Salvador Illa i Roca encabeza la candidatura del Partido Socialista de Catalunya (PSC) a las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo. En los últimos comicios, en febrero del 2021, fue el candidato más votado, pero la alianza del independentismo impidió que formara Govern y se convirtió en jefe de la oposición en el Parlament de Catalunya. Con el fin de organizar una oposición firme y para escenificar cómo habría sido un ejecutivo socialista, decidió formar el Govern Alternatiu. Esta vez Illa busca obtener los apoyos necesarios para poder liderar un Govern de la Generalitat.

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Una carrera política precoz

Se conocen pocos detalles de la vida profesional de Salvador Illa, que es muy reservado. El candidato socialista tiene 59 años, está casado con Marta Estruch, con quien tiene una hija, y le gusta salir a correr y leer ensayo. 

Illa es el mayor de tres hermanos. Nació en la Roca del Vallès, en el seno de una familia vinculada a la industria textil del Vallès Oriental: el padre trabajaba en la fábrica de Textiles y Bordados de la Roca del Vallès, mientras que la madre, que mayoritariamente dedicaba el tiempo al hogar, también tenía un pequeño taller textil. Illa estudió en la Escola Pia de Granollers, se licenció en Filosofía y Letras en la Universitat de Barcelona (UB) en 1989, y cuatro años más tarde hizo un máster en Dirección de Empresas en el IESE Business School de la Universidad de Navarra.

Pero su vida política empezó antes de obtener ningún título universitario. Con tan solo 21 años se convirtió en concejal en el Ayuntamiento de la Roca del Vallès y asumió la cartera de Cultura. Después de un periodo en la oposición, entre 1991 y 1995, con 29 años, se afilió al PSC y volvió al ejecutivo municipal como número dos de Romà Planas. La muerte repentina del alcalde tan solo tres meses después convirtió Illa en alcalde de su pueblo natal. Ocupó el cargo durante 10 años bastante convulsos por las tensiones existentes entre los distintos grupos del consistorio. En su mandato impulsó la modernización del pueblo, y entre otras cosas inauguró el conocido centro comercial de La Roca Village.

Salvador Illa junto al alcalde Romà Planas en 1995. / Foto: Arxiu Municipal de la Roca del Vallès

En el 2005 renunció a la alcaldía para incorporarse al Departament de Justicia de la Generalitat como director general de Infraestructures, trabajo que desarrolló durante casi 4 años, después de los cuales pasó un breve periodo de tiempo en la empresa privada. En 2010 volvió al sector público, esta vez al Ayuntamiento de Barcelona, primero como director de Gestión Económica y después como coordinador del grupo municipal socialista y finalmente como jefe de gabinete de Jaume Collboni. Paralelamente, a lo largo de estos años fue escalando posiciones dentro del PSC, hasta que a finales del 2016 fue nombrado secretario de Organización del partido, en un momento de crisis para el socialismo en Catalunya, que se encontraba en una posición incómoda ante la fuerza del independentismo. Illa insistió en la apuesta por el diálogo para intentar evitar el choque de trenes entre Catalunya y el Estado, pero con el paso de los meses el discurso del partido fue endureciéndose para afianzar la defensa de la Constitución y el Estado de derecho. De hecho, el 8 de octubre del 2017 fue el único dirigente del PSC que asistió a la manifestación españolista de Societat Civil Catalana al lado del PP y de Ciudadanos.

Una de las aficiones conocidas de Salvador Illa es correr. Foto: PSC 

De ministro de Sanidad a candidato a president

En enero del 2020, Pedro Sánchez lo escogió como ministro de Sanidad para formar su segundo gabinete. Una cartera que no suele tener una gran relevancia, dado que estas competencias están transferidas a las autonomías, pero que en el caso de Illa coincidió con el estallido de la pandemia de la covid, hecho que lo convirtió en el responsable de la respuesta a una grave crisis sanitaria y que también le ofreció una gran exposición mediática. En diciembre del 2020 se postuló como candidato del PSC a la Generalitat para las elecciones de febrero del 2021 después de la renuncia de Miquel Iceta a volver a presentarse, y a finales del 2021 también relevó a Iceta como primer secretario del PSC. En la última legislatura ha ejercido una oposición crítica, pero al mismo tiempo dialogante, y ha dado apoyo a los presupuestos de Pere Aragonès en dos ocasiones, una estrategia que responde a la intención del partido de "pasar página" del procés.