En noviembre de 2019, la CUP se presentó por primera vez a unas elecciones generales y consiguió a dos diputados, Albert Botran y Mireia Vehí, que prometían ingobernabilidad, con la intención de bloquear el Congreso. Tres años y medio después, en este adelanto electoral de Pedro Sánchez, la militancia de la CUP aprobó volver a presentarse en las cortes generales en las elecciones del 23 de julio y en esta ocasión, el cabeza de lista por Barcelona es Botarán, mientras que Vehí liderará la candidatura de Girona, donde se quedaron a 2.000 votos de obtener escaño. En esta entrevista en ElNacional.cat, el cupaire repasa la actualidad del movimiento independentista, la amenaza de la abstención y también el papel que tiene que tener a la CUP tras las elecciones generales.
La CUP se presenta a las elecciones españolas por segunda vez a su historia. La primera vez fue a la repetición electoral del 201 y este 2023 vuelven a repetir.
La militancia ha valorado positivamente el trabajo que hemos hecho. En el 2019 nos presentamos con un margen muy ajustado, y ahora el resultado ha sido un poco más amplio. A la gente le gusta tener nuestra voz en el Congreso. Hay cosas que si no las defendemos nosotros, no las defiende nadie. Pensamos que hemos hecho un trabajo bueno en defensa de la lengua y también con críticas al capitalismo. Todo eso, aparte de nuestro independentismo radical.
Con todo, el resultado sigue siendo ajustado. Hay una parte de la militancia que es crítica. ¿Por qué cree que pasa?
No somos un partido convencional, la gente lo sabe y se nos critica por eso. Nos preguntan "¿cómo puede ser que esto lo decidais asambleariamente?". Es nuestra forma de ser. Y al final la CUP no nació como un partido para gestionar las instituciones que ya hay, sino como una enmienda a la totalidad de las vigentes para hacer unas nuevas fuera del Estado español y que intenten superar también el capitalismo. En cada elecciones valoras si estar en ellas te te hace avanzar o no.
Desde diferentes sectores independentistas se ha promovido precisamente la abstención este 23 de julio. ¿Eso puede afectar de alguna manera a su formación? ¿Qué lectura hace de estas posiciones contrarias a ir a votar?
La abstención ya nos afectó a todas las formaciones independentistas en las municipales. Hay es un desencanto, un cansancio, una crítica de decir "no se están haciendo bien las cosas", y entonces hay gente que ha decidido no votar. Pienso que tenemos que tomar nota y así lo hemos ido expresando, entendemos que hay cosas que no se han hecho bien. Pero también entendemos que a más poder, más responsabilidad y básicamente son Junts y Esquerra quien han tenido más poder y más responsabilidad en el hecho que ahora no haya un horizonte para avanzar, que no se estén haciendo políticas concretas hacia la independencia y que, por lo tanto, esté bajando el apoyo en las urnas.
El 2015 y 2016, cuando la CUP no se presentaba a las elecciones generales, el partido hizo un llamamiento a la abstención en estas elecciones. ¿Si este año las bases haguéssin optado por no presentarse en el Congreso, os haurieu sumado a los llamamientos a la abstención?
La alternativa a presentarse era defender la abstención. Somos un partido asambleario y la gente habló lo que era más adecuado en la coyuntura actual. No nos presentamos por inercia ni nos presentamos por automatismo de decir es que "tenemos que ir porque ya estabamos". Nos planteamos si ir en el Congreso nos hace avanzar o no. En el 2015 se decidió que no, pero también se verdad que en aquel momento el procés estaba de subida. Ahora pensamos que cualquier tribuna es buena para defender unos mínimos de resistencia independentista.
ERC ha desmovilizado el independentismo y ha rebajado el conflicto con la mesa de diálogo
Ha dicho que la CUP no es un partido convencional y una muestra también es lo que pasa con los cabezas de lista. En Barcelona lo es Usted y en Girona Mireia Vehí, que es quien ha hecho de portavoz en Madrid en los últimos años. A partir del 24 de julio, ¿quién será el portavoz?
Yo creo que nos lo repartiremos como hemos hecho ahora hasta ahora. La gente quizás no lo sabe pero Mireia es de Figueres. Ha vivido tiempo fuera y por eso el 2019 fue por Barcelona, pero ahora ha vuelto a vivir allí y, por lo tanto, tenía bastante lógica que se presentara por su demarcación porque es donde nació y se siente parte.
