Hacer campaña en Europa es fácil para los populistas, pero no tanto para el resto. Una sola palabra impresa en letras grandes –diésel– es suficiente para que la extrema derecha alemana Alternativa para Alemania (AfD) diga a los votantes exactamente cuál es su posición en el debate sobre el clima, por ejemplo. El electorado europeo moderno está enfadado y decepcionado por diferentes cosas: el acuerdo verde, las políticas migratorias, los automóviles eléctricos, la diversidad cultural, los mercados abiertos, Europa, la política misma... que a los centristas les es difícil encontrar un punto de apoyo.

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Sin embargo, hay temas que justo antes de las elecciones han cogido un protagonismo sorprendente. Las elecciones en el Parlamento Europeo, que se celebrarán del 6 al 9 de junio, han visto como Ucrania y las implicaciones de una amenaza rusa se han convertido en un tema de referencia para los centristas que intentan defenderse del desafío populista de izquierda y derecha.

Podría parecer un punto de encuentro artificial: 512 miembros del Parlamento Europeo saliente votaron a favor del último paquete de ayuda a Ucrania y solo 45 en contra, con 63 abstenciones. Pero las conexiones entre los intereses de Moscú y la extrema derecha, especialmente los partidos del grupo Identidad y Democracia (ID) del Parlamento Europeo. Los líderes de los partidos de extrema derecha han ido ganando poder a consecuencia de un empeoramiento de la calidad de vida, por la guerra de Rusia en Ucrania. El aumento de los precios, el aumento de la migración y el descontento entre los agricultores han contribuido al cambio de voto hacia grupos populistas. Por otra parte, pero, a pesar de auge de la extrema derecha, a los comicios en la Eurocámara puede pasar a ser el tercer grupo, según datos de Europe Elects, que destaca el The Guardian. Pero la ultraderecha no es monolítica y tampoco está unida en asuntos clave, como Rusia y la guerra contra Ucrania.

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Mariúpol / Europa Press

Estos últimos días también ha habido polémica porque los Estados Unidos han dado permiso en Ucrania para atacar en territorio ruso con armas occidentales. De hecho, también Alemania que se ha sumado a Francia, Reino Unido, Dinamarca, Canadá, Letonia y Suecia, países que también han otorgado permiso en Kyiv para utilizar sus armas en territorio ruso, todos con un mismo discurso ante la defensa ucraniana. Por otra parte, Italia y Bélgica insisten en que el armamento que han proporcionado en Ucrania solo se tiene que utilizar dentro de las fronteras del país. En el caso de España, no autoriza el uso de armas en territorio ruso, porque además no ha proporcionado este tipo de armamento.

La guerra en Gaza, otro frente abierto

Europa ha apoyado en Israel, pero ha dicho en numerosas ocasiones que se tendría que detener y se ha mostrado en contra de la ofensiva a Rafah. A pesar de todo, en la UE, de momento, solo son nueve los países que reconocen el Estado de Palestina: Bulgaria, Chipre, Eslovaquia, Hungría, Malta, Polonia, la República Checa y Rumania, y Suecia, que lo hizo en el 2004. Ahora, España, Irlanda y Noruega avalan el gobierno de Mahmud Abás, y Eslovenia y Malta han subrayado su "disposición" a reconocer Palestina, cuando "pueda hacer una contribución positiva y las circunstancias sean las correctas".

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Gaza/ Efe

Como la UE gestiona o pretende gestionar las guerras

En este contexto, inestablemente y geopolíticamente incierto, ¿quién no querría ser comisario de Defensa de la UE? Ante la invasión rusa de Ucrania y la necesidad de un rearme de la UE dominante la agenda, este nuevo papel propuesto en la próxima Comisión parece que tendría que ser uno de los perfiles más altos de Bruselas, según destaca Politico.eu. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dicho que creará la cartera si gana un segundo mandato al frente del ejecutivo de la UE después de las elecciones del domingo. La idea ha generado entusiasmo e incluso se especula que el lugar podría recaer en un peso político pesado como el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radosław Sikorski.

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Ursula von der Leyen / Efe

Las naciones de Europa central y oriental dicen que los que están al punto de mira de Rusia, tendrían que ser los primeros. "Tiene sentido", ha dicho en el mismo portal el ministro de Defensa letón, Andris Sprūds, y dijo que la región "ofrece muchos candidatos excelentes" que tienen la experiencia de estar a la primera línea de un "país agresor" y tienen buenas relaciones con Washington.

Otros nombres que están flotando a los círculos diplomáticos son la de la primera ministra estonia, Kaja Kallas, de los liberales, y el del presidente rumano, Klaus Iohannis, del centroderecha Partido Popular Europeo (PPE), que también optaba a convertirse en el próximo secretario general de la OTAN. A veces también se menciona el ministro de Asuntos Exteriores lituano, Gabrielius Landsbergis, también del PPE.

En realidad, sin embargo, el trabajo podría ser solo una placa de identificación sin presupuesto ni poder significativo, destaca la misma publicación. Y es que después de todo, las capitales nacionales guardan celosamente su poder en asuntos militares. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, dijo que un comisionado de defensa es "concebible", siempre que el foco esté en la coordinación industrial.

El dibujo del parlamento dependerá de la participación. Una participación que decidirá muchas cosas. Y es que un giro a la derecha o a la extrema derecha, podría significar cambiar muchas cosas estratégicas y virar el rumbo de la UE como actor global. La participación en las elecciones europeas siempre ha sido baja desde que empezaron las votaciones en 1979. En las últimas elecciones del 2019, el 50,7% fue un récord. La participación más baja, menos del 43%, se registró en el 2014.