Pedro Sánchez debía estar ayer en Santa Coloma de Gramenet según la programación de campaña del Partit dels Socialistes, pero resulta que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE se cogió unos días por asuntos propios, como suelen hacer los funcionarios aprovechando los ventajosos convenios de las administraciones públicas. Y, cabe decir que los militantes no se quedaron con un palmo de narices, al contrario, se movilizaron al grito de “¡Pedro, quédate!”, como si de un entrenador del Barça se tratara. Otros más impacientes decían: "Pedro, vuelve ya", y entre ellos todos se hacían la misma pregunta: "Y tú, ¿qué crees que hará?".

Al cancelarse la intervención del presidente, los organizadores del mitin cambiaron la ubicación y en vez de hacerlo en el Pabellón de La Bastida prefirieron un espacio más reducido, el Teatre Josep Maria de Segarra, de la calle Lluís Companys. Fueron demasiado pesimistas. Pese a falta de la estrella principal, el teatro con capacidad para 550 butacas quedó pequeño. Algunas personas lo siguieron de pie o sentados en el suelo y tuvieron que abrir una sala anexa al segundo piso, desde donde se seguían los discursos, pero no en vivo, sino a través de una pantalla, que resulta poco vibrante.

Salvador Illa, en el míting a Santa Coloma / Montse Giralt

Seguramente habría habido más público de haber venido el presidente del Gobierno, pero la mayoría de quienes fueron lo hicieron para presionarle para que vuelva. Sí, sí, para presionarle. No para pedírselo, ni suplicarle, sino para exigírselo. De entrada lo hicieron los tres oradores, Núria Parlon, Jordi Hereu y Salvador Illa, todos muy respetuosos con la persona, pero severos con el político. Hereu, “orgulloso” ministro de Industria del Gobierno Sánchez, gritó: “¡Pedro, tira p’alante!” y después, bajando el tono, expresó su convicción de que “tomará la decisión correcta”, lo que deja claro cuál es la correcta y cuál considerará “incorrecta”.

Núria Parlon, Salvador Illa y Jordi Hereu / Montse Giralt

Terminado el acto, en el vestíbulo del Teatre Segarra los simpatizantes se expresaban con sinceridad. "Debe volver, porque si no...", decía una mujer. El si no... lo interpretó su amiga de al lado con ademán y rigor de militante que sabe lo que se dice, pero algo resignada: “Él es muy importante, pero esto es un proyecto colectivo, y si se va ahora, nos deja desamparados y si se queda, todo el mundo dirá que ha sido una maniobra...”. Quienes se mostraban más tranquilos sobre lo que puede ocurrir hoy lunes eran los representantes de la Asociación Cultural Islámica Tajdid. Destacaba su presencia por la indumentaria propiamente árabe y era difícil resistirse a pedirles opinión. "Todo irá bien", decía el que parecía tener más autoridad, para añadir: "Somos socialistas de hace muchos años, el 90% de nuestra asociación es socialista y, pase lo que pase, lo seguiremos siendo".

El mitin propiamente dicho tenía por objetivo promocionar la candidatura de Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat en uno de los municipios más socialistas de Catalunya, aspecto destacado por el candidato Illa. “Aquí siempre se vota bien, se vota siempre socialista, casi el 50%, y se abstiene cuando conviene hacerlo, como en el referéndum del 1 de octubre, que en Santa Coloma registró una abstención del 80%”. El discurso del candidato Illa aportaba como novedad el anuncio de un pacto de la Generalitat con los municipios para sacar adelante tantos y tantos proyectos parados del ámbito de la energía, del agua y de las infraestructuras y con ello quedó muy bien combinando como suele hacer catalán y castellano, pero cometió una contradicción flagrante al reivindicar Santa Coloma de Gramenet como la cuna de la inmersión lingüística, algo francamente positivo, pero, justamente en este punto, va y lo hace Illa dirigiéndose al auditorio... ¡en castellano!