La suciedad en Barcelona es uno de los problemas que año tras año repite como uno de los más preocupantes para los vecinos de la ciudad. Según una encuesta de la OCU, Barcelona se posiciona como la sexta ciudad del estado español más sucia. Todos los partidos políticos confirman que es uno de los problemas recurrentes y vuelve a entrar en la mesa de debate en estas elecciones municipales 2023. Las declaraciones que han ofrecido los vecinos y vecinas a ElNacional.cat confirman que en muchos casos la ciudadanía está descontenta con el sistema de limpieza de la ciudad:

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Barcelona: ¿sucia o limpia?

La falta de limpieza es el segundo problema observado por los barceloneses y barcelonesas: más de la mitad considera que el estado de la ciudad ha empeorado en los últimos años. A pesar de que el gobierno de BComú de Ada Colau ha impulsado un plan de choque para mejorar la situación de limpieza con una inversión extraordinaria de 70 millones de euros y el lema "Cuidem Barcelona", el problema de la suciedad sigue persistiendo. El refuerzo de centenares de trabajadores y el estreno de nueva maquinaria desde marzo del 2022 parece ser insuficiente para los barceloneses.

El incivismo empeora el estado de limpieza de Barcelona

Según las declaraciones, la sensación en la calle es que "está hecho todo una mierda, muy sucio" y "está lleno de desperdicios, de trozos de diarios, de bolsas...". Son muestras de cómo la limpieza se consolida al frente de la lista de los principales problemas de Barcelona. Sin embargo, algunos vecinos dicen que "Barcelona es una ciudad limpia, no es una ciudad sucia. Lo que pasa es que hay gente que ensucia depende qué barrios". Este tipo de comentarios, repetidos en más de una ocasión, destapan un segundo problema: el incivismo. Las pintadas en las persianas, paredes y mobiliario urbano, molestan en el vecindario, que comenta que las pintadas se tendrían que penalizar y se quejan de la falta de castigo a este tipo de actividades, que también incluyen los meados en portales y esquinas "ya no sabemos qué hacer. En el portal de casa hemos puesto una luz automática, pero, sin embargo, se siguen meando en la entrada, es un asco".

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Desigualdad evidente entre barrios: el Raval y Sant Andreu

Aunque el nuevo plan de limpieza ha incorporado nuevas brigadas de barrio, destinadas a hacer un refuerzo de limpiezas específicas, algunos de los barrios barceloneses, como el del Raval, parecen fuera de esta estrategia. Al caminar por sus calles, destaca la cantidad de desperdicios que se encuentran en cualquier parte y a cualquier hora del día. Desde bolsas de basura con comida podrida hasta muebles, que favorecen las plagas. Incluso se pueden ver ratas entre la basura a plena luz del día.

El mal olor y los restos de comida podrida invaden las calles del Raval

En el barrio de Sant Andreu la situación es diferente: se implementó un nuevo método de limpieza, la recogida selectiva puerta a puerta (PaP), que consiste en entregar los residuos al servicio municipal de recogida delante de la puerta de casa, en unos días y horas determinados. El vecindario no acaba de estar conforme con el cambio: comentan que genera más suciedad en las calles, ya que las bolsas que no cumplen la normativa no son recogidas. Además, se ha incrementado el incivismo y mucha gente opta por lanzar en la pequeña basura de paso de las calles las bolsas de desperdicios de casa. Los vecinos denuncian que el barrio está más sucio porque la gente no respeta el sistema: "Lo hacemos, la mayoría, muy mal. Están todas las papeleras llenas, la gente lo deja todo por el medio". "Si fuera un sistema de recogida efectivo, se habría extendido al resto de Barcelona. Nos hemos quedado solo aquí en el barrio con este sistema que no funciona y, ahora, ¿quién da un paso atrás?". Sin embargo, también hay vecinos a favor, que comentan que con este sistema de recogida toda la basura se recoge, al contrario que con el paso del camión, donde a veces se quedan desperdicios sin recoger al suelo.