Carles Puigdemont no tira la toalla a pesar de la victoria del PSC este domingo en las elecciones al Parlament. El candidato de Junts ha anunciado desde Argelers la voluntad de presentar su candidatura a la presidencia de la Generalitat. Ha asegurado que ya ha iniciado los contactos para construir una mayoría y que, si cuenta con el apoyo de los diputados independentistas, Salvador Illa debería lograr para derrotarlo no solo los votos a favor del PP sino también, como mínimo, la abstención de Vox, lo que contradice el acuerdo para no utilizar los votos de la ultraderecha. "Estamos en condiciones de hacer un gobierno coherente y con un liderazgo fuerte", ha insistido Puigdemont que, con todo, ha admitido que todavía está lejos de un acuerdo. El primer paso será, sin embargo, un acuerdo sobre la Mesa del Parlament.
Puigdemont ha insistido en que no ha iniciado todavía ninguna negociación, más allá de los primeros contactos con la secretaria general, Marta Rovira. No obstante, ha diagnosticado que, una vez que ERC ha descartado la opción del tripartito, no existe ninguna otra opción de Govern con mayoría absoluta, puesto que Junts no quiere oir hablar de una sociovergencia y Illa ha asegurado que no usará ni por activa ni por pasiva el apoyo de Vox. "Sería muy mala noticia que no fuéramos capaces de evitar una repetición electoral", ha advertido.
Matemáticamente, el PSC podría hacer un tripartito o un pacto con el resto de fuerzas españolistas, PP y Vox. Ambas sumas dan 68 escaños, es decir, mayoría absoluta. Pero las dos aparecen ahora mismo como extraordinariamente complicadas. De momento, los 42 diputados del PSC cuentan con los 6 de los comunes, y suman 48 escaños, lo cual es menos que los 55 que sumarían Junts y ERC, y los 59 que reunirían si cuentan también con la CUP. El PSC debería buscar también, por lo tanto, los 15 diputados del PP, pero la suma del resto de diputados del Parlament seguiría siendo superior, 102 votos, lo cual descarrilaría la investidura de Illa, que, por lo tanto, necesitaría también de la abstención de Vox.
Abstención del PSC
Puigdemont ha asegurado que se ve president y que, si no, no se presentaría a la investidura, y que tiene posibilidades de tener más votos a favor que en contra, con una "mayoría coherente y con un liderazgo fuerte". Ha admitido que este escenario obligaría a una abstención de los socialistas, y ha insistido que aunque no tienen intención de negociar con el PSC, un acuerdo de Illa con el PP entraría en contradicción con los acuerdos cerrados entre Junts y el PSOE y afectaría a la Moncloa, dado que "la estabilidad en Madrid está garantizada si cumplen los pactos". "Siempre he dicho que si hay juego sucio, como apoyarse por activa en el PP y por pasiva en Vox, es evidente que no podemos seguir", ha argumentado. Con el mismo argumento, y en referencia a la estabilidad de un gobierno independentista en minoría, se ha preguntado si Illa votaría en el Parlament en contra de lo que Junts pacte con el PSOE en Madrid.
Por lo que a la CUP respecta, ha insistido en que no prevé incorporar a los anticapitalistas a su gobierno, pero ha recordado que en otros momentos han cerrado acuerdos parlamentarios.
Aritmética diabólica
Junts fue la única fuerza independentista que creció ayer en las urnas. Consiguió 35 diputados, tres más que en 2021. No obstante, el crecimiento de Junts no compensa el mal resultado cosechado por el resto de fuerzas independentistas, que se han desplomado. ERC ha perdido 13 diputados y se ha quedado con 20, mientras que la CUP, con 4 diputados, se ha dejado por el camino más de la mitad de los escaños.
Con todo, y a pesar de la victoria clara del PSC, que ha obtenido 42 diputados, Puigdemont dejó ayer claro que no se resignaba a renunciar a la presidencia y que estaba dispuesto a intentar sacar adelante un gobierno.
A la hora de negociar el nuevo gobierno, Puigdemont ha recordado que por primera vez no existe una mayoría independentista en el Parlament, lo cual condicionará la estrategia de las fuerzas soberanistas en los próximos años.