Como corredor, Salvador Illa Roca (la Roca del Vallès, 1966) sabe que siempre el último kilómetro es el más difícil. A pesar de ser quien parte en cabeza de la carrera electoral —al menos así lo indican todas las encuestas—, el candidato del PSC a las elecciones del 12 de mayo receta "prudencia" y "respeto" hasta el veredicto de las urnas. En una entrevista con ElNacional.cat en pleno ecuador de la campaña, que en el caso de los socialistas ha estado muy marcada por los cinco días de reflexión de Pedro Sánchez y su presencia en Catalunya durante esta, Illa sostiene que este periodo de inflexión del presidente del Gobierno "no responde a ninguna estrategia ni cálculo electoral" y avala la gestión de Sánchez con los indultos y la amnistía. El jefe de cartel del PSC asevera que esta ha sido una legislatura "fallida" y lo hace extensible a la última década, en la que acusa a sus inmediatos competidores —Junts per Catalunya y Esquerra Republicana— de "no haber hecho nada" en cuestiones como la financiación, la lengua o la sequía. En relación con sus adversarios electorales, Carles Puigdemont y Pere Aragonès, quien fuera ministro de Sanidad durante un año descarta investirlos, porque "uno representa el pasado y, el otro, no ha funcionado". Paralelamente, Salvador Illa solo cierra la puerta a Vox y Aliança Catalana en los futuros pactos postelectorales para intentar ser elegido president de la Generalitat.

🔴 Salvador Illa: "Me pregunto por qué después de 10 años de Junts y ERC en el Govern el uso del catalán ha bajado"
 

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Salvador Illa, en el plató de ElNacional.cat / Foto: Montse Giralt.

¿Se siente president, ya?
Las encuestas dan una perspectiva favorable, pero yo soy muy prudente, muy realista y muy respetuoso con los tiempos. Hay esa frase que se atribuye al ex primer ministro israelí, Shimon Peres, que comparaba las encuestas con un perfume: bonito de oler, peligroso de tragar. Por lo tanto, mucho respeto. Me haría mucha ilusión, sería un honor presidir Catalunya, pero eso está en manos de los catalanes y las catalanas que se pronunciarán el 12 de mayo, y hasta entonces tenemos que ser muy prudentes y respetuosos.

Se ha hablado mucho de Pedro Sánchez estos días. Hay una cuestión, no obstante, que nos ha sorprendido: dijo que él, su mujer Begoña Gómez, Pablo Iglesias, Irene Montero, Ada Colau, Carmen Calvo, periodistas, artistas, intelectuales, han sufrido la máquina del fango y la desinformación. ¿Olvidarse de los independentistas está hecho adrede y, en cualquier caso, es un error?
Yo creo que él ha hecho una reflexión muy sincera, dirigiéndose directamente a la ciudadanía de toda España y también de Catalunya, diciendo que necesitaba parar y pensar. Quizás a mucha gente le haya sorprendido esta vertiente más humana de Pedro Sánchez, a mí no tanto porque he tenido ocasión de tratarlo. Yo tengo una relación próxima, de amistad, con él, y por lo tanto me es más conocida. Ha sido muy sincero con respecto a los motivos que lo han llevado a esto y también respecto al fruto de su reflexión, cuyo resultado a mí me alegra porque sigue al frente del Gobierno de España. Creo que hace políticas buenas económicamente, socialmente, buenas para Catalunya, buenas para el conjunto de España. Y es efectivamente un acto bastante inédito, de sinceridad de un presidente de Gobierno con la ciudadanía, que ha tenido un efecto positivo desde mi punto de vista. Ha abierto una reflexión colectiva —que ya existía, en todo caso, que la ha levantado o la ha reforzado— sobre la propia naturaleza de la acción política y de sus límites. Nosotros aquí hemos tenido siempre las ideas claras y hemos intentado aplicarlas, no sé si con todo el éxito que han deseado los ciudadanos, pero en todo caso las ideas las hemos tenido claras: la política es un servicio público, no una lucha descarnada por el poder, y tiene límites. Y eso es lo que ha hecho él. Eso nos concierne a todos y esta reflexión colectiva continuará. Nosotros también lo acompañaremos.

