Los resultados del 23-J son, a ojos del PSOE, muy buenos pero al mismo tiempo muy delicados. Así se ha puesto de manifiesto cuando este lunes el partido ha cancelado su rueda de prensa de valoración de los resultados electorales cuando toda la prensa ya estaba del todo instalada en la sede de Ferraz. Las declaraciones ante de los periodistas se tenían que hacer justo después de la intervención de Pedro Sánchez delante de su ejecutiva federal, en la cual ha señalado que los resultados del domingo por la noche "tienen un mensaje para todos los partidos, y todos tienen que descansar y analizarlos con tiempo", en referencia a todos los partidos que tienen más números de investir al líder socialista que Alberto Núñez Feijóo. "La democracia encontrará la fórmula de la gobernabilidad", ha manifestado.
Junts per Catalunya tiene la sartén por el mango, y por mucho que fuentes del PSOE insistan en que este partido no ha centrado buena parte del discurso de Sánchez de este lunes, también indican que en Ferraz hay esperanzas de que el partido de Carles Puigdemont tenga "dos almas". Pero todo es muy delicado, y un paso en falso en las primeras horas posteriores a las elecciones del 23-J puede complicar mucho la investidura de Pedro Sánchez. "Es un muy buen resultado para no mover nada hasta que no se haya hecho mucho análisis", insisten desde la capitanía socialista, además de remarcar que no pasa nada por esperar unos cuantos meses para celebrar una sesión de investidura si esta llega con los pactos ya cerrados y asegurados.
Ahora bien, por los pasillos de Ferraz ven del todo imposible que el PSOE esté dispuesto a deshacer su maniobra de Estado con el PP y los comunes y entregarle la alcaldía barcelonesa a Xavier Trias. Tampoco ha hecho ninguna valoración Pedro Sánchez del regreso de Clara Ponsatí a Catalunya y su detención. Los socialistas defienden que la justicia española tiene que hacer su trabajo, sin necesidad que la eurodiputada de Junts influya ahora en los pactos postelectorales.
Euforia en el PSOE al día siguiente del 23-J
La ministra Teresa Ribera ha llegado eufórica a la sede de Ferraz cuando quedaban pocos minutos para que empezara la Comisión Ejecutiva Federal de los socialistas. "Lo intentaremos", ha asegurado a las puertas de la sede de su partido cuando se le ha preguntado sobre si el PSOE pactará con Junts per Catalunya una investidura de Pedro Sánchez. No obstante, ha dejado claro que quedan por delante "semanas complicadas".
Ahora bien, ha celebrado mucho la "buena noticia para todos" que representa la derrota del bloque de derechas en las elecciones generales de este pasado 23-J. "España ha parado a la ultraderecha", ha añadido la ministra, cosa que, según ella, pone la responsabilidad de gobernanza en el bloque progresista del Congreso de los Diputados. "Sobre esta base tendremos que trabajar", ha señalado.
Se ha pronunciado de la misma manera el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que ha señalado que el electorado español se expresó "con mucha claridad" este domingo, diciendo "no a la coalición ultra" del PP y Vox. Ha sido más tímida Pilar Alegría, la ministra y portavoz del PSOE que se ha limitado a decir que "España habló claro".