El 15 de junio del 2019 Barcelona vivió una situación inédita: por primera vez en el actual régimen democrático, el pleno municipal escogía a un alcalde que no era el ganador de las elecciones. Un hecho previsto en la ley orgánica del régimen electoral general (LOREG) y perfectamente legal, pero que, por la propia casuística, fue considerado una operación destinada únicamente a cortar el paso al ganador de las elecciones, el cabeza de lista de ERC, Ernest Maragall, por su condición de independentista. La gran beneficiada fue Ada Colau, que consiguió una segunda investidura gracias a los votos del PSC, con quien cerró un pacto de gobierno, y los de la plataforma liderada por Manuel Valls, un partido de derechas que practicó un voto contra natura al votar a la candidata de los comuns.
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Hay que tener presente que la celebración este domingo de las elecciones municipales marca el inicio de una frenética carrera que culminará al cabo de tres semanas, con la investidura de los alcaldes de todo el estado español. A diferencia de elecciones en otras cámaras, como el Parlament de Catalunya o el Congreso de los Diputados, en el caso de los plenos municipales hay una regulación y un funcionamiento estipulado muy claro a partir de la LOREG, que fija que el "vigésimo día posterior a la celebración de las elecciones" se constituirá la corporación municipal y que este mismo día "se procede a la elección del alcalde".
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Eso quiere decir que el próximo 17 de junio, un sábado, todos los ayuntamientos catalanes escogerán a su alcalde, y en el caso de Barcelona está sobre la mesa si se respetará al candidato más votado o si se articulará una mayoría alternativa que pueda dar la alcaldía a otro candidato. Desde 1979 que el candidato más votado ha sido finalmente el alcalde, con la única excepción del 2019. Así, en los últimos veinte años, los alcaldes Clos, Hereu, Trias y Colau en su primer mandato llegaron a la alcaldía después de ganar las elecciones, una norma no escrita que se rompió en 2019 y que se podría volver a romper en 2023.
Pero antes de repasar las investiduras de los últimos veinte años, hay que tener presente que la elección del alcalde difiere también de la del president de la Generalitat o del gobierno español. Según el procedimiento establecido por la LOREG, "pueden ser candidatos todos los concejales que encabecen sus correspondientes listas" y "si alguien de ellos obtiene la mayoría absoluta de los votos de los concejales, es proclamado electo"; sin embargo, y aquí radica la diferencia principal, "si ninguno de ellos obtiene esta mayoría, es proclamado alcalde el concejal que encabece la lista que haya obtenido un mayor número de votos populares". Es decir, solo hay una votación —no dos como en el Parlament y el Congreso— y solo es imprescindible la mayoría absoluta para los candidatos que no han ganado las elecciones.
Dicho de otra manera, si el candidato que ha quedado segundo en las elecciones obtiene más votos en la investidura que el candidato que ha obtenido más voto popular pero no alcanza la mayoría absoluta, el alcalde será el ganador de las elecciones. En 2019, por ejemplo, Maragall habría tenido bastante con sus 10 votos si Colau solo hubiera contado con los de Collboni y los dos hubieran sumado 18 votos. Por eso fueron imprescindibles los votos de Manuel Valls.
¿Cómo fueron las investiduras de 2003 a 2023?
- 2003 Joan Clos. El candidato socialista ganó ampliamente las elecciones y obtuvo 15 concejales, suficientes para conservar la alcaldía ante la incapacidad del resto de partidos de articular una mayoría absoluta alternativa. Así y todo, consiguió la investidura con 25 concejales de 41, ya que a los suyos pudo sumar los de Esquerra Republicana de Catalunya y los de Iniciativa per Catalunya (ICV), cinco por cada partido.
- 2007 Jordi Hereu. Después de relevar a Clos en la alcaldía en 2006, Hereu (PSC) ganó las primeras elecciones a las que se presentó como candidato y fue investido con 18 votos, 14 de su partido y 4 de ICV-EUiA. De hecho, Hereu no necesitaba la mayoría absoluta, ya que fue el candidato más votado.
- 2011 Xavier Trias. El entonces candidato de Convergència i Unió y ahora cabeza de lista de Trias per Barcelona fue investido por mayoría simple, con los votos de sus 15 concejales y los 2 de Unitat per Barcelona (coalición de ERC con Democràcia Catalana, el partido de Joan Laporta). Tuvo suficiente al ser el candidato más votado.
- 2015 Ada Colau. La candidata de Barcelona en Comú fue investida por mayoría absoluta, aunque no lo necesitaba al ser la ganadora de las elecciones. Con todo, y como muestra de confianza, sumó a sus 11 votos los 5 de ERC, los 4 del PSC y 1 de los 3 de la CUP, con los que llegó los 21. Eso sí, no hay que confundir un acuerdo de investidura con un acuerdo de gobierno, ya que mientras el primero es puntual para la elección, el segundo implica entrar a formar gobierno. En este caso, ni ERC ni la CUP entraron en el gobierno, y el PSC no entró en el gobierno hasta el año siguiente.
- 2019 Ada Colau. Es la investidura más sonada porque aunque las elecciones las ganó Ernest Maragall con 10 concejales, Ada Colau le arrebató la alcaldía con sus 10 votos, los 8 del PSC y tres provenientes de la coalición Ciudadanos - Barcelona pel Canvi, concretamente los de Manuel Valls, Eva Parera y Celestino Corbacho. Aunque Colau siempre ha mantenido que no pidió los votos de Valls ni ofreció nada a cambio, el hecho es que el exprimer ministro francés, pese a liderar una opción de derechas, acabó dando la alcaldía a Colau con un único propósito, evitar un alcalde independentista.
- 2023 Escenarios abiertos. Hasta que se conozcan los resultados electorales este domingo por la noche se hace difícil hacer conjeturas postelectorales. Con todo, el escenario está tan abierto, con tres candidatos, Xavier Trias, Jaume Collboni y Ada Colau, rozando el empate, que llevan a presuponer que respetar al candidato más votado no será la primera opción para la mayoría de partidos. Las dos posibilidades con más opciones es la articulación de una mayoría progresista, que es el objetivo de Ada Colau, o bien un eventual pacto entre Trias y Collboni que podría llegar a contar con apoyo externo de Daniel Sirera, el candidato del Partido Popular.