Pero este olvido específico de los independentistas, ¿a qué cree que obedece?
Si algo se puede decir del Gobierno de Pedro Sánchez y más ampliamente de nuestro espacio político, es que lo que hemos intentado es normalizar políticamente, socialmente e institucionalmente Catalunya. Creo que eso responde a hechos objetivos y nadie puede dudarlo. Por lo tanto, no son palabras, son hechos, con acciones concretas e incómodas. Fíjese, le puedo decir más: posiblemente, también alguna de las cuestiones que le han pasado en estos últimos meses al presidente y a su entorno familiar, no es descartable que tengan que ver con estas decisiones incómodas y valientes que se han tomado y que nosotros hemos apoyado siempre con el ánimo de devolver las cosas a su sitio.

No es descartable que alguna de las cuestiones por las que han pasado Pedro Sánchez y su entorno familiar en los últimos meses tengan que ver con decisiones incómodas y valientes que ha tomado por Catalunya

A usted, estos cinco días de reflexión le han afectado en positivo, le han afectado en negativo, no le han afectado, no se han hecho para afectar a la campaña... ¿Cómo lo ha vivido?
Lo que sé seguro es que no responde a nada de eso, ni a una estrategia ni a un cálculo electoral. Lo sé seguro, porque hablé con Pedro Sánchez y porque lo conozco. A mí lo que más me preocupó esos cinco días es el amigo, la persona, que pasaba un momento de dificultad. Ha tenido una consecuencia, que es que se ha hablado de ello y, por lo tanto, ha centrado parte de la conversación pública. Eso es obvio. Ha tenido un efecto, ya lo he dicho antes, desde el punto de vista positivo, que es que ha incentivado esta reflexión sobre la política y sus límites. Y los efectos electorales, si puede tenerlos en Catalunya, pues no lo sé, y tampoco me interesa. Nosotros hemos seguido haciendo nuestra campaña, nuestro planteamiento político y no sé si puede tenerlos o no. En todo caso, ya lo veremos.

Como consecuencia de esta reflexión que se ha abierto, ¿sería oportuno hacer cambios en el sistema judicial?
Yo creo que la reflexión es eminentemente política y concierne al conjunto de la sociedad, pero especialmente a los políticos sobre qué estilo debe tener la política. Y siempre encontraremos a personas en cualquier ámbito profesional, el periodismo, la judicatura, la política, la abogacía, que tengan una mala praxis. Lo importante es tener claro qué es la política y, si es un servicio público, tiene unos límites. Por lo tanto, no utilizas políticamente ciertos procedimientos, ciertas maneras de hacer las cosas, que es lo que está pasando, no solo en este caso, sino en otros casos, utilizar y concebir la política como una ocupación del poder al precio que sea, utilizando cualquier elemento que sirva para eso, en particular, para destruir al adversario. Yo creo que aquí tiene que haber una reflexión sobre qué es lícito en política o no y, en todo caso, también que la ciudadanía, cuando vea utilizaciones o praxis políticas que traspasen los límites de su política, que electoralmente lo penalice.

