La derrota electoral de Podemos a raíz de las elecciones autonómicas del 28 de mayo y las generales del 23 de julio ha provocado un estruendo en la organización morada. Como consecuencia directa de la pérdida de representación institucional, la formación ha anunciado a los trabajadores que abre un expediente de regulación de empleo (ERE), que implica el cierre de nueve sedes territoriales y el despido de, como mínimo, la mitad de la plantilla. Así lo anunció el partido en una carta el 24 de julio —el día después de las generales— enviada a sus empleados, según ha adelantado El Periódico y ha confirmado la agencia de noticias Europa Press.
En la misiva, Podemos asume que, después de perder hasta la camisa en las dos citas electorales, se enfrenta "a un nuevo escenario" que, a la práctica, representa un recorte importante de los ingresos por culpa de haberse dejado por el camino decenas de diputados en los parlamentos autonómicos y en el Congreso de los Diputados. De hecho, cuantifican las pérdidas en un 70% a nivel estatal y en un 90% en los territorios donde concurría en los comicios.
La reducción de ingresos empuja al partido a aplicar el ERE, con el consiguiente cierre de los centros de trabajo en nueve autonomías: País Valencià, Islas Baleares, Aragón, Asturias, Islas Canarias, Castilla-la Mancha, Cantabria, Galicia y Madrid, al margen de recortar la plantilla en la sede central del partido en la capital española, que cuenta con 61 empleados (el 57% de la plantilla). Según se explica a la carta difundida, el expediente afectará a un total de 45 trabajadores de la plantilla en los territorios mencionados anteriormente.
Las justificaciones de Podemos
En la carta, la formación morada justifica "la profunda reorganización del partido en todos los ámbitos" para ajustarse "al descenso de recursos que eso supone", en referencia a la pérdida de escaños en los parlamentos autonómicos y a las Cortes Generales. "Esta reducción de ingresos lleva aparejada la necesidad ineludible de adaptar a los mismos los gastos de todo tipo, incluidos los laborales, que en el caso de los territorios afectados, implicará la extinción de los contratos y el cierre de centros de trabajo y, en el estatal, una reducción de la plantilla", anuncia la carta.
Por todo ello, el partido anuncia la apertura del ERE "por razones económicas, técnicas y organizativas", y todo "con el firme objetivo de asegurar la acción política de Podemos y garantizar la continuidad del avance de las políticas transformadas". Ahora se abre un proceso de negociación que dirigirá la secretaria de organización, Lilith Verstrynge.
La pesadilla del 28-M y el 23-J
Podemos ha vivido un descalabro electoral en cuestión de tres meses. En las elecciones generales del 23-J, la formación morada concurrió bajo las siglas de Sumar, encabezado por Yolanda Díaz. La coalición a la izquierda del PSOE aglutinó el 12,3% de los votos y un total de 31 escaños, de los cuales solo cinco pertenecen a Podemos. En los comicios autonómicos del 28 de mayo, los morados perdieron mucho músculo institucional. Se quedaron sin representación en parlamentos importantes, Comunidad de Madrid y el País Valencià, y se quedaron fuera de las cortes de Castilla-La Mancha, Cantabria y las Canarias. Ni un escaño en cinco de las doce comunidades donde concurrieron, pasando de 47 diputados a tan solo 14.