David Bote (Mataró, 1982), llegó a la alcaldía de Mataró en el 2015 con solo 33 años y recuperó uno de los feudos del PSC en el país después de una breve etapa de Convergència y Unió al frente de la capial del Maresme entre 2011 y 2015. En sus primeras elecciones consiguió 6 concejales que le permitieron encabezar el ayuntamiento de la octava ciudad del país. En 2019 se volvió a presentar y pasó de 8.400 votos a más de 21.000, quedándose a solo un concejal de la mayoría absoluta en el consistorio. En esta entrevista en ElNacional.cat, Bote repasa el último mandato y de los retos de Mataró ante las elecciones municipales del 28 de mayo.

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Usted es físico de formación. ¿Cómo acaba una persona del mundo de la ciencia en la alcaldía de una ciudad?
Yo recuerdo que en la época de los estudios hablábamos mucho de política. Yo era de los del PSC y la mayoría en aquel momento era de Iniciativa y algunos de ERC. De hecho, Arnau Riera, que es el cabeza de lista de la CUP en Llinars fue compañero mío de estudios. Creo que para ser alcalde no se deben tener unos estudios concretos sino inquietudes. Yo estaba interesado en política y hubo un momento en que consideré que era oportuno hacerme militante del PSC y después, cuando ya había consolidado mi trayectoria profesional y tenía la seguridad que después de esta etapa tenía una profesión detrás, di el paso para ser alcalde. Pero esto es una cuestión más de inquietudes que de formación.

La ciencia te da una manera muy ordenada de entender la realidad y de actuar en política

Es poco habitual, sin embargo. Normalmente, las personas que entran en política tienen estudios en Ciencias Sociales, Económicas o Derecho.
Yo lo que sí que defiendo mucho es la manera de argumentar y de razonar de la gente de la tecnología, del ámbito de la ciencia. Es un planteamiento ordenado. El otro día yo escuché cómo hablaba Arnau Riera y su explicación tiene una secuencia muy lógica, aunque después puedes estar de acuerdo o no. Quizás es verdad que la ciencia política da un abanico más de conocimientos de elementos de historia y la sociología, pero la ciencia te da una manera muy arreglada de entender la realidad y de actuar.

Mataró es la sede del Tecnocampus. No sé si su intención es avanzar hacia un modelo de ciudad tecnológica y que incluso sea líder en este sentido en Catalunya.
Más que una ciudad tecnológica, lo que pretendemos es conseguir una ciudad inteligente, que utilice la tecnología para resolver sus retos. Y el Tecnocampus tiene que tener un papel en esta misión, también como atractor de talento y como elemento de fomento de la innovación. Por ejemplo, nosotros con el ayuntamiento de Gavà estamos utilizando colaborando con su proyecto Gàvius que hace la inteligencia artificial para detectar de manera automática cuáles son las personas susceptibles de necesitar una ayuda y facilitar toda la parte de la tramitación de este. Considero que esta idea es la que nosotros trabajamos desde el Plan de Ciudad Inteligente y desde el Tecnocampus.

Los habitantes de Mataró tienen que poder decidir si quieren ser una ciudad de 130, 140 o 150.000 habitantes

Mataró ha crecido muy notablemente en población en los últimos años y se ha consolidado como una ciudad que forma parte de las diez más pobladas de Catalunya, mientras se acerca a una capital como Tarragona. ¿Tiene que seguir creciendo? ¿Está preparada la ciudad para seguir aumentando de población?
Es cierto que hemos crecido, pero ahora hace unos 3 años que estamos en torno a los 130.000 habitantes. A mí lo que me gustaría que pasara es que sean los vecinos de Mataró quienes decidan qué ciudad quieren. Nosotros hemos hecho una propuesta, hemos hecho los trabajos para hacer la revisión del Plan General y estamos mirando qué margen tenemos para crecer y de qué manera. Como alcalde lo que me gustaría es poner sobre la mesa una propuesta para que después la gente de la ciudad decida si queremos ser 130, 140 o 150.000 habitantes y que eso sea una decisión colectiva. Hay algunos elementos estructurales de la ciudad que necesitan una sacudida importante, como puede ser una revisión del Plan General y que esta decisión tiene que ser participada y colectiva.

Mataró no deja de ser una ciudad y tiene de todo, pero también es mucho más cercana que una capital

Mataró ha crecido en gran parte por la llegada de inmigración de otros países en las últimas décadas. ¿En los últimos años ante un aumento de precios de los alquileres en Barcelona, también habéis recibido población de la capital que se ha sentido expulsada?
Sí, las nuevas promociones nos están ayudando mucho a atraer población de Barcelona que viene a Mataró. ¿Por qué? Porque por un mismo precio la calidad de vida y de la vivienda es mucho más alta que en Barcelona y porque ofrecemos una serie de servicios. No deja de ser una ciudad y, por lo tanto, hay de todo, pero también es mucho más cercana que una capital. Creo que incluso es positivo que en una ciudad haya renovación, haya aire fresco, también para ganar visiones, pluralidad y diversidad.

David Bote, alcalde de Mataró / Foto: Carlos Baglietto

En Mataró, sin embargo, los precios también han subido. ¿Hay gente que se haya tenido que marchar por este motivo?
Sé que hay gente que se marcha pero por otros motivos. Por ejemplo, muchas personas de origen marroquí han dejado la ciudad para hacer la "ruta del norte" e ir hacia países como Bélgica.