Junts y Esquerra Republicana han acusado al PSC de españolizar la campaña y consideran que usted sería un president que recibiría instrucciones de Madrid. ¿Cómo lo asume y qué responde?
No entraré a valorar las reacciones de algunas formaciones políticas con respecto a este periodo de reflexión que ha tenido el presidente del Gobierno. Fueron algunos los que dijeron que no querían ni hablar conmigo. Que querían hablar y rivalizar con Pedro Sánchez en la campaña y se pasan todo el día criticándome a mí. Por lo tanto, yo, mi enfoque, nuestro enfoque de campaña, es hablar de Catalunya, hacer un planteamiento de que en Catalunya, después de diez años de governs de Junts y Esquerra Republicana —primero unos, luego otros, pero siempre juntos, gobernando y con cuatro presidents, Mas, Puigdemont, Torra y Aragonès— estamos donde estamos: no estamos preparados para la sequía, en la cola en educación, sin ninguna reforma sanitaria, energías renovables al 15%, que teníamos hace diez años y que se mantiene en el mismo porcentaje, no hemos tomado ninguna decisión de infraestructuras, en seguridad vamos a peor, en vivienda no hemos hecho nada... Yo defiendo abrir un nuevo tiempo, y también digo que en mi proyecto político no sobra nadie, y creo que es el único proyecto que puede unir a los catalanes y poner los servicios públicos como prioridad del Govern. Este es mi planteamiento que he hecho y que seguiré haciendo con todo el respeto, y no entraré a contestar, porque, en fin, quizás a algunos les va bien que eso pase. Yo intentaré hacer un planteamiento muy claro, dirigido al conjunto de los catalanes, respetuoso, en positivo y constructivo.

 

De esta legislatura que acabamos de pasar, si en los primeros 100 días pudiera echar atrás alguna medida, ¿cuál sería la primera que intentaría revertir?
Ha sido una legislatura fallida. El Govern ha colapsado. El esquema que se planteó desde el principio ya costó mucho forjarlo, con una mayoría de investidura que colapsó. Lo que creo que fue un error grande, desde el principio de la legislatura, fue que después de haber alcanzado un principio de acuerdo con el vicepresident Puigneró para la ampliación del aeropuerto, con un tuit se fuera al garete. Con un tuit. En un tema tan central y estratégico para Catalunya. Quedé bastante sorprendido de cómo iban las cosas, de la fuerza relativa o los pesos relativos que había dentro del Govern. Intentamos reconstruirlo haciendo una comisión de estudio, intentando buscar un consenso, pero esto es lo que me supo peor.

A su vez, ¿cuál sería la medida estrella a aplicar en los 100 primeros días de Govern, si es president?
Haré dos cosas al principio. Hay varias, pero haré dos concretas. Uno, nombrar a un comisionado del autogobierno, que tendrá como primera tarea una auditoría de servicios públicos. Eso no quiere decir poner en cuestión el trabajo que han hecho los servidores públicos, los funcionarios (que es un trabajo que respeto mucho), sino analizar qué ha sucedido en estos últimos diez años para que los servicios públicos estén muy por debajo de lo que Catalunya se puede permitir. Hay que ver dónde estamos y qué se tiene que hacer. Y un decreto ómnibus para agilizar todas las inversiones en materia de infraestructuras para hacer frente a la sequía.

Salvador Illa, en un momento de la entrevista con ElNacional.cat / Foto: Montse Giralt.

Si soy president, haré dos cosas: nombrar a un comisionado del autogobierno que efectúe una auditoría de los servicios públicos; y un decreto ómnibus para agilizar las inversiones para hacer frente a la sequía

Usted dice que no se ha actuado con suficiente diligencia con la sequía. Si estuviera al frente del Govern, ¿qué habría hecho o qué haría?
Hay que agilizar mucho más la ejecución de las inversiones. No se entiende que se vaya con tanta lentitud para poner en marcha la ampliación de la desalinizadora de la Tordera, de Cunit; toda la regeneración de agua del río Besòs, que es un aspecto clave también; y bastantes microproyectos que existen —que son relevantes también en una situación tan extrema como la que tenemos—, que hay que permitir que puedan realizar los ayuntamientos con las ayudas que tenga que darse, y poner en marcha ya todos los proyectos de optimización del riego agrícola. Hay un paquete de inversiones —esto hace mucho tiempo que está estudiado, que se sabe qué tiene que hacerse, que tenemos empresas y tecnología para hacerlo— que no se ha hecho. El problema es este. Y en función de cómo estén las cosas, también ayudas pertinentes a los sectores que se puedan ver más directamente afectados por esta situación de sequía. Afortunadamente, estos días, con estas lluvias, parece que se ha paliado mejor, pero cometeríamos un error gravísimo de diagnóstico si pensáramos que porque caen cuatro gotas nos podemos olvidar del asunto. Más que nunca tenemos que hacer hincapié en ello. Por eso yo quiero que sea una de las primeras medidas.

