Catalunya no tan sencera. Con la aparición de las primeras encuestas, han empezado a aparecer las caras largas en la Estació del Nord, donde Esquerra Republicana seguía la noche electoral del 28-M. Unos rostros resignados que se han ido confirmando con el escrutinio. No solo es el porrazo de Barcelona, sino la pérdida de feudos que actualmente gobiernan, como Tarragona y Lleida. Probablemente, lo que más daño les ha hecho. Las han perdido ante el PSC, que también ha frenado, una vez, más las expectativas de los republicanos en el cinturón rojo, en el área metropolitana de Barcelona. Prácticamente, solo mejora resultados la Santa Coloma de Gabriel Rufián. Desde el equipo de campaña lo justifican con el hecho que gobernar "pasa factura" y que los socialistas viven un buen momento. Solo Ciudadanos ha protagonizado una bajada equiparable. Ni siquiera tienen el premio de consolación de ser la primera fuerza, como confiaban al principio de la noche: también han sido arrasados por el PSC. Los aplausos no han podido tapar la resignación.

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Esquerra Republicana, después de presentar 804 listas, ha conseguido ser la primera fuerza en número de concejales, con más 2.800 cargos electos. Pero, a diferencia de las elecciones de 2019, esta vez no han conseguido ser el primer partido en número de votos. Ha sido la tercera fuerza, superado claramente por el PSC y de forma más ajustada por Junts per Catalunya.

Oriol Junqueras ha tomado la palabra, junto con el alcaldable Ernest Maragall. Han estado acompañados por la cúpula del partido y el Govern, encabezado por el president Aragonès. Pero las caras eran muy largas y ni los aplausos las han remontado. El presidente de ERC ha admitido que "no son los resultados que desearíamos" y que los "alejan" de sus objetivos, especialmente "la independencia y la República Catalana". Lo ha atribuido a la desmovilización de su electorado, que se ha quedado en casa. A pesar de todo, ha sacado pecho por "más de 360 victorias, más de 200 mayorías absolutas y más de 2.800 concejales". Y ha prometido perseverar: "Continuamos al servicio de este país".

Retroceso general

Los republicanos no han podido repetir la victoria en Barcelona, donde pasan a ser la cuarta fuerza, bajando de 10 a 5 concejales. Pero lo mismo ocurre en las dos otras capitales de demarcación donde habían ganado hace cuatro años y donde tienen la alcaldía, como es el caso de las ciudades de Lleida y Tarragona. En Girona, los republicanos se mantienen en cuarta posición, por detrás del PSC, Guanyem Girona (la coalición local de la CUP) y Junts per Catalunya.

Lo mismo ha pasado en el cinturón rojo, en el área metropolitana, donde solo ha mejorado resultados Gabriel Rufián en Santa Coloma de Gramenet; una subida escasa de un concejal, sin romperle la mayoría absoluta a la alcaldesa Núria Parlon. En Sant Cugat del Vallès, que gobierna la republicana Mireia Ingla, ha perdido 9 a 5 contra Junts per Catalunya. En Sant Vicenç dels Horts, donde fue alcalde Oriol Junqueras, el PSC se ha vuelto a imponer a los republicanos, 9 a 8 concejales. En Badalona, han obtenido solo dos concejales, imposibles para frenar la mayoría absolutísima de Xavier García Albiol. Tampoco han podido evitar que los socialistas se hagan con la vara en Sabadell. Y en Terrassa, donde gobiernan con Jordi Ballart, han pasado de cinco a dos escaños.

Hay otros municipios que son sintomáticos de los resultados de ERC en estas elecciones municipales. Es el caso de Pineda de Mar, municipio del presidente Pere Aragonès. Los republicanos se mantienen como segunda fuerza, pero no consiguen dar sombra al PSC de Xavier Amor, que consigue mayoría absoluta. También es relevante el porrazo en Igualada, donde se presentaba la vicepresidenta en funciones de presidenta del Parlament, Alba Vergés. Han pasado de cinco en tres, mientras Junts se ha acercado a la mayoría absoluta, con 10 de 21 concejales.

Maragall llama a rehacer la unidad

Con una cara muy larga que no han remontado los aplausos, Ernest Maragall ha arrancado su intervención felicitando a Xavier Trias por su victoria, a quien ha llamado antes de salir públicamente. Y el alcaldable republicano ha asegurado que es a él a quien "corresponde la responsabilidad y la iniciativa para tratar de liderar un gobierno fuerte y estable". Maragall ha asegurado que se pone "a disposición de la ciudad" y pondrá sus propuestas encima de la mesa, pero no ha adelantado ningún movimiento. Los republicanos atribuyen a la "polarización" su debacle electoral en la capital.

Pero la reflexión no se ha quedado solo en el ámbito de Barcelona. Ernest Maragall ha querido alertar sobre una "derechización" que se observa más allá de la ciudad, con la irrupción de la extrema derecha y de fuerzas anticatalanistas en todo el Estado. Por eso, el dirigente republicano ha hecho una "recomponer el soberanismo catalán para sacar adelante este país y esta ciudad".