El derecho a una vivienda digna, una de las patas de toda la campaña de estas elecciones municipales 2023, está en duda. La realidad en la calle es que muchísimas personas se tienen que desplazar decenas de kilómetros cada día porque han sido directamente expulsadas de la capital. Los precios desorbitados de los pisos de alquiler y compra en Barcelona obligan a la población a marcharse cada vez más lejos, ya que no se pueden permitir pagar estas cantidades en la ciudad condal. Descubrimos cuántas coronas del área metropolitana tienen que cruzar los jóvenes para poder conseguir una vivienda en condiciones en el siguiente vídeo:
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30 kilómetros empiezan a ser insuficientes
El precio de la vivienda ha subido en toda Catalunya un 11,6% en un año, pero en la provincia de Barcelona este aumento todavía ha sido más brusco: en abril de 2022, los pisos eran un 13,8% más asequibles. Muchas personas, jóvenes y no tan jóvenes, se ven obligadas a salir de la ciudad en busca de opciones más viables para su economía. Desde de ElNacional.cat nos hemos desplazado por varios puntos de Catalunya, para encontrar cuál es la distancia límite que se tiene que recorrer para encontrar una vivienda digna. Los resultados son abrumadores: incluso en zonas como L'Ametlla del Vallès, dos jóvenes han comentado que si quisieran comprar una vivienda, se tendrían que marchar todavía más lejos. La situación es insostenible.
La mayoría de expulsados se concentran justamente en el Vallès, un refugio de barceloneses y barcelonesas que solo está tapando parcialmente un problema y cociendo a fuego lento otro: la llegada en masa de personas en las ciudades y pueblos de los alrededores de Barcelona provoca que los precios suban sin control también en estas zonas. En Sabadell, el precio de la vivienda ha subido un 6,9% en un año. Las zonas más más caras y que están cerca de la ciudad condal son Sitges, Castelldefels, Gavà, Sant Cugat, L'Hospitalet y Sant Just Desvern. En Sitges se puede llegar a pagar fácilmente más de 1.900 euros por una vivienda de 120 metros cuadrados y en Sant Cugat se encuentran pisos de 80 metros cuadrados por 2.200 euros.
Según las declaraciones, "nos hemos tenido que venir a más de 30 km de Barcelona porque Barcelona está intocable", "si quisiéramos comprar, todavía nos tendríamos que marchar más lejos". Entre las quejas, se repite una vez y otra la sensación de que los precios en los alrededores de Barcelona están subiendo cada vez más por la desbandada de barceloneses de la ciudad. Mientras tanto, algunos pueblos luchan por sobrevivir. Gisclareny y Sant Jaume de Frontanyà, los dos pueblos menos habitados del territorio, tienen 27 y 30 habitantes, respectivamente. En Catalunya, existen más de una treintena de pueblos con menos de 100 habitantes que les sitúan en riesgo elevado de desaparecer, según la Asociación Española Contra la Despoblación (AECD).
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Hacen falta más ayudas para luchar contra la despoblación
En este ámbito, los diferentes partidos políticos tienen diferentes estrategias contra la despoblación, aunque poco efectivas. Desde la pandemia se habla de incentivos fiscales para atraer empresas al mundo rural, incentivar el teletrabajo con 5G o impulsar la vivienda social. Hace tres años nació, sin embargo, una iniciativa que ha sido mucho más efectiva que todas estas propuestas: desde el 2020, un grupo de Twitter llamado Repoblem enlaza ofertas de trabajo y de vivienda rural con la población con el objetivo de contribuir a la repoblación de la Catalunya vacía. El proyecto suma más 40 mil seguidores en Twitter y 34 mil en Instagram. Cada día, aparecen ofertas que intentan frenar el despoblamiento en Catalunya.