La Junta Electoral Provincial de Barcelona insiste que la entidad estudiantil Deba-t.org de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona tendría que haber incluido en Vox en el debate electoral que organizaba el pasado 25 de abril en el auditorio de la Ciutadella de la UPF a las 12:00 horas, y que contaba con la confirmación de la asistencia de representantes del PSC, ERC, Junts, CUP, Comuns, Ciutadans y PP. La Junta Electoral reitera que la organización estudiantil forma parte de la comunidad universitaria de la UPF y que, por eso, se le aplica la misma normativa que rige para la universidad con respecto al pluralismo político y la neutralidad en periodo electoral. Tal como ya hizo la semana pasada, la Junta Electoral Provincial no aprecia ningún "criterio objetivo" para excluir a Vox del debate electoral, por lo cual concluye que se tendría que haber posibilitado la presencia de la formación al debate. Actualmente, el partido tiene 11 diputados en el Parlamento de Catalunya.

Deba-t.org presentó un recurso a la resolución de la Junta, que ahora ha vuelto a ser desestimado por el organismo electoral. En él, la entidad estudiantil argumentaba que es una asociación de carácter privado inscrita en el Registro de asociaciones de la Generalitat de Catalunya y, en consecuencia, señalaba que su tarea la realizaba con independencia total de la UPF. El recurso, por lo tanto, defendía que el acto del pasado 25 de abril tendría que quedar absuelto de incluir en Vox, porque no forma parte de una entidad pública.

Boicot de Vox al acto

Vox no aceptó el veto de Deba-t.org y decidió boicotear el debate electoral que se estaba haciendo a la UPF. Un grupo de jóvenes del partido irrumpió en el auditorio donde se celebraba el debate y reclamaron la participación del número 3 por Barcelona, Joan Garriga, que también asistió: "Sin Garriga no hay debate", proclamaron durante la presentación del acto que finalmente se ha tenido que suspender ante los gritos de los ultras. Cada vez que desde el escenario alguien intentaba intervenir, estos jóvenes lo increpaban y respondían con gritos a favor de Vox. También atacaron a los representantes de los otros partidos españolistas en el Parlamento para decidir participar del debate donde no se les había convocado. Después de veinte minutos de tensión donde el representante de Ciutadans no pudo ni intervino —era el primero que lo tenía que hacer—, la organización comunicó la decisión de anular, que fue celebrada por los ultras que estaban en la sala.