Póngase en la mente de alguna persona que duda entre Ustedes, entre Esquerra Republicana o Sumar que los puede ofrecer a la CUP que no los ofrezca estos otros dos partidos.
Con respecto a Sumar, nosotros somos un partido independentista y pensamos que todo su programa social solo es posible rompiendo con el Régimen del 78. Es decir, ahora hemos tenido el gobierno más progresista de la historia de España. Ellos lo decían seriamente y al final se ha acabado convirtiendo en un cachondeo, pero si se piensa fríamente no lo es tanto, es complicado que vuelva a haber un gobierno tan progresista. Pero aun así, las limitaciones son clarísimas. Han hecho políticas en algunos casos que incluso podía haber hecho el Partido Popular. Y en el caso de Esquerra, pensamos que han aflojado sus objetivos desde el 2017 para acá. Mucho, y por muchas razones diferentes, pero es un partido que ha desmovilizado, que ha rebajado el conflicto con la mesa de diálogo.
¿Qué ha pasado en estos cuatro años? Entonces Podemos estaba a favor hasta y todo de celebrar algún tipo de consulta y el PSOE se presentaba como el partido que podía dialogar con el independentismo.
Han dejado de percibir el independentismo como una amenaza, como un actor respecto del cual tienes que posicionar. Principalmente Esquerra Republicana y en gran medida también Junts son los que han ido rebajando los objetivos y la combatividad que teníamos en el 2017, que era lo que obligaba a que hubiera una izquierda española dispuesta a la autodeterminación y que hubiera un PSOE dispuesto a sentarse en una mesa. En el momento en que nosotros bajamos, el independentismo se desmoviliza, no hay Tsunami ni hay nada, los otros no se ven comprometidos.
¿Por lo tanto, que plantea a la CUP para volver a ser un problema?
Nosotros planteamos que el elemento clave es el referéndum de autodeterminación. Creemos que tiene mucha fuerza porque es una cosa que defendemos a los independentistas pero que más allá del independentismo tiene apoyos. Hay una inmensa mayoría entre nuestra sociedad que cree que se tiene que votar. Por eso, situando este referéndum y haciendo una nueva acumulación de fuerzas la gente se volverá a movilizar. También creemos que el independentismo tiene que defender un modelo de país diferente. No puedes llamar a la gente a movilizarse para ganar la independencia y hacer un país nuevo si cuando tú tienes las instituciones, lo que haces es prácticamente indistinguible de lo que haría al PSOE.
Algunos de sus votantes se podrían debatir entre Esquerra, la CUP y los Comunes, pero en este inicio de campaña Ustedes se están dirigiendo especialmente al PSC. Han dicho que su negacionismo climático está a la altura de PP y Vox. ¿No sé si hay otros elementos en los cuales los socialistas estén al mismo nivel que la derecha y la ultraderecha?
En la cuestión del negacionismo hay algunos que lo son abiertamente, como Vox, y otros que también lo están poniendo sobre la mesa, como el PP. El PSOE, oficialmente no lo es, pero cuando el PSC gana influencia a Catalunya plantea grandes proyectos que son la concreción del negacionismo climático, como el Quart Cinturó. En otras cosas también comparten ideas, como en el caso de la unidad de España que va prácticamente de Vox al PSOE. Es una cosa tan sagrada y tan tabú que no se puede ni preguntar cuando hay un 70 o 80% de catalanes que quieren votar.
La mejor manera de hacer frente al fascismo no es limitarnos a defender lo que ya tenemos, sino luchar por conseguir la República Catalana
Teme que el llamamiento al voto útil para frenar el PP y Vox le acabe pasando factura a su formación.
Nosotros pensamos que la manera de hacer frente al fascismo es ir a la raíz de lo que ellos defienden y defender el contrario. Y todo el que representaba nuestro anhelo de independencia es absolutamente el contrario de Vox y de la extrema derecha españolista. Entonces, la manera de hacer frente al fascismo no es limitarnos a defender lo que ya tenemos sino, como la mejor defensa es un buen ataque, luchar por conseguir una República Catalana feminista, ecologista, que repartirá la riqueza, y que negará el racismo que propaga Vox.
¿Si tienen la posibilidad aritmética, los votos de los diputados de la CUP servirán para investir a Pedro Sánchez?
Ningún candidato merece los votos, no ya de la CUP, sino del independentismo si no se compromete a un referéndum de autodeterminación. La CUP tenemos un poder relativo, pero el independentismo tendría más y utilizarlo de una manera potente e inteligente sería plantear la autodeterminación. Y también es interesante poner en este compromiso el Gobierno ahora que preside el Consejo de la Unión Europea.
De la palabra del PSOE ente en refíem más bien poco, tendría que ser una concreción escrita dentro de los canales institucionales
¿Cómo tiene que ser esta concreción del referéndum?
En la palabra del PSOE confiamos más bien poco, así que tendría que ser una concreción escrita dentro de los canales institucionales. No puede ser un compromiso que incumplan, como la mesa de diálogo.
No parece que Pedro Sánchez se comprometa por escrito. ¿Entonces que tiene que pasar?
Nosotros lo que queremos dejar claro es que la responsabilidad también es suya. Es decir, si ellos se niegan a hablar de más derechos en una situación en que les va la presidencia y aumenta de la extrema derecha, queremos que quede claro que la responsabilidad es suya.
Los tres partidos independentistas parece que están de acuerdo en exigir un precio más alto para esta hipotética investidura de Pedro Sánchez, pero de momento son los únicos que lo han fijado. ¿Cree que se podrían poner de acuerdo en que esta fuera una petición conjunta?
Para nosotros sería un muy buen escenario y lo hemos dirigido tanto a Esquerra como a Junts, ya que pensamos que es una manera inteligente de utilizar la fuerza que tiene el independentismo.
¿Desde el punto de vista estrictamente de analista que es Usted, a qué atribuye el aumento de la extrema derecha, también en nuestro país?
Es una tendencia desgraciadamente internacional. Aquí yo creo que el independentismo era un muro de contención contra esta extrema derecha, porque lo extrema derecha se sirve del hartazgo de la gente, de la desconfianza hacia la política, mientras que el procés independentista era todo el contrario. En Catalunya mientras el procés estaba en buena forma la extrema derecha estaba más en los márgenes y ahora nos empezamos a parecer a todo lo que es Europa. Yo pienso que obedece a campañas internacionales, guerras culturales más profundas y, al final, son fenómenos que se repiten en la historia.
¿Qué tópico de su partido detesta más que se le apliquen por falso?
El de la dejadez estética, la ducha y estas absurdidades. La gente piensa que por no ir con corbata somos unos dejados y es desagradable. Hay mucho señalamiento en las redes en el aspecto físico, especialmente a las mujeres. Yo me llevo la parte más pequeña, pero no puedes salir con la camisa o el polo mal puesto. Esto y todo el tema de las duchas y estas mierdas, con perdón, es muy agotador.
¿Cuál es aquel mensaje que la CUP lleva en su programa electoral o en su ideario para estas elecciones de cuyo 23 de julio está especialmente orgulloso pero que en lo que llevamos de campaña todavía no ha calado?
Creo que es el contenido ecologista y de crítica a la falta de políticas contra la emergencia climática nos cuesta mucho poner en el centro de la agenda política y pensamos que es muy injusto. Estamos muy mal: crecen los indicadores de gente que muere por las otras temperaturas, este julio será el más cálido en los últimos 120.000 años... cosas de estas que parece imposible que no se estén hablando en campaña, porque este calor es fruto también de decisiones políticas.
Una última pregunta. Normalmente, se asociaba la izquierda abertzale como si fuera la referencia de la CUP y a la inversa. ¿Por qué en esta ocasión EH Bildu ha escogido un pacto con Esquerra Republicana y no con Ustedes?
Nosotros seguimos teniendo muy buena relación, pero es verdad que coinciden más con Esquerra Republicana en la lectura que hacen del momento político, sobre todo del papel del gobierno del PSOE y de Unidas Podemos, pero vemos que llegan por vías bastante diferentes. EH Bildu ha estado cerrando un conflicto armado de décadas con muchas consecuencias y su prioridad ha sido cerrar carpetas abiertas. Y ERC, desgraciadamente, no llega a esta situación en las alianzas con el PSOE. Nosotros no pensamos que el 1 de octubre fuera un conflicto del cual se tenían que cerrar carpetas, sino que todavía estaba abierto. Nos daba mucha fuerza a haber hecho el referéndum y se ha ido dilapidando.