Por primera vez desde 1979, cuando se celebraron las primeras elecciones municipales en el Estado, el PSOE ha cerrado la campaña electoral lejos de Madrid y lo ha hecho en Barcelona para dar apoyo a la candidatura de Jaume Collboni como candidato a la alcaldía de Barcelona. Y las intervenciones de José Luis Rodríguez Zapatero y especialmente de Pedro Sánchez han provocado inevitablemente que este fuera un acto en clave española con críticas especialmente dirigidas hacia el Partido Popular y su líder Alberto Núñez Feijóo. Solo el alcaldable socialista se ha referido directamente a sus dos rivales electorales, Ada Colau y Xavier Trias; mientras que Salvador Illa ha insistido en su intervención en un Pabellón de la Vall d'Hebron lleno con 4.000 asistentes en la importancia de la política útil, tanto en España como en Catalunya y Barcelona, siempre encarnada según él por los socialistas. En este acto también han intervenido a las alcaldesas de Sabadell y Sant Boi, Marta Farrés y Lluïsa Moret para demostrar el músculo del municipalismo socialista.
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Pedro Sánchez ha sido el último a hablar ante un público entregado de que lo ha recibido con gritos de "presidente" y lo ha hecho para referirse a los grandes hitos de su gobierno de coalición y para criticar a la derecha ya que, ante estas mejoras sociales sus únicas opciones según son "amenazar con derogar" cuando estan en la oposición y hacer recortes cuando gobiernan. "Todo con una intención, la de demoler y destruir porque su único proyecto político es volver al pasado", ha advertido Sánchez. En la misma línea, ha asegurado que su gobierno está demostrando que se puede subir el salario mínimo y crear trabajo y que se pueden revalorizar las pensiones y reducir el déficit de la seguridad social".
Por todo, y como han hecho el resto de personas que han intervenido en este mitin de cierre de campaña, ha hecho un llamamiento a llenar las urnas este domingo: "Estamos pidiendo el voto por lo que de verdad importa y tenemos que ser claros. ¿Votar importa? Yo creo que si, porque gracias a vuestros votos ahora tenemos un gobierno que ha revalorizado las pensiones y que ha subido el salario mínimo" ha vuelto a reivindicarse Sánchez. Su discurso, sin embargo, ha sido interrumpido por un grupo de activistas que han sido expulsados del recinto.
Zapatero asegura que los socialistas tienen la "conciencia tranquila"
En una campaña electoral que empezó por la presencia de expresos de ETA a las listas electorales de EH Bildu en el País Vasco, hecho que la oposición utilizó contra el Gobierno, y que se ha acabado con el escándalo por la compra de votos que Sánchez ha ignorado tanto la mañana en Tarragona como por la tarde desde la Vall d'Hebron, el actual presidente se ha dirigido directamente a José Luis Rodríguez Zapatero. A él le ha agradecido haber acabado durando su mandato con la violencia, en lo que se ha entendido como un reproche a sus rivales electorales que han intentado hacer revivir el fantasma del terrorismo.
Por su parte, uno de los otros invitados estrellas era el expresidente del Gobierno, que ha llenado su intervención de anécdotas, aunque también se ha dedicado a criticar los populares y especialmente a su líder, Alberto Núñez Feijóo, a quien le ha pronosticado que puede acabar como Pablo Casado antes de las elecciones generales. Con respecto a Catalunya, el socialista ha destacado que su partido, a pesar de expresar uno "no serio y firme" al procés, también dijo "sí a la palabra, el futuro y el acuerdo entre catalanes". Yendo más allá, se ha deshecho en elogios a Salvador Illa a quien todos han bautizado como próximo presidente de la Generalitat". "Es el político revelación de la década, es el tono, el saber estar y el sentido común. Qué suerte que habéis tenido", ha exclamado Zapatero.
El mensaje de Collboni a los indecisos: "Ni Trias ni Colau, toca nuevo alcalde"
Y el protagonista eclipsado de la noche por las estrellas invitadas, Jaume Collboni se ha vuelto a mostrar convencido en esta "fiesta de que avanza la victoria socialista del próximo domingo por todo Catalunya y en Barcelona" que él será el ganador de las elecciones municipales. Lo ha ido asegurando durante toda la campaña y hoy ha insistido, reivindicándose como el heredero de los alcaldes socialistas de Barcelona, también Pasqual Maragall a pesar de las críticas del candidato de ERC y hermano del exalcalde, Ernest Maragall, a esta "apropiación" de su legado. Después de saludar con el "hola" olímpico en "Barcelona Catalunya y España" ha pedido una movilización masiva en las elecciones del 28-M: "Nuestro rival es la abstención".
Reivindicándose como hijo del Baix Guinardó, de la escuela pública catalana y de las becas de Felipe González ha querido enviar un mensaje "claro", y en castellano, a los indecisos que pueden decantar la balanza hacia él o sus rivales: "Sé que hay mucha gente que duda. Pero ahora, ni Colau ni Trias. Ahora toca un nuevo alcalde, toca a PSC porque somos quien ha dado los mejores años en Barcelona. No os hemos fallado nunca y no os fallaremos ahora", ha asegurado, haciendo un llamamiento a abrir una nueva etapa en la ciudad.
Protesta ecologista
Unos cuatro activistas climáticos han interrumpido el mitin del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el cierre de la campaña en Barcelona este viernes por la tarde al inicio de su intervención con camisetas que tachaban al PSC de ser un "partido suicida climático".