 

Otro de los aspectos sectoriales que se aborda en el programa electoral del PSC son las redes de oficinas exteriores que tiene la Generalitat, que son una cuarentena. En este sentido, ustedes plantean revisar y mejorar su funcionamiento. ¿Qué significa eso exactamente?
Yo he visitado algunas oficinas siempre que he viajado al exterior. He tenido como norma solicitar la visita a las delegaciones de la Generalitat y explicar a los delegados del Govern de Catalunya el propósito y la agenda de mi visita y compartirlo con ellos, así como conocer lo que están haciendo. He visitado la delegación en Bruselas, la de París, Lisboa y Londres. Yo creo que si realizan un trabajo que se adapta, que se encuadra en las competencias que tenemos en esta materia, no hay ningún problema, pero me ha parecido que requiere de un replanteamiento mucho más enfocado a aspectos de generación de prosperidad, ayudar a la actividad económica de Catalunya, mucho más en cooperación con otras representaciones que allí hay de España —en concreto, la embajada— y con un propósito de orientación económica. Es lo que tocaría. Algunas de ellas veo que lo están haciendo, en otras creo que debe hacerse un replanteamiento. Pero no me planteo cerrarlas, me planteo reorientarlas.

No me planteo cerrar las oficinas en el exterior de la Generalitat, quiero reorientarlas

En materia de financiación, el PSC defiende el despliegue y la creación de un consorcio tributario. Al mismo tiempo, lo contrapone a los planteamientos que hacen los partidos independentistas, la financiación singular o la cesión de los tributos. En su opinión, estos generan desencanto. ¿Por qué?
Yo lo primero que digo es que en diez años no han hecho nada. Tampoco en esto. En diez años, los dos partidos que han gobernado Catalunya, Junts y Esquerra, no han hecho nada en materia de financiación: ni tan solo aplicar el Estatut, que efectivamente prevé la creación de un consorcio tributario. Esto ha pasado el filtro del Tribunal Constitucional, forma parte de una ley orgánica, y me pregunto por qué no lo han desplegado. Y este consorcio podría, en función de cómo se diseñe, acabar recaudando todos los impuestos en Catalunya, que es el objetivo que yo planteo, haciéndolo con lealtad y de una forma paritaria entre ambas haciendas. Lo primero que tenemos que hacer es aplicar lo que ya es ley. Digo más: creo que hay que luchar contra la competencia fiscal desleal —es decir, contra el dumping fiscal, que eso no es una competencia estrictamente de la Generalitat—, pero la Generalitat puede hacerlo, puede empujar y ayudar al Gobierno de España a hacerlo. También digo que Catalunya, desde mi punto de vista, no puede ser la tercera en aportación de recursos y la decimocuarta en recepción de recursos. Es una cuestión que me planteo corregir. Y quiero una mejor financiación, sobre todo para cuestiones sociales, para reducir las desigualdades en Catalunya, que han aumentado en estos últimos diez años. Por lo tanto, adjetivo el acuerdo de financiación como un acuerdo de financiación social, porque quiero que sirva prioritariamente para eso y quiero contar con sindicatos y el tercer sector. Y veo con un punto de estupefacción planteamientos que hacen como si nos sacáramos un conejo de la chistera personas que han estado gobernando diez años y no han hecho nada. Entonces pienso: qué credibilidad podéis tener si después de diez años venís con propuestas que durante la década ni habéis planteado ni habéis avanzado ni un milímetro. No han hecho nada en este tema.

