El jueves era El Mundo y este viernes ABC, La Razón y El Periódico son sus monaguillos con títulos de portada que no informan de nada en concreto, sino que extienden la sospecha conspiranoica de que Correos no podrá hacerse cargo del voto por correo —estas elecciones generales han alcanzado la cifra récord de más de 2,5 millones de solicitudes. Incluso La Vanguardia publica un destacado en primera página tan vacío como el de los otros diarios mencionados: "Sobrecarga de trabajo. Correos, en el centro del huracán político", que no da información alguna más allá de contar que se habla mucho de la cosa —pero te pone la incertidumbre en el corazón—. Todo arranca hace dos días con el comunicado de algunos sindicatos de la empresa pública quejándose de que no dan abasto. Se han encargado de manipularlo varios cargos del Partido Popular, incluido el mismo Alberto Núñez Feijóo, que en un mitin en Murcia pronunció una frase ambigua: "Pido a los carteros, con independencia de sus jefes, que repartan todo el voto". Los periodistas no preguntan nada a Feijóo —si tiene datos, si formula alguna acusación concreta, si duda de la limpieza del voto por correo...— seguramente porque la respuesta sería una bola aún más equívoca.
De manipularlo y transformarlo en una nueva conspiranoia se ha encargado el Trío de la Bencina y —sorpresa— sus compañeros de viaje barceloneses, aquí en el papel de tontos útiles. Como los diarios no han comprobado ni verificado nada —pura pereza, pura irresponsabilidad—, solo ha hecho falta que algún listillo maree la perdiz diciendo que el presidente de la estatal es Juan Manuel Serrano, exjefe de gabinete de Pedro Sánchez. De poco ha servido que Alonso Nistal, director adjunto de Operaciones de Correos, explique que han reforzado las oficinas con 20.200 personas más desde el 30 de mayo. Con afán de desacreditar a los mentirosos, algunos nombres relevantes del kommentariat progre han dicho en tertulias y columnas que este runrún demuestra que el PP está nervioso y empieza a prepararse excusas en caso de derrota, cosa que empeora todo y da más aire a los conspiranoicos. ¿Se puede ser más bobo? Incluso se ocupa del asunto el Quioscos & Pantallas, a riesgo de aparecer como un poputchik cualquiera.
Ara y El Punt Avui siguen abriendo portada con las penas y trabajos de la lengua catalana. El nuevo presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, fue investido este jueves con dos promesas que retratan bien su ignorancia, su mala fe y su sectarismo. Ignorancia, la que tiene para asegurar que promoverá "el valenciano si no es catalán". Mala fe por resucitar la guerra lingüística abierta por los intereses políticos de la UCD y el búnker barraqueta de los años 80 del siglo pasado y cerrada por los presidentes Pujol y Zaplana a finales de los años 90. Sectarismo el de comprometerse a eliminar "todas las ayudas a los que quieran imponer los Países Catalanes". En las portadas de La Vanguardia y El Periódico no se dice ni media palabra del tema, y mira que uno abre con la cosa y el otro le dedica la fotografía. Han preferido remarcar que Mazón crea una vicepresidencia de Igualdad para "compensar la amplia cesión de poder a la extrema derecha". Menos mal, qué descanso, oiga.