Quizás porque los indepes no saben bailar sevillanas, o porque viven en otro mundo, ni Esquerra Republicana, ni Junts per Catalunya ni la CUP tienen caseta este año en la Feria de Abril de Catalunya, lo que tiene su intríngulis, porque, como recordó ya hace años Àngel Colom, la independencia de los Estados Unidos no la hizo Sitting Bull, sino los que llegaron más tarde. Los indígenas nunca son suficientes para hacer la revolución

Justo antes de que se inaugurara anoche la Feria de Abril de Catalunya, con toda la putería, Vox organizó un mitin justo delante del Fòrum, en la rambla Prim, que justamente estaba decorada con carteles de Puigdemont con el siguiente mensaje: "Catalunya necesita la independencia". Y los de Vox añadieron carteles suyos para compensar que añadían: "En defensa propia". La composición tenía su gracia, porque no eran necesariamente contradictorios.

Hacia las nueve llegaron las comitivas institucionales y de partidos para aparecer en las fotos de la inauguración de la feria, y los codazos y los esfuerzos para figurar ante las cámaras resultaban la mar de divertidos y eso que estaba todo pactado, se supone que de acuerdo con el protocolo y la subvención apoquinada, por este orden: Aragonès, Collboni, Lluïsa Moret (Diputación), Filo Cañete (Sant Adrià) y Carlos Prieto (Delegación del Gobierno) y, por descontado, el anfitrión, Daniel Salinero, presidente de la Federación de Entidades Andaluzas (FECAC). ¡Ah!, y el incombustible Enric Millo, en calidad de representante de la Junta de Andalucía para la Acción Exterior y la Cooperación Internacional, lo que parece un chiste. También estaba el exalcalde Xavier Trias, a quien todo el mundo saludaba como reconociéndole una autoridad moral personal e intransferible.

Collboni conversa con Aragonès entre sevillanas / Foto: Carlos Baglietto

Los gobernantes apretaron el botón y se encendió la luminaria. Oooooohhhh.  Y los políticos entraron en el recinto y, ¡oh!, sorpresa. Así de entrada no parecía una fiesta andaluza. Las paradas más concurridas eran, por un lado, una colombiana que ofrecía ceviche de mango, salchipapa con chicharrón y papas rellenas y, por el otro, un chiringuito cubano que ofrecía mojitos bastante cargados a siete euros. Ambas, animadas con música autóctona. Autóctona de sus países de origen, claro. Un grupo de neerlandeses se estaban poniendo las botas y bailaban divertidos al son de El Taiger & El Happy... "Habla matador, las mujeres son adictas a mí, porque no ando diciendo con quién me acuesto...".

A medida que la comitiva avanzaba, la música y el color cambiaban hasta llegar a las casetas importantes de las hermandades rocieras y asociaciones diversas de L'Hospitalet, Terrassa o Santa Coloma de Gramenet. Sevillanas, bulerías y mujeres superelegantes con vestidos de faralaes creaban un ambiente tan festivo como emotivo.

Pere Aragonès y Jaume Collboni, entre los asistentes en la Feria de Abril / Foto: Carlos Baglietto

El acto institucional se hizo en la caseta central de la FECAC interrumpiendo la actuación de un grupo de baile mucho más interesante que dejaba con la boca abierta. Hablaron hasta siete oradores y todos dijeron más o menos lo mismo: que Catalunya es un país diverso y que la diversidad es una realidad intrínsecamente buena. Quien más quien menos habló en catalán y en castellano, salvo el president Aragonès y la alcaldesa de Sant Adrià, Filo Cañete, que aun reivindicando sus orígenes andaluces, también pronunció todo el discurso en catalán. Hubo vivas a Catalunya y Andalucía, solo un par de vivas a España y un viva al eje del Besòs, bastante aplaudido.

Inicio de la Feria de Abril / Foto: Carlos Baglietto

Después cada uno paseó por el recinto por su cuenta y a la gente le encantaba tomarse fotos con los políticos, para que luego digan. Era divertido ver al president Aragonès rodeado de mujeres bien adornadas con trajes folclóricos y flores en la cabeza encantadas de retratarse con el presidente catalán. Al diputado Rufián incluso le pedía una foto un señor con la pulsera rojigualda.

Gabriel Rufián en la Feria de Abril de Catalunya 2024 / Foto: Carlos Baglietto

Por cierto, también circuló por la Feria el candidato de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, que debió confirmar sobre el terreno los peores augurios de las encuestas. Las casetas de los partidos no son las más visitadas, pero en la de Ciudadanos, que es de las grandes, no había nadie.