Otro de los puntos sería la infraejecución presupuestaria del Estado en Catalunya. Curiosamente, uno de los años en los que hubo más ejecución fue en 2017. ¿Por qué entonces sirve más la colaboración que la confrontación?
La confrontación ya vemos dónde nos ha llevado: no estar preparados para la sequía, a la cola con educación, atascados con energías renovables, sin tomar ninguna decisión con infraestructuras, en seguridad, nada... Los éxitos que hemos tenido, por ejemplo, como acordar que los Mossos d'Esquadra llegarán en 2030 a ser 22.000, es fruto de una colaboración. O la planta de ensamblaje de baterías en SEAT o la reindustrialización de la Nissan son fruto de la colaboración entre gobiernos, el Gobierno de España, los ayuntamientos o el Govern de la Generalitat. La ley que hemos aprobado en el Parlament de Catalunya que regula el uso de las lenguas oficiales en la enseñanza obligatoria es fruto de la colaboración, o los presupuestos que se han aprobado son fruto de la colaboración. Yo creo que es el camino a seguir. Sobre la infraejecución presupuestaria, es verdad que existe, es verdad que se tiene que corregir. Obedece al hecho de que durante muchos años ni aquí ni allí gobernando el PP nadie se había preocupado de esto, ni se habían hecho proyectos, ni se habían preparado proyectos para hacerlo o que, cuando hay recursos disponibles, nos lo pensamos tanto que no lo llevamos a la práctica. Está la ampliación del aeropuerto, son 1.700 millones que aquí no lo vemos; o la encomienda de gestión que hay para el Eix Pirinenc, o la encomienda de gestión que hay, y que es dinero que da el Gobierno de España a la Generalitat, para acabar de completar un tramo del Quart Cinturó, o infraestructuras en el Maresme o en la AP-7, que todas estas encomiendas de gestión suman 900 millones de euros y cuesta mucho firmarlas y sacarlas adelante. Yo me propongo también mejorar esto y mejorar la ejecución de los presupuestos de la Generalitat, muy en particular de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), que en el ejercicio 2022 ejecutó un 22% de sus inversiones en medio de una sequía. También aquí existe un sustrato de un funcionamiento de las administraciones públicas que hay que reformar por ser excesivamente lento y pesado, y que creo que también nos tenemos que poner a resolverlo.

De estos proyectos que ha dicho, hay uno que es muy mediático, que es el Hard Rock. Si usted para formar Govern necesita pactar con los comuns, y Comuns Sumar le pone como condición para votar sí a su investidura que retire este proyecto, ¿usted qué hará?
Yo no incumpliré nunca las tramitaciones administrativas ni pondré nunca en riesgo la seguridad jurídica. Y no es que diga qué haré, es que ya lo he hecho sin estar en posición de Govern. Yo respeto los puntos de vista que hay, también las mayorías del Parlament de Catalunya, escucho mucho al territorio, pero sobre todo lo que no he hecho nunca en mi trayectoria de servidor público es poner en riesgo la seguridad jurídica y las tramitaciones administrativas, porque me parece que es una manera pésima de gobernar.

Le digo esto porque es lo que acabó tumbando los presupuestos...
No, yo no lo creo, es una excusa. Lo sabe todo el mundo.

Pero si la apuesta por el Hard Rock sí o Hard Rock no nos llevó a que cayeran los presupuestos y un adelanto electoral...
Eso todo el mundo sabe que fue una excusa. Si no, miren ustedes los presupuestos de los tres años anteriores, donde había partidas para este concepto y el voto que tuvo esta formación política que usted me dice. Pero esto, si me lo permite, es pantalla pasada. Ahora estamos en otra pantalla. Yo lo que no haré será no cumplir las tramitaciones administrativas ni poner en riesgo la seguridad jurídica, que creo que es esencial en toda sociedad democrática.

Salvador Illa es, por segunda vez, el candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat / Foto: Montse Giralt.

