Las encuestas de las elecciones municipales de Barcelona, que ahora hay que ir a buscar en Australia, están ajustadísimas. Y Ernest Maragall, que ganó hace cuatro años, hoy va por la cola y necesita asomar la cabeza. Por eso, el alcaldable de Esquerra Republicana ha buscado este martes el cuerpo en cuerpo con el resto de contrincantes en el debate a siete de TV3 y Catalunya Radio. Una semana después de dejar claro que no gobernaría con el PSC, ha seguido polarizando con Jaume Collboni. Pero también con el resto de candidatos, que por activa o por pasiva harán que Barcelona dependa de La Moncloa. En este contexto, el candidato republicano se ha situado como la garantía para que la capital de Catalunya no sea una sucursal del Gobierno. Y ha apostado por volver a los "mejores momentos de Barcelona", que vinieron de la mano de su hermano Pasqual Maragall.
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Ernest Maragall ha abierto justamente el turno de intervenciones en el debate, preguntado por su modelo de ciudad. Y, a diferencia del anterior debate en Betevé, el candidato republicano ya ha arrancado vendiéndose como la única alternativa y garantía para evitar dependencia: "Nos jugamos a quien decide sobre Barcelona, si tiene que decidir La Moncloa a través de un delegado como el señor Collboni o tenemos que decidir nosotros". Pero no se ha contrapuesto solo al alcaldable socialista, sino que ha remachado la advertencia: "Tanto Colau como Trias le buscan para ser teniente de alcalde". Pero se ha centrado especialmente Colau y Collboni, evitando al máximo la confrontación con Trias, excepto en el bloque de turismo. Un mensaje que ha remachado en el minuto de oro: “El domingo nos jugamos quien decide. Y el señor Trias y la señora Colau se disputan el teniente de alcalde”.
"Mentiras" y "confusión"
El candidato de ERC en Barcelona ha buscado la confrontación también en las políticas concretas. Lo ha hecho con la alcaldesa Ada Colau en el primer bloque, el de movilidad. Concretamente sobre las superilles, Ernest Maragall ha interpelado a la líder de los comunes: "No dudo de que usted quería resolverlo, pero lo que ha hecho es empeorarlo. Usted lanza ideología y dogma y cree que con eso se resuelve". Ante esta forma de gobernar, el republicano ha defendido actuar de forma "inteligente". Pero también ha aprovechado para buscar el cuerpo a cuerpo con Jaume Collboni: "Hay un gran elefante en la habitación, que es Rodalies. El señor Collboni calla y obedece como siempre". Le ha interpelado directamente a "asumir y reconocer sus responsabilidades" y le ha reprochado que ni siquiera pronuncie la palabra "Rodalies".
De hecho, es a Collboni a quien más ha buscado. También lo ha hecho en materia de seguridad, acusándolo de "mentir" y "jugar a la confusión" manipulando cifras sobre la incorporación de estos de los Mossos d'Esquadra en Barcelona. También en el terreno de la economía, y concretamente sobre la "fuga" de empresas durante el proceso independentista el otoño del 2017, Maragall ha acusado al candidato socialista de "fomentar la confusión": "Si quieren que vuelvan las empresas, pida a su jefe, al señor Sánchez, que borre el decreto que lo fomentó".
A Colau le ha reprochado que haya "fracasado" en la política de vivienda y que no haya usado su "capacidad" desde el gobierno municipal y su "influencia" en Madrid. En este bloque, sin embargo, Maragall ha soltado un dato falso, según Verificat, cuando ha dicho que "el 49,7% de las familias deben dedicar el 49% de ingresos a la vivienda". El 15% de la población dedica más del 40% de sus ingresos a la vivienda. Pero las personas que viven de alquiler (4 de cada 10 personas) dedican el 37,5%.
"Fábrica de tiendas de souvenirs"
Ernest Maragall también ha reivindicado algunas de las aportaciones de Esquerra Republicana durante esta legislatura que acaba, especialmente el recargo turístico, que aportará unos 400 millones de euros a las arcas de la ciudad. Y el candidato de ERC ha instado a utilizar estos recursos para revertir "la incalculable degradación de piezas fundamentales de la ciudad", como el distrito de Ciutat Vella. Ha lamentado que Barcelona en estos momentos es "una fábrica de tiendas de souvenirs", y ha contrapuesto su modelo basado en el impulso de la economía del conocimiento, que según ha dicho puede generar 200.000 puestos de trabajo.