Los sondeos pronostican una importante subida a las elecciones europeas del 9 de junio de los ultranacionalistas, especialmente, en Francia, Italia, Austria o Países Bajos. Y los conservadores les dan la mano para forjar futuras alianzas. En este sentido, parece que el esfuerzo de larga duración por mantener a las fuerzas extremistas fuera del gobierno en Europa ha acabado oficialmente. Durante décadas, partidos de diferentes colores se han esforzado por tejer alianzas y cerrarles el paso. Pero el cordón sanitario ya ha quedado relegado, ya que los partidos populistas y nacionalistas ganan bastante en todo el continente.
De hecho, cinco países de la UE (Italia, Finlandia, Eslovaquia, Hungría y la República Checa) tienen partidos de extrema derecha en el gobierno. En Suecia, la supervivencia del ejecutivo depende de un acuerdo de confianza con los Demócratas Suecos, la segunda fuerza mayor del parlamento. En los Países Bajos, Geert Wilders, también está casi fregando el poder después de ligar un acuerdo histórico para formar gobierno más derechista de la historia holandesa reciente.
➕ Crisis de identidad en la UE por falta de diversidad entre los eurodiputados
➕ Una cuarta parte de las donaciones políticas de la UE van a partidos extremistas
La extrema derecha domina las encuestas. En Francia, la Agrupación Nacional de la líder de la extrema derecha Marine Le Pen avanza con más del 30%, muy por delante del partido del Renacimiento del presidente Emmanuel Macron, según una encuesta de Polticio.eu. El partido de Alternativa por Alemania (AfD) está bajo vigilancia policial por las opiniones extremistas, pero ocupa el segundo lugar de las encuestas, roce con los socialdemócratas.
El partido nacionalista Conservadores y Reformistas Europeos, dominado por el partido Hermanos de Italia y el partido Ley y Justicia de Polonia, y el partido de extrema derecha Identidad y Democracia, entre los miembros de los cuales se encuentra la Agrupación Nacional de Francia (que contenía Alternativa para Alemania antes de ser expulsada) el jueves después de una serie de escándalos). También se incluye el partido húngaro Fidesz, que abandonó el Partido Popular Europeo de centroderecha en el 2021 por preocupaciones sobre un retroceso democrático.
¿De qué manera podría impactar una victoria de la derecha a las elecciones europeas?
Según las encuestas de opinión, los partidos de extrema derecha están experimentando un apoyo más importante. Una posible victoria de la derecha podría impactar significativamente el panorama macroeconómico de la eurozona. A menos de dos semanas de las elecciones de la UE, el resurgimiento de la extrema derecha sigue preocupando a los principales grupos políticos, especialmente en el Partido Popular Europeo (PPE). Aunque las encuestas siguen indicando una victoria para el actual líder, Ursula von der Leyen, un aumento de la derecha radical compartía implicaciones significativas para el futuro de la Unión Europea. La influencia política podría afectar, en primer lugar, al Pacto Verde y a las relaciones diplomáticas con Ucrania. Un hecho que podría impactar en el valor del euro, que podría perder poder ante otras monedas del G-10.
¿Por qué la extrema derecha gana poder?
Los líderes de los partidos de extrema derecha han ido ganando poder a consecuencia de un empeoramiento de la calidad de vida, por la guerra de Rusia en Ucrania. El aumento de los precios, el aumento de la migración y el descontento entre los agricultores han contribuido al cambio de voto hacia grupos populistas.
A las elecciones europeas, que aunque iluminarán una Eurocámara decisiva a las legislaciones de la UE, en muchos países se perciben como de segundo nivel y donde por eso se ejecuta tradicionalmente un voto de castigo o más gamberro, esta tendencia al voto ultra se puede exacerbar. De hecho, los sondeos muestran otra fase de auge para la extrema derecha, que a los comicios en la Eurocámara puede pasar a ser el tercer grupo, según datos de Europe Elects. Pero la ultraderecha no es monolítica y tampoco está unida en asuntos clave, como Rusia y la guerra contra Ucrania. Eso, unido al hecho de que esta constelación la forman partidos muy nacionalistas para los cuales es difícil la colaboración transnacional, ha lastrado su fuerza en la Eurocámara, donde se agrupan fundamentalmente en dos familias: los Reformistas y Conservadores Europeos, donde pertenece el partido de raíces neofascistas Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, o los ultras españoles de Vox; e Identidad y Democracia (ID), que contiene Agrupación Nacional de Marine Le Pen, una formación que lidera las encuestas para el 9-J.
Por otra parte, según una encuesta de Ipsos para Euronews, Interés Flamenco tiene el 23,5% de los votantes en Flandes, la parte norte de Bélgica, de habla neerlandesa, más rica y más poblado que Valonia del sur, de habla francesa. Un partido separatista de extrema derecha lidera las elecciones en Bélgica. El partido Interés Flamenco tiene un objetivo claro: hacer de Flandes a un Estado independiente. Tom Vandendriessche, eurodiputado de Interés Flamenco, justifica el proyecto político separatista: "Flandes es el centro demográfico, político, financiero y económico de Bélgica. El problema es que solo tenemos el 50% del poder político y hay una transferencia financiera de la región de derechas de Flandes a la región de izquierdas de Valonia, donde hablan francés, que es próximo a Francia, y estamos hartos de pagar las cuentas". El pretexto es también la inmigración.
Grecia tampoco se salva. El año pasado se celebraron elecciones en el Parlamento y el conservador Kyriakos Mitsotakis revalidó su mandato. Pero los comicios confirmaron también la desaparición de la izquierda y el auge de la extrema derecha, justo 10 años después del ascenso de Amanecer Dorado, los diputados neonazis volvieron al parlamento. Al lado de Espartanos, la formación sostenida por un miembro de Amanecer Dorado que está en la prisión por el asesinato de un rapero antifascista, dos partidos más de extrema derecha consiguieron representación parlamentaria.
España y el papel de Vox en Europa
Las ideas que ha estado defendiendo Vox desde que aterrizó en política en el 2015 han sido encaminadas al hecho de que España saliera de la Unión Europea, como hizo el Reino Unido en el 2020. A pesar de todo, la posición se ha ido modificando. Desde sus inicios, la extrema derecha española ha negado el cambio climático, con la petición de abandonar incluso el Tratado de París, y también ha apostado por la expulsión de los migrantes ilegales y da apoyo a la derogación de las leyes de violencia de género.
A pesar de todo, Vox ya no dice ahora que España salga del Tratado de la Unión y rechazan que los tildan de "antieuropeístas" y "eurofóbicos". El giro de guion que ha dado la formación política ahora consta para profundizar en su agenda xenófoba y totalitaria, que recorta derechos consolidados y libertades y que comparten con sus socios ultraderechistas europeos e internacionales. Según proclaman, su objetivo es imponerla a la toda "biosfera" ante la izquierda y el "socialismo y el comunismo corrupto y criminal".
En general, este hipotético notable ascenso de los partidos de la extrema derecha en Europa ha encendido las alarmas de la izquierda y de algunas formaciones del centro liberal ante la posibilidad que "el populismo" que vienen "ponga en riesgo los avances democráticos conseguidos de varias décadas". Habrá que esperar los resultados finales.