No incumpliré las tramitaciones administrativas ni pondré en riesgo la seguridad jurídica. El Hard Rock fue una excusa de los comunes para tumbar los presupuestos

Dadas las encuestas, resulta muy importante hablar de pactos postelectorales. Si usted va a la investidura y tiene opciones de ser president, cuál será la primera puerta a la que llamará: ¿la de la segunda fuerza política —sea la que sea— o a alguien específicamente?
Yo estoy abierto a hablar con todo el mundo, excepto con los del discurso del odio, que son Vox y Orriols. Y mi planteamiento con respecto a pactos, que puedo entender que sea un objeto de mucho interés por parte de ustedes y de la ciudadanía, es el siguiente: primero, hay que respetar los tiempos. Por lo tanto, ahora hasta que los ciudadanos de Catalunya no hablen, y lo harán el 12 de mayo depositando su voto en las urnas, mucha prudencia y respeto porque muchos ciudadanos todavía no han decidido su voto o lo deciden en los últimos días y pueden pasar cosas muy distintas de las que vemos estos días o de las que pronostican estos días las encuestas.

¿Lo intuye o tiene información?
No, no tengo información. Lo que sabemos, la información que tengo, y que no tengo ningún inconveniente en compartir, es que muchos ciudadanos deciden en la última semana, en la jornada de reflexión y el mismo día. Por eso, en las últimas elecciones, en los últimos ciclos electorales, nos hemos encontrado con sorpresas. Puedes más o menos ver hacia dónde va la tendencia de fondo. Yo creo que en Catalunya existe una tendencia a abrir una nueva etapa, eso ya lo he dicho, y creo que yo tengo opciones y me ofrezco para liderarla, pero hay que tener mucha prudencia. No estamos en una contienda electoral con dos formaciones como hace 20 años y, por lo tanto, hay ocho que concurrimos con representación parlamentaria y pueden pasar cosas. Por lo tanto, primero, respeto. En segundo lugar, yo actuaré para articular un esquema de gobierno que responda a la voluntad de los catalanes con tres criterios: primer criterio, estabilidad. Lo que sea más estable tendrá preferencias sobre lo que sea más inestable. En segundo lugar, servicios públicos. Aquella fórmula que tenga más claro mi planteamiento, o se acerque más a mi planteamiento de poner los servicios públicos como primera prioridad, tendrá más opciones que aquello que se aleje más. Y en tercer lugar, un planteamiento socialdemócrata, que es el que yo defiendo, de generación de prosperidad, pero repartirla adecuadamente. Y con una reflexión final: es muy importante alcanzar pactos, pero tan importante como alcanzar pactos, si no más, es cumplirlos. Y esta legislatura hemos visto que se habían alcanzado pactos de investidura y no se han cumplido. La CUP se salió pocos meses después, Junts y Esquerra se acusan mutuamente de incumplirlos; los comuns, que han llegado a acuerdos presupuestarios cuando les ha convenido... Creo que mi formación política sí que ha acreditado cierta seriedad y rigor a la hora de cumplir los pactos. Y también me comprometo: si se hace un pacto, se hace un pacto y se acuerda. Defiendo siempre la política de acuerdos, en política, alcanzar acuerdos es el camino para avanzar. Por lo tanto, estoy abierto, excepto con los que plantean discursos de odio, que son Vox y Orriols.

 

Todavía en el terreno de los pactos postelectorales, la opción de esta expresión que se ha popularizado tanto, que es hacer un Collboni, ¿la contempla?
Bien, es hacer un Aragonès o hacer un Girona.

