Por mucho que la pelota en el tejado de Junts per Catalunya pueda complicar su investidura como presidente del Gobierno, Pedro Sánchez puede presumir de haber anotado las elecciones generales del 23-J como un capítulo más de su manual de resistencia. "El bloque involucionista ha fracasado", ha espetado este domingo el líder socialista desde el balcón de Ferraz, después de haber quedado en segunda posición en los comicios, pero delante de un PP que no suma lo suficiente con Vox ni con UPN ni Coalición Canaria para que se le haga entrega de las llaves de la Moncloa.

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Los 122 escaños del PSOE, los 31 de Sumar, los 7 de Esquerra Republicana, los 6 de Bildu, los 5 del PNV y el único diputado que el BNG ha conseguido colocar en el Congreso le hacen acariciar la presidencia española. Pero todo dependerá de Junts per Catalunya, que hasta ahora ha asegurado que no investirá a un jefe del ejecutivo español que no acepte un referéndum de autodeterminación, y que este mismo 23-J le ha trasladado a Sánchez que no lo recolocará en la Moncloa "a cambio de nada". Fuentes del PSOE, preguntados por la importancia que tendrá el partido de Carles Puigdemont los próximos meses, han señalado que ahora mismo "lo importante es que las cabeceras internacionales" explicarán que España no estará gobernada por la extrema derecha. "Y mañana ya se verá", exclamaban esta noche en los pasillos de la sede del partido.

La noche en Ferraz ha empezado con exaltación. Por mucho que los sondeos publicados en el cierre de los colegios electorales hayan mostrado una fotografía similar a la de los barómetros publicados durante las últimas semanas, los primeros escrutinios han cambiado el marcador. El PSOE se situaba mucho por delante del PP en las primeras papeletas contabilizadas. Y de golpe los populares pasaban de ser los favoritos de ganar las elecciones a perder estrepitosamente.

Con los primeros sondeos, la portavoz de la ejecutiva socialista, Pilar Alegría, ha pedido "máxima prudencia". El resultado no solo no era definitivo, sino que era solo una encuesta. Todo ha empezado a variar desde el cierre de los colegios electorales, cuando las urnas han empezado a ser analizadas. La sede de los socialistas ha empezado a enloquecer, y en todo el edificio se oían los gritos de celebración de la dirección del partido cada vez que se sumaba un escaño de color rojo en el marcador.

Aunque el escrutinio ha acabado situando al PP como líder, el bloque de derechas se ha llevado un importante porrazo, y eso ha convertido a la madrileña calle de Ferraz en una auténtica fiesta. Los seguidores del PSOE han bailado canciones de Rigoberta Bandini, Rauw Alejandro y Daft Punk cuando el marcador ya señalaba que quien tiene más posibilidades de ser presidente es Pedro Sánchez.

 

Una vez en el balcón, el líder del PSOE ha asegurado que cuando el 29 de mayo convocó elecciones anticipadas después de la derrota del 28-M, trasladó al electorado el deber de escoger entre "avance o retroceso". "Los españoles han sido meridianamente claros, y el machismo y el retroceso en derechos y libertades ha fracasado", ha manifestado.

Calle Ferraz de Madrid, la noche del 23-J / Foto: EFE