El Partido Popular ha empezado una campaña feroz para demonizar todo aquello que no suponga la investidura de Alberto Núñez Feijóo como presidente del Gobierno. Y el independentismo vuelve a estar en el centro. Si bien hace cuatro años que critican los pactos parlamentarios con Esquerra y EH Bildu para aprobar leyes en el Congreso de los Diputados, ahora añaden a Junts per Catalunya y a Carles Puigdemont al cóctel. El PP está apurando sus opciones y rechaza cualquier otra "opción descabellada", en referencia al posible acuerdo entre fuerzas progresistas e independentistas. Según la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, si sellara un acuerdo con independentistas "la capital de España pasaría de estar en Madrid y pasaría a Waterloo", en alusión a Junts per Catalunya.
Para Gamarra, una alternativa a Feijóo es poner de acuerdo a "más de 20 partidos", contando la amalgama de la coalición de Sumar, a partir de los cuales "cada uno sube el precio" de su apoyo. "Es hablar de independencia, referéndum, autodeterminación, amnistía y es hablar de pactos que no se pueden llamar públicamente", ha asegurado este miércoles en la última reunión de la Diputación Permanente de esta legislatura. "España y los españoles merecen un respeto y que impere la altura política". En este sentido, ha criticado que la hipotética investidura de Pedro Sánchez se tenga que negociar "con un prófugo de la justicia que ni siquiera está en Madrid", en referencia al exilio que vive Carles Puigdemont desde el 2017.
La digestión está siendo pesada para el Partido Popular, que ha pasado de querer derogar el 'sanchismo' a reclamar al PSOE un acuerdo para investir a Feijóo en tanto que "partidos de Estado". Por eso, Cuca Gamarra cree que los socialistas tienen la "responsabilidad de evitar el bloqueo". "Los resultados exigen seriedad, madurez, responsabilidad y no romper las reglas democráticas no escritas que siempre han existido", ha asegurado Gamarra, en alusión al hecho de que en España siempre ha gobernado la fuerza que ha ganado las elecciones generales. Aun así, la presidencia se teje a partir de una mayoría parlamentaria.
Este argumento del PP decae con la hemeroteca reciente y afecta a sus principales barones territoriales. Isabel Díaz Ayuso llegó al poder en 2019 después de obtener los peores resultados del PP en la Comunidad de Madrid, por detrás del PSOE. Con los resultados de las autonómicas, Ayuso cosió una coalición con Ciudadanos y el apoyo externo de Vox. Otro de los contrapesos del PP, el andaluz Juanma Moreno Bonilla, siguió el mismo camino que Ayuso. Bonilla echó el socialismo de la Junta de Andalucía después de perder las elecciones autonómicas del 2018, siendo segunda fuerza. Llegó al Palacio de San Telmo haciendo coalición con los naranjas y asumiendo el apoyo de la ultraderecha. El popular Alfonso Fernández Mañueco, que gobierna con Vox, asumió el poder en Castilla y León en 2019 quedando segundo por detrás de los socialistas. Allí también se entendió con Ciudadanos.