El problema de la vivienda es el gran tema de debate de estas elecciones, ¿desde Mataró cómo planteáis hacerle frente?
La vivienda es competencia de la Generalitat de Catalunya y creo que han faltado políticas de promoción. Pero desde la ciudad intentamos hacer el máximo que podemos para solucionar el problema del acceso a una casa que sufren muchos jóvenes y también muchas familias. Para nosotros, en los últimos años esta ha sido una prioridad de gobierno. Tenemos en marcha otro proyecto llamando "Lloguem, yes we rent" para movilizar el parque de vivienda, creando una cooperativa de arrendatarios y que estos pisos vacíos pasen a ser de alquiler asequible. Este es un problema en Mataró, pero también del conjunto de Catalunya y de España. Entre todas las administraciones tenemos que hacer más porque es la cosa que más preocupa a los vecinos.

Se habla mucho de las okupaciones, lo cual también forma parte de la problemática de la vivienda. Al ayuntamiento de Mataró se le ha puesto como ejemplo de la lucha contra estos delitos.
Es verdad. Mataró, por voluntad del gobierno y del conjunto de la ciudad, ha liderando la lucha contra las ocupaciones delincuenciales. Este en Catalunya es un fenómeno grave y aquí el año pasado se acumulaba el 42% de todos los casos del conjunto del Estado. En Mataró, con todas las políticas que hemos hecho hemos reducido sensiblemente las nuevas okupaciones. Pero es un tema que hay que seguir batallando y tenemos el compromiso de mantener una posición firme para evitar este fenómenos.

Con nuestro protocolo contra las okupaciones de la Policía Local conseguimos evitar 200 en el 2022

¿Cómo lo habéis conseguido?
Tenemos un protocolo propio de la Policía Local, que ejecuta una unidad que se dedica casi exclusivamente a luchar contra a las ocupaciones delincuenciales. Con nuestro protocolo anticipaciones conseguimos evitar hasta 200 en el 2022 y 500 intentos en total han acabado en grado de tentativa desde que lo pusimos en marcha. También hemos desalojado fincas e inmuebles que estaban en muy malas condiciones, donde no se podía vivir. En total hemos desalojado unos 106 inmuebles. Y se han empezado a hacer juicios rápidos, aunque eso no depende de nosotros hemos tenido mucho que ver. Resolver y tener sentencias rápidas para desalojar es muy importante. Desde Mataró y con otros municipios de Catalunya hemos ido haciendo lobby para que cambie la ley y se puedan desalojar las nuevas okupaciones en las primeras 72 horas.

¿La ley de la vivienda va en este sentido?
El acceso a la vivienda y las okupaciones son dos problemas que no se tienen que mezclar. El segundo supone que una persona accede por delante de gente que hace años que espera una vivienda y, por lo tanto, lo que hace es acceder a un derecho a través de un delito. Lanzar el mensaje que para acceder a un derecho como es la vivienda la puerta de entrada es un delito es pernicioso y no acabará bien.

David Bote, candidato socialista a la reelección en Mataró / Foto: Carlos Baglietto

Una de las principales críticas que ha hecho la oposición en estos años es que no se ha protegido el comercio de proximidad y que los vecinos y las tiendas de barrio han sido expulsadas del centro de la ciudad. ¿Comparte esta visión?

En el ámbito del comercio hemos hecho un trabajo en dos líneas: la dinamización y la mejora de todo el entorno del centro de la ciudad. Hemos invertido en la renovación de la plaza Santa Anna, en la renovación del edificio del Ajuntament. Acabamos de comprar un edificio histórico para hacer un equipamiento singular y de referencia atractor para el centro de la ciudad. Nuestra política es clara. Bajo el nombre de Plan d'Impuls del Centre, el objetivo es convertir esta zona en un espacio amable que invite a pasear, a estar, en compar, a comer... Pero aparte de dinamizar el entorno también queremos dar seguridad a los comercios: hemos cambiando el modelo de recogida de residuos para hacerlo más limpio y a la hora recoger mejor, hemos tirado ayudas para la digitalización del comercio del comercio local... en definitiva, hemos iniciado todo un camino que se tiene que proyectar en el futuro.

¿Cree que eso ha provocado que el centro se haya gentrificado y que los vecinos se hayan sentido expulsados?
No es ni mucho menos un centro gentrificado. El problema de la vivienda se debe a la falta de políticas en este sentido que ha habido en Catalunya en las últimas décadas.

El alcalde David Bote en el ayuntamiento de Mataró / Foto: Carlos Baglietto

En las últimas elecciones quedó a un concejal de la mayoría absoluta y ha gobernado con los comunes. No sé si se ve más cerca ahora del 2019 de conseguir esta mayoría y poder formar un gobierno en solitario...
Creo que es posible, porque lo pienso, pero no deja de ser difícil poder conseguir la mayoría abosoluta. En el 2019 era imposible llegar, porque teníamos que superar la barrera de los 21.000 votos y eso es muy complejo. Este año creo que es posible, pero sin dejar de ser complicado. Hemos vivido el temporal Glòria, una pandemia, ahora la sequía... han pasado muchas cosas en los últimos años y habrá que ver cómo impacta eso en el resultado de las elecciones.