De quinto partido de Catalunya en las elecciones generales del 2011 a dos victorias históricas en el 2019, liderando el independentismo catalán en el Congrso. . Esta ha sido la evolución de Esquerra Republicana en Madrid en los últimos años, pasando de solo tres diputados encabezados por Alfred Bosch, a una época marcada por la irrupción de la figura de Gabriel Rufián que culminó en el triunfo del partido en abril del 2019, liderados por un Oriol Junqueras encarcelado, y en la reválida de la victoria, aunque con menos apoyo electoral, meses más tarde. En 12 años han pasado de tener un papel prácticamente residual en la cámara baja a tener la clave para aprobar muchas de las leyes que el gobierno de coalición ha salido adelante en la última legislatura.
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En 2011, el partido se presentó a las generales bajo el mando de Alfred Bosch y consiguieron mantener a los tres diputados en el Congreso obtenidos en el 2008, con 244.854 votos, prácticamente los mismos que los que recibió la CUP en las elecciones generales del 2019. El partido se estaba recuperando entonces de su gran batacazo en las elecciones municipales del mes de mayo, sumado a también su derrota electoral en las elecciones al Parlament celebradas en el 2010. Así, mes y medio antes de las elecciones generales, el partido celebró un congreso extraordinario del cual Oriol Junqueras salió como nuevo líder del partido.
Tres diputados y sin representación ni a Tarragona ni a Lleida
De los tres diputados que obtuvo el partido en Catalunya, dos estuvieron por la provincia de Barcelona, el mismo Alfred Bosch y el entonces portavoz Joan Tardà, y otro por Girona, Teresa Jordà, que este 23 de julio, 12 años después se vuelve a presentar como a candidata haciendo tándem con Gabriel Rufián por Barcelona. En Tarragona, el partido se quedó muy lejos de conseguir un escaño, que quedaron repartidos entre PSC, CiU y el PP, mientras que ERC quedó en cuarta posición y poco más de 25.000 votos, lejos de los 85.000 de los populares, que quedaron terceros. En Ponent, aunque no los separaban estos 60.000 votos, tampoco tuvieron ninguna opción de hacerse con un diputado y aumentar la representación.
Una subida electoral en la sombra del estallido de los comunes
Cuatro años después, en diciembre del 2015, la situación había cambiado y el movimiento independentista había ganado las elecciones a Catalunya con Junts pel Sí, aunque todavía no se sabía si el país estaba condenado a unas nuevas elecciones por la negativa de la CUP a investir Artur Mas. Pero aquellas elecciones generales no estuvieron marcadas por la fuerza del independentismo sino por la irrupción de Podemos en el Estado, que provocó que la importante subida de los republicanos en aquellas elecciones, consiguiendo su mejor resultado hasta entonces y superando los 8 escaños de Carod-Rovira en el 2004, pasara un poco más desapercibida.
Liderados por primera vez por Gabriel Rufián, entonces fichado como independiente, y con Tardà como número 2, el partido pasó a ser segunda fuerza, superando Convergència, que en aquellas elecciones se presentó bajo el nombre de Democracia y Libertad. Esquerra consiguió 599.289 votos, una cifra insólita hasta entonces y que se tradujeron en 9 diputados. En Barcelona pasó de 2 a 5 escaños, en Girona también aguantaron a los representantes de 1 a 2 y en Tarragona (donde los seis escaños quedaron repartidos entre seis partidos) y Lleida fueron también segunda fuerza, con un diputado en cada demarcación. "No está mal para ser las elecciones de otro Estado", dijo, irónico, Rufián la noche electoral.
Con la repetición electoral del 26 de junio, la situación del partido en el Congreso no varió nada y volvió a conseguir a los mismos 9 diputados, repartidos idénticamente en las diferentes demarcaciones que medio año antes. Además, fueron primera fuerza tanto en Girona como Lleida, mientras que en Barcelona y Tarragona se volvieron a imponer los comunes. Los 9 diputados conseguidos el 26-J del 2016 votaron a favor dos años después a la moción de censura contra Mariano Rajoy con que Pedro Sánchez se convirtió en presidente del Gobierno.
Un millón de votos y una victoria histórica
Los buenos resultados del partido en el 2015 y en el 2016 se quedaron en anecdóticos si se tiene en cuenta los que consiguieron en el 2019, tanto a abril como en la repetición electoral de noviembre. Entre el 26-J y el 28-A habían pasado casi tres años, de los más intensos en la historia reciente de Catalunya con la celebración del referéndum del 1-O, el encarcelamiento de parte de sus líderes políticos y el exilio del resto. La dirección de los republicanos quedó dividía entre Oriol Junqueras en Soto del Real (después Lledoners) y Suiza, donde se instaló Marta Rovira. Las elecciones de abril del 2019 se celebraron en medio del juicio a los presos y ERC decidió apostar por Junqueras, su cara más visible en aquel momento y símbolo de la represión como cabeza de lista para las generales. Y aquella noche, que siguió desde la cárcel, Junqueras hizo historia, con ERC ganando por primera vez unas elecciones: consiguió más de un millón de votos, que representaban un 24,59% del total: casi 1 de cada 4 catalanes que fue a votar aquel domingo, escogió Esquerra. Este gran apoyo electoral se tradujo en 15 diputados.
Barcelona fue la única demarcación donde no se impusieron los republicanos. Ganaron los socialistas, pero ERC también creció exponencialmente, consiguiendo 713.049 votos, casi 300.000 más que tres años atrás. Su victoria más clara fue en Lleida, donde de los cuatro diputados que se reparten, se quedaron dos con 75.288 votos y un 33% de los votos. En Girona también se hicieron con la mitad de diputados, 3 de 6, gracias a los 113.546 votos recibidos. En Tarragona, donde consiguieron prácticamente los mismos votos que en Girona, 113.472, consiguieron a 2 representantes.
Triunfadores con 140.000 votos menos
A la repetición electoral del mes de noviembre, ERC volvió a ganar las elecciones por segunda vez consecutiva. En esta ocasión, el candidato no era Junqueras, ya condenado, sino Rufián y el partido perdió hasta 140.000 votos y a pesar de que no de manera tan contundente y perdieron a dos diputados, quedándose en los 13 que han tenido en la última legislatura. En Barcelona, el partido volvió a quedar segundo, con 7 diputados, uno menos que en abril de aquel mismo año. La otra pérdida se dio a Girona, donde se quedaron con dos, empatando con Junts per Catalunya, que les pisaba los talones a solo 3.000 votos. En Tarragona y Lleida conservaron los escaños que habían conseguido meses antes y también ganaron las elecciones. Ahora, las perspectivas electorales de los republicanos no son, ni de lejos, las mismas que hace tres años y medio, con las encuestas pronosticando una clara victoria del PSC: el tercer triunfo republicano en unas elecciones generales parece complicat.