La vocación de infancia de Toni Comín era el piano. Y después de estudiar toda la carrera tuvo que hacer una elección, que todavía hoy le da vueltas en la cabeza. "Me arrepiento mucho de no ser pianista, porque estuve a punto de dedicarme a ello. Estudié toda la carrera de piano y a los 20 años tuve que escoger", asegura el candidato de Junts al Parlamento Europeo en respuesta al cuestionario de ElNacional.cat, donde ironiza que escogió el camino equivocado, el de la política.

¿Cuál fue su primer trabajo?
De profesor de piano, de niños pequeños. Y también en paralelo de organista en bodas. Yo creo que es de los trabajos mejor pagados que he tenido nunca, porque en las bodas la gente gasta mucho. Yo era el organista de un monasterio, al lado de mi casa en Barcelona, y cuando las parejas se casaban yo les tocaba la marcha nupcial.

¿Un libro que le haya cambiado la vida?
Uf, yo soy de muchos libros y hay muchos que me han cambiado la vida. Te diré, por mi vena filosófica, un libro de Simone Weil, no la política, sino la filósofa marxista judía convertida al cristianismo, que son de hecho unas notas inéditas que las publicaron cuando había muerto, que se titula La gravedad y la gracia. Me marcó muchísimo.

¿Cuál es la película que has visto más veces?
Esta pregunta es la más fácil de todas. Robin Hood, la del Errol Flynn, dirigida por Michael Curtiz, y con Olivia de Havilland. Era la película preferida de mi padre y es mi película preferida desde que soy muy pequeño. Espectacular, el Errol Flynn en aquella película. Hay clásicos que son insuperables.

¿Cuál es el primer objeto que pondrá en la maleta para volver de Bruselas?
El primer objeto que pondré en la maleta para volver es el llavero donde tengo las llaves de casa, tanto de Barcelona como de Lovaina, y que no se han marchado de este llavero durante siete años. Porque tan fuerte era mi convicción de que volvería y que volvería libre que cuando me dieron las llaves de la casa de Lovaina las puse en el mismo llavero donde tenía las llaves de Barcelona y durante estos siete años he utilizado este llavero y ahora es el momento de coger estas llaves, volver a casa y después de siete años abrir la puerta. Por lo tanto, aquello que seguro que no me dejaré el día que haga la maleta para volver será el llavero con mis llaves que, insisto, no han salido de allí ni un solo día.

¿La última vez que ha llorado?
He pasado momentos personales muy difíciles en el exilio, la muerte de mi madre, la muerte de mi hermano… Son momentos en que he llorado muy fuerte.

¿Qué le da más miedo?
Me da miedo la maldad humana.

¿Cuál es el contacto más importante que tiene en su móvil?
Hombre, el de mi hija. La tengo por princesa de chocolate.

¿Algún lugar para visitar en Bruselas o en Estrasburgo?
Un lugar para visitar en Lovaina, el beguinaje. El Gran beguinaje de Lovaina, que es patrimonio de la humanidad de la UNESCO. Yo creo que es el monumento más importante de Bélgica después de la Grand-Place, o antes. Es un barrio del siglo XVII, un beguinaje, y es muy impresionante desde el punto de vista arquitectónico, pero también desde el punto de vista de su valor cultural e histórico. Las académicas que estudian la historia del feminismo, consideran que aquello es el origen, aunque parezca mentira, del movimiento feminista moderno. Porque son las primeras mujeres que consiguieron desde el punto de vista legal el régimen de mujeres libres. Las mujeres casadas eran propiedad del marido, las monjas tradicionales estaban bajo el dominio del abad y del obispo, y las que no querían ser ni monjas ni casarse, brujas y a la hoguera. Y estas se escaparon de este marco legal e hicieron una ciudad de mujeres, en la que ellas tenían un estatus social y legalmente reconocido, pero que eran mujeres libres que podían hacer lo que quisieran con su vida. Hay nuevos estudios dentro del feminismo que están reinterpretando los beguinajes como estas ciudades de mujeres libres donde, por primera vez, pudo la mujer, en Europa, vivir un estatus legal de no dependencia del régimen patriarcal. Y el Gran beguinaje de Lovaina es el lugar más bonito que hayas visto en el centro de Europa.