En este caso, la naturaleza política del pacto es diferente.
No, aquí hay gente, y formaciones políticas que, cuando el penalti se lo pitan a favor, está bien pitado. Pero cuando el penalti lo pitan a favor del otro, el árbitro es un comprado. Y no va así. Porque en Catalunya nadie tiene un derecho preferente para gobernar: ni en Barcelona, ni en Girona, los ciudadanos escogen y todos tenemos el mismo derecho, en función de la confianza que obtengamos de los ciudadanos. En Barcelona, como en Girona o Catalunya, se siguieron los procedimientos acordados entre todos. Yo no he hablado nunca de hacer un Aragonès. He expresado mucho respeto por el president de la Generalitat, habiendo ganado las elecciones, incluso cuando se había roto el Govern he estado allí para ayudarlo. Pero en cambio otros pueden decir, con un cierto tono despectivo, hacer un Collboni. Bien, escúcheme, ¿qué diferencia hay? ¿Por qué en Girona, habiendo ganado mi compañera Sílvia Paneque las elecciones con claridad, se ha hecho un acuerdo y todo el mundo lo encuentra, o ellos, al menos, lo encuentran normal? Nosotros hemos sido enormemente respetuosos y hemos aceptado el papel que nos toca y hemos dicho que, efectivamente, ganamos las elecciones pero ha llegado un acuerdo que permite eso. Al respecto, lo que le puedo decir es que nadie tiene un derecho preferente para gobernar, ni en Catalunya ni en España. En España también algunos se piensan que tienen un derecho divino, como un derecho natural y tienen que gobernar ellos. No: en democracia, gobierna quien los ciudadanos eligen. Yo lo que haré será respetar los procedimientos, como he hecho, creo que lo he demostrado, siempre con un enfoque constructivo, aceptando el veredicto de las urnas y trabajando dentro del marco de las normas acordadas para articular un Govern. Y claro que lo intentaré, que nadie se lleve a engaño. Claro que lo intentaré, hacer un Govern y abrir esta nueva etapa en Catalunya. Es por lo que pido fuerza para gobernar a la ciudadanía de Catalunya. Quiero gobernar, y por eso pido fuerza.

Hacer un Collboni es hacer un Aragonès o hacer un Girona. En Catalunya nadie tiene un derecho preferente para gobernar. En Barcelona se siguieron los procedimientos acordados entre todos

Vamos al otro supuesto, el de otro candidato a la investidura. Si del PSC depende, a quién prefiere antes de president, ¿Pere Aragonès o Carles Puigdemont?
Ninguno de los dos. Con todo el respeto, Puigdemont es pasado y Aragonès no ha funcionado. Ninguno de los dos. Lo digo con todo el respeto, y en términos estrictamente políticos. Tienen todo el respeto personal, faltaría más, pero uno es pasado y el otro no ha funcionado. No contemplo estas opciones, y lo digo con sinceridad.

¿Ni en un Govern de coalición, con cualquiera de ellos?
No lo contemplo.

Salvador Illa considera que "hacer un Collboni" es lo mismo que "hacer un Aragonès" o "hacer un Girona" / Foto: Montse Giralt.

Carles Puigdemont es el pasado y Pere Aragonès no ha funcionado. No contemplo un Govern de coalición con cualquiera de ellos

¿Y se imagina que Vox le apoyara para evitar un Govern independentista?
No, ya he dicho que con los discursos de odio no hablaré. Con Vox no hablo. Una formación política que se manifestó delante de la sede de mi partido, pidiendo que nos encierren en la cárcel, no tengo nada que decirles. Respeto mucho a todo el mundo. Y a los votantes que eligen estas opciones los respeto, pero los discursos de odio son mi línea roja. Vengan de donde vengan.

Doy fe o doy fake: ¿usted descarta completamente la repetición electoral? Preguntado de otra manera, si del PSC depende, qué pasaría antes, ¿una repetición electoral o un president de la Generalitat al precio que sea?
No, yo creo que una repetición electoral es un cierto fracaso. Y nosotros no fomentaremos una repetición electoral ni jugaremos a una repetición electoral. De hecho, si ustedes analizan la conversación pública que hemos tenido estas últimas semanas, nosotros no hemos hablado de esto. Hablan otras formaciones políticas, como pidiendo una segunda vuelta, porque deben ver el partido de la final perdido.

 

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