Pau Ricomà (Tarragona, 1957), alcaldable de Esquerra Republicana por Tarragona, confía en revalidar el 28-M la posibilidad de formar gobierno en el ayuntamiento de la ciudad, y hacerlo tejiendo alianzas con un frente que incluya a los comuns y partidos independentistas. Ricomà se disputa la alcaldía con el PSC, partido que, según asegura el republicano, representa en Tarragona la punta de lanza de la "derechización" de los socialistas catalanes y avisa que su contrincante, que viene de Ciudadanos es un chaquetero. El candidato de ERC empezó mandato -el primero republicano después de una era de ayuntamientos del PSC y CiU- con los comuns, pero, después de un repentino giro en el guión, los de Jèssica Albiach abandonaron el gobierno municipal. Ricomà cambió de aliados y, desde entonces, ha gobernado con Junts y la CUP. Las cosas, opina, han ido bien y está convencido que Tarragona tiene "un futuro increíble". Ahora acaricia la idea de ejecutar, si gana las elecciones, el conjunto de inversiones del Estado y la Generalitat que permitirán "la transformación de la ciudad" y, bajo liderazgo republicano, también de todo el Camp de Tarragona. Saca pecho de la alianza en el ayuntamiento con Junts y la CUP porque ha representado desvincular Tarragona del proyecto de ciencia ficción unionista Tabàrnia. Ricomà recibe ElNacional.cat en la sede de ERC en Tarragona, en el barrio del Port.

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¿El último mandato, marcado por la pandemia, lo ha desviado mucho de sus objetivos iniciales?
Siguen siendo los mismos: nuestra apuesta era por el cambio. Tarragona hacía 12 años llevaba una inercia paralizante. La fuerza que mejor definió el programa de cambio fue Esquerra Republicana. El contexto era imprevisible. Así y todo, hemos hecho mucho trabajo, consolidando muchas inversiones para el próximo mandato. La idea de cambio se ha cumplido y, a pesar de las resistencias, se mantiene porque es absolutamente necesaria.

¿Cuáles son estas inversiones consolidadas?
La ciudad judicial, una deuda crónica con la ciudad. Todas las capitales tienen las sedes judiciales unificadas y en Tarragona eso sigue siendo un desastre. Hacía 30 años que íbamos detrás de eso y ahora se ha materializado: hay proyecto, terrenos y compromiso. Pero la inversión más importante es la del Hospital Joan XXIII, de 210 millones de euros. Cambiará el papel de la sanidad en el sur de Catalunya porque habrá especialidades que no están ahora. También tenemos inversiones en el ámbito residencial y cultural, como el Museo de la Necrópolis, el Foro de la Colonia o el tranvía. El próximo mandato será el de la transformación absoluta del Camp de Tarragona y del papel de todo este territorio dentro del conjunto del país. Tarragona como capital tendrá el papel central de liderar este salto importantísimo.

El próximo mandato lideraremos la transformación absoluta del Campo de Tarragona

¿Qué tanto por ciento de todas estas inversiones que dice que tiene aseguradas dependen del estado español?
Lo tendría que mirar. En el Joan XXIII es una inversión de 225 millones, toda de la Generalitat. Para el tranvía todavía no lo tenemos cuantificado del todo, pero también los aporta a la Generalitat. Y del Estado también son las inversiones del Foro de la Colonia, el Museo de la Necrópolis romana y algunas otras. También hemos conseguido un traspaso de carreteras del Estado, con una inversión de ocho millones de euros. Haremos vías para bici que curzarán toda la parte de Levante hasta Altafulla, ampliaremos el puente del Francolí y conectaremos con bicicleta y caminante el centro de la ciudad con los barrios de Ponent. También hemos conseguido más de 25 millones de los Fondos Next Generation. Hemos trabajado con muchas administraciones, hemos cogido muchos trenes y creemos que el próximo mandato se verá todo eso ejecutado.

Pau Ricomà en la sede de ERC en Tarragona. / Foto: Montse Giralt

Con respecto a los Fondos Next Generation Tarragona ha recibido un golpe porque ha perdido la posibilidad de conseguir financiación para la remodelación del edificio del Banco de España. ¿Presentarán alegaciones?
A cada convocatoria de Next Generation se presentan muchas ciudades. En ningún caso las ciudades fracasan, es un tema competitivo. En este caso, ha faltado un poquito. Haremos alegaciones y trataremos de conseguirlo. Pero hemos logrado fondos para mejoras medioambientales importantes, para pacificar la circulación, comprar autobuses de hidrógeno, generar aparcamientos disuasivos, recuperar el río Francolí y el Gaià, naturalizar el Torrent de la Mora...

En Tarragona hemos cumplido una idea de cambio después de 12 años de inercia paralizant

Ha tenido un mandato convulso. Empezó con un gobierno con los comuns y a medio mandato cambia de socios: Junts y la CUP. ¿Es más cómodo gobernar con independentistas?
Habría querido gobernar con todos porque el objetivo del cambio en la ciudad lo compartíamos. Eso todavía es vigente. Aquí no se trata de tener una alcaldía parcial o totalmente, el tema es por qué la quieres y la queríamos para hacer cosas diferentes. Lo que hemos hecho diferente es que en Tarragona predominen ahora unos valores que antes no estaban: transparencia, honestidad y participación de verdad. Este cambio se tendría que poder reproducir. Entre los grandes debates de la ciudad está la confección de un nuevo POUM y aquí nuestros criterios son mucho más próximos a los de los comuns que en los que podamos tener con el PSC.

'The New York Times' ponía Tarragona en enero en la lista de destinos interesantes para visitar en el 2023. ¿Ha ganado sex appeal la ciudad?
Partimos de una ciudad que es patrimonio de la humanidad, por el conjunto románico, por los castillos, por la dieta mediterránea, por el toque manual de las campanas, por una cultura flamenca muy desarrollada. Es una ciudad con muchos atractivos. En el 2022 aumentamos el 25% las pernoctaciones. Y el primer trimestre del año un 35% con respecto a lo mismo del año pasado. Nos funciona la desestacionalización, que da trabajo más estable a mucha gente. Trabajamos mucho la digitalización y el posicionamiento en redes.

Pau Ricomà en el barrio del Serrallo de Tarragona. / Foto: Montse Giralt

¿No teme que la transformación que prevé por Tarragona conduzca también al problema de la gentrificación?
Este debate ya empieza a estar y hemos hecho estudios. No estamos en un momento crítico, pero está clarísimo que actuaremos porque cuando llegas al momento crítico cuesta mucho tirar atrás. En Tarragona hay pisos turísticos, pero hasta ahora no hemos visto claramente el efecto de expulsión. Por otra parte, los pisos turísticos tienen una cosa buena, como el tema de rehabilitación de cascos antiguos donde hace tiempo que no vive nadie y hay una degradación estructural. Para tener una finca cayendo a trozos, pues mejor tenerla recuperada y dando vida.

Su ayuntamiento se ha personado en la causa del caso Inipro, de presunta corrupción que salpica al PSC. ¿Eso ha enturbiado las relaciones con los socialistas?
El Ayuntamiento de Tarragona se personó en este caso como parte afectada. Eso ha condicionado mucho este mandato. Los socialistas no han entendido demasiado que nuestro papel es defender el conjunto de la ciudadanía, no podíamos no personarnos. El último mandato el PSC decidió gobernar con el PP, cosa absolutamente excepcional. Pactan de forma extraña. El resultado es que pasaron de tener mucha ventaja electoral a tener un empate técnico con nosotros. En todos estos años han hecho una oposición muy obstaculizadora, sistemáticamente y siempre aliándose con Cs y PP. Eso los sitúa muy lejos, cuando hay grandes debates de urbanismo su posición es exactamente igual que la del PP. La línea que llevan de derechización hace muy difícil, casi imposible, compartir gobierno.

La voluntad de gobernar con comunes, Junts y la CUP en Tarragona es vigente

¿Cree que es una operación para chupar votantes de Cs?
El candidato del PSC [Rubén Viñuales] se presentó para Cs y después cambió de camisa. Hizo un cambio de partido por interés personal suyo. Estoy seguro de que si Cs no hubiera tenido una bajada y mantenido posibilidades electorales, este señor no se habría movido de lugar. No es la única persona de Cs dentro de esta lista, con posiciones absolutamente duras y muy poco empáticas con todo lo que tiene que ver con el país en general.

Pau Ricomà / Foto: Montse Giralt

¿Cree que el desencanto que se vive por el procés independentista puede afectar al gobierno de ERC, Junts y CUP en Tarragona?
En Tarragona hay elementos diferentes del resto del país. Somos una zona donde el independentismo no es mayoritario ni tan hegemónico. En la época del procés todas las entidades y partidos trabajamos muy juntos. Creamos vínculos de confianza mutua importantes porque no nos disputábamos la hegemonía sino la supervivencia. Desde esta perspectiva este ejemplo nuestro vale por Tarragona. Recordamos que el nombre de Tarragona (con el de Barcelona) sirvió para formar el neologismo de Tabàrnia. Uno de los grandes éxitos de esta ciudad es haber reventado este proyecto absolutamente negativo [con la formación de un ayuntamiento independentista]. Entiendo que haya personas unionistas, respeto y defiendo que se puedan expresar, pero una cosa es un proyecto unionista y la otra inventarte una realidad con unos tonos muy peyorativos como era aquello. Fue un éxito haberlo frenado y es un éxito colectivo.