mayoría absoluta para obtener la presidencia en primera votación. Todos los pronósticos preelectorales indican que eso volverá a suceder en estas elecciones del 12-M.

En un sistema parlamentario como el catalán, el ganador de las elecciones no es necesariamente quien queda primero en las preferencias de los electores -el más votado y/o quien obtiene más escaños- sino quien reúne más apoyos en el parlamento para ser investido. Así, Artur Mas (CiU) fue primero en las elecciones del 2003 y el 2006, pero fueron investidos presidentes Pasqual Maragall y José Montilla (PSC) gracias a un pacto de izquierdas (PSC, ERC e ICV). También Inés Arrimadas (C's) ganó las del 2017, pero fue investido Quim Torra (Junts) con una alianza independentista (Junts, ERC y CUP) que se repitió en el 2021 para investir a Pere Aragonès (ERC) aunque el ganador de los últimos comicios fue Salvador Illa (PSC). A veces, los integrantes de un acuerdo lo pueden condicionar a un cambio de candidato a la presidencia, como sucedió con la CUP que, en el 2016, forzó el pas al costat de Artur Mas y fue investido Carles Puigdemont.

Propaganda electoral del 12-M en Tarragona / EFE

 

Nada hace pensar que esta vez sea diferente en las que se presentan como las últimas elecciones atípicas o marcadas por el procés independentista. Las del 27 de septiembre de 2015 fueron planteadas por el soberanismo como un plebiscito sobre la independencia con una candidatura, la de Junts pel Sí, que reunió por primera vez a Convergència y ERC e independientes. Las del 21 de diciembre del 2017 fueron unas elecciones de excepción: las convocó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, después de suspender la autonomía con la aplicación del artículo 155 de las Constitución como respuesta a la declaración de independencia del Parlament de Catalunya conocida como D.U.I. En aquella campaña, los líderes del procés o estaban en prisión preventiva (como el líder de ERC, Oriol Junqueras) o se habían exiliado (como el presidente Carles Puigdemont). La anomalía represiva continuó en las elecciones del 14 de febrero del 2021, celebradas apenas un año después de la pandemia de covid-19. Los primeros indultos parciales a los líderes juzgados y encarcelados del procés no llegaron hasta junio del 2021.

Marco represivo del 'procés'

Todavía en estas elecciones persiste el marco represivo del procés, con la ley de amnistía negociada por los independentistas y el PSOE de Pedro Sánchez bloqueada en el Senado por la mayoría del PP. El efecto de ello es la vigencia aún de las inhabilitaciones derivadas de la sentencia del Tribunal Supremo que han impedido concurrir a los comicios a líderes como el republicano Oriol Junqueras. Y, sobre todo, la situación del president en el exilio y candidato de Junts+ Puigdemont por Catalunya, Carles Puigdemont. Después de dejar el exilio de Waterloo se ha establecido en la Catalunya Norte y ha concentrado en Elna, Argelers o Cotlliure los actos electorales en una campaña inédita en que los participantes a los mítines de Junts se han desplazado en buses desde todo el territorio catalán.

Las elecciones de hoy fueron anticipadas por el actual president, el republicano Pere Aragonès, después de la imposibilidad de pactar los presupuestos -y la renuncia a prorrogarlos. ERC, que fue segunda fuerza en el 2021, puede quedar relegada ahora a la tercera posición -si bien los republicanos confían en el voto oculto de última hora- detrás de Junts. Los sondeos preelectorales han dibujado un duelo entre el socialista Illa, que aspira a llegar el primero en la carrera y, esta vez, poder ser investido presidente, y el líder de Junts y president en el exilio, Carles Puigdemont, que esta vez sí que ejercería como presidente efectivo. Si Illa, aficionado al atletismo, ha demostrado estos días a los periodistas que lo han seguido en campaña que es un buen sprinter, los juntaires han experimentado una importante remontada en los pronósticos preelectorales. Y no descartan dar la campanada si el independentismo concentra el voto en un Puigdemont que ya no contempla ningún otro camino que volver finalmente a Catalunya después de 6 años y medio de exilio, una vez la ley de amnistía se publique en el B.O.E.

El duelo de campaña Illa-Puigdemont desembocará esta noche en la pista del baile de los pactos, y, aquí, ERC puede tener la llave para configurar un acuerdo de izquierdas con el PSC y los Comunes Sumar de Jéssica Albiach para investir a Illa o bien alumbrar una nueva mayoría independentista con Puigdemont, presumiblemente, al frente. Uno y otro escenario dependerán, en todo caso, de si la matemática electoral cuadra y ambos son de concreción muy compleja. Si se confirma un batacazo severo de los republicanos, como el que vaticinan los sondeos, todo puede quedar todavía más en el aire. Aragonès no ha descartado, de entrada, ninguna opción de pacto. El sentido de voto de la CUP, que hasta ahora ha sido determinante para articular la mayoría independentista, esta vez viene revestido de un cierto aire de misterio después del anuncio de los anticapitalistas que no pactarán con Junts.

Candidatos al debate electoral: Fernández (PP, Albiach (Comunes Sumar), Garruga (VOX), Aragonès (ERC), Illa (PSC) Rull -sustituye Puigdemont por Junts- y Estrado (CUP) / EFE

 

Además, el baile de los pactos tiene que mirar necesariamente a Madrid. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que marcó la primera semana de campaña catalana buscando un estado de shock emocional en el electorado socialista y de izquierdas con su reflexión sobre una dimisión que finalmente no se produjo, se ha volcado con su candidato, Salvador Illa. Pero, además del marcador que finalmente alcance el PSC, el resultado de Junts y ERC, los socios de Sánchez en Madrid, será decisivo para la continuidad de la frágil legislatura española. Puigdemont ya ha advertido que Junts dejará caer a Sánchez automáticamente ante cualquier maniobra o pacto contranatura, como por ejemplo una repetición de la operación Collboni, para vetar un president independentista. Illa ha recordado que, en todo caso, aspira a ser presidente con más votos a favor que en contra.

En unas elecciones catalanas altamente españolizadas y en las puertas de las europeas del 9 de junio, también ha puesto toda la carne en la parrilla de la campaña del 12-M Alberto Núñez Feijóo con su candidato -a la fuerza- Alejandro Fernández, quien, partiendo del último puesto en las elecciones del 2021, aspira a superar VOX como principal fuerza de la derecha españolista en el nuevo Parlament. Las urnas confirmarán o no, por otra parte, la eventual irrupción de la lista islamófoba de Aliança Catalana (AC). El PSC, ERC, Junts, los Comuns y la CUP se han comprometido por escrito a no pactar ni con VOX ni con AC. Pero este cordón sanitario para aislar a los ultras, aunque podría reducir el listón de diputados necesarios para una investidura, en ningún caso no impediría a los de Ignacio Garriga y en los de Sílvia Orriols, votar o no votar a un candidato u otro.

De no mediar un milagro de última hora, el 12-M será la despedida de Ciutadans, residentes en el Parlament desde las elecciones del 2006. No se invita particularmente.