El Partido Popular empieza a construir su relato el día después de ganar las elecciones generales y después de constatar que lo tiene muy complicado por aglutinar apoyos y probar una investidura. Con esta tesitura de difícil digestión, Alberto Núñez Feijóo ha decidido tomar la iniciativa y en la Junta Directiva reunida en la sede del PP ha anunciado que ha empezado una ronda de conversaciones con otras formaciones para que le den apoyo, entre ellos Vox. "Merece la pena intentarlo y no renunciaré a conseguirlo", ha afirmado.
Ante los barones territoriales, Feijóo tenía el encargo de coger el toro por los cuernos después de la "victoria incontestable" de este domingo por la noche. Es el ganador y le corresponde dar un paso al frente, aunque la calculadora le suponga un mal trago. Por eso, tal y como ha anunciado, ya ha activado las negociaciones para rascar como sea y de donde sea los apoyos de una hipotética –y poco probable investidura-. Después de emplazar a Pedro Sánchez a hablar después del recuento del voto exterior, Feijóo ha articulado una mayoría imaginativa con quien ha contactado y con quien confía llegar a un acuerdo: Vox, el PNV, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro. Con los dos primeros ha dicho que se han invitado a hablar lo largo de esta semana, con el canario se ve optimista y del diputado navarro ya ha consechado su voto positivo. Aún así, fuentes del PNV ya han desmentido cualquier tipo de contacto con Feijóo. Sea como sea, aon toda esta macedonia de partidos, Feijóo alcanzaría los 176 escaños de la mayoría absoluta, aunque los nacionalistas vascos ya han dicho por activa y por pasiva que no negociarán nada con el PP si Vox forma parte de la ecuación. Feijóo ha escogido un atajo de difícil acceso.
La idea de Feijóo es activar los mecanismos para evitar el bloqueo. De hecho, ha dibujado tres escenarios después de los resultados del 23 de julio. El primero es que "se permita gobernar al ganador de las elecciones", que es su apuesta; el segundo es abocar a España a "una situación de bloqueo" que, a su entender, el país no se puede permitir ostentado la presidencia de la Unión Europea; y el tercero es la "coalición de perdedores" sustentada por "populistas e independentistas".
En este punto, Feijóo ha subrayado que Pedro Sánchez no puede entregar todavía más poder a los independentistas en un "escenario implanteable". "En un momento de subida de los grandes partidos de Estado y que el independentismo tiene mucho menos peso en relación a la pasada legislatura, Sánchez no puede ofrecer más poder y capacidad de decisión a los independentistas", ha afirmado, haciendo referencia a Esquerra y Bildu y a un "partido dirigido por uno huido de la justicia", en alusión a Junts per Catalunya. En la interpretación de los resultados del 23 de julio, el líder del PP ha admitido que "no han conseguido cumplir todas las expectativas". "No me arrepiento de exigirme ganar por mucho ante los partidos que se conforman con perder por menos", ha dicho en referencia al bloque progresista.
Los barones cierran filas con Feijóo
Feijóo ha tenido la complicidad de los barones territoriales que han asistido a la Junta Directiva, el máximo órgano entre congresos. Una de las más solicitadas ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que fue ovacionada este domingo por la noche desde el balcón de la sede del PP, cuando Feijóo salió a celebrar que su partido había ganado unas elecciones siete años después. "Por descontado", ha contestado la madrileña a cuestiones de los periodistas que le han preguntado si Feijóo tenía que ser el candidato del PP en caso de que se tengan que repetir las elecciones generales. Desde la entrada, Díaz Ayuso ha animado a sus colegas a no asumir "el relato de los perdedores" pocas horas después de las elecciones y ha hecho un llamamiento a "no tirar la toalla". Aun así, los líderes territoriales que han acudido a la Junta han lanzado un mensaje de serenidad y